DICCIONARIO MÉDICO
Abartrosis
La abartrosis es un término médico utilizado para describir una condición patológica caracterizada por la degeneración y el desgaste progresivo de las articulaciones, llevando a una pérdida de la función articular y a la aparición de dolor y rigidez. Esta condición es comúnmente conocida como osteoartritis, una enfermedad degenerativa de las articulaciones que afecta a millones de personas en todo el mundo, especialmente a medida que envejecen. La abartrosis se caracteriza por la destrucción del cartílago articular, una sustancia suave y elástica que recubre las superficies de los huesos dentro de las articulaciones, permitiendo un movimiento suave y sin fricción. Con el tiempo, este cartílago se desgasta, se adelgaza y puede desaparecer por completo, lo que provoca que los huesos rocen entre sí, causando dolor, inflamación y pérdida de movimiento. La etiología de la abartrosis es multifactorial, con una combinación de factores genéticos, biomecánicos y ambientales que contribuyen a su desarrollo. Los factores de riesgo más comunes incluyen la edad avanzada, el sobrepeso, las lesiones articulares previas, la sobrecarga mecánica crónica de las articulaciones debido a actividades repetitivas o deportes de alto impacto, y factores genéticos que predisponen a una debilidad del cartílago. Los síntomas de la abartrosis varían según la severidad de la enfermedad y las articulaciones afectadas. Los síntomas iniciales suelen ser leves y pueden incluir dolor articular intermitente y rigidez matutina que mejora con la actividad. A medida que la enfermedad progresa, el dolor se vuelve más constante, y puede estar acompañado de hinchazón, sensibilidad al tacto, y una disminución significativa del rango de movimiento. En casos avanzados, se pueden desarrollar deformidades articulares y una pérdida completa de la función articular. El diagnóstico de la abartrosis se basa en una combinación de historia clínica, examen físico y estudios de imagen. Durante el examen físico, el médico puede observar signos de inflamación, deformidades y limitación del movimiento articular. Las radiografías son fundamentales para confirmar el diagnóstico, ya que pueden mostrar el estrechamiento del espacio articular, la formación de osteofitos (espolones óseos) y la esclerosis subcondral (endurecimiento del hueso debajo del cartílago). En algunos casos, se pueden utilizar técnicas de imagen más avanzadas como la resonancia magnética (RM) para evaluar el grado de daño al cartílago y los tejidos blandos circundantes. El tratamiento de la abartrosis es multidisciplinar y se centra en aliviar los síntomas, mejorar la función articular y ralentizar la progresión de la enfermedad. Las opciones de tratamiento incluyen modificaciones en el estilo de vida, medicamentos, terapias físicas y, en casos severos, intervenciones quirúrgicas. Las modificaciones en el estilo de vida son fundamentales para el manejo de la abartrosis. La pérdida de peso puede reducir significativamente la carga sobre las articulaciones afectadas, especialmente en las rodillas y las caderas. Además, el ejercicio regular y controlado puede ayudar a mantener la movilidad articular, fortalecer los músculos que soportan las articulaciones y mejorar el estado general de salud. Los ejercicios de bajo impacto, como la natación, el ciclismo y la caminata, son particularmente beneficiosos para las personas con abartrosis. El manejo farmacológico de la abartrosis incluye el uso de analgésicos y antiinflamatorios para controlar el dolor y la inflamación. Los medicamentos de primera línea suelen ser los antiinflamatorios no esteroides (AINEs), como el ibuprofeno y el naproxeno. En casos donde el dolor es severo y no responde a los AINEs, se pueden considerar analgésicos más fuertes, como el tramadol o los opioides. Además, los corticosteroides inyectables pueden proporcionar alivio temporal del dolor y la inflamación en las articulaciones afectadas. Las terapias físicas y de rehabilitación desempeñan un papel crucial en el tratamiento de la abartrosis. Los fisioterapeutas pueden diseñar programas de ejercicios personalizados para mejorar la fuerza, la flexibilidad y la función de las articulaciones afectadas. Las técnicas de terapia ocupacional pueden ayudar a las personas a adaptar sus actividades diarias para minimizar el dolor y el estrés en las articulaciones. En casos donde la abartrosis es severa y los tratamientos conservadores no proporcionan alivio suficiente, se pueden considerar intervenciones quirúrgicas. La artroscopia es una técnica mínimamente invasiva que puede utilizarse para eliminar fragmentos de cartílago desgastado o reparar el daño dentro de la articulación. En situaciones más avanzadas, puede ser necesaria una osteotomía, un procedimiento que realinea los huesos para reducir la carga sobre la articulación dañada. La opción final y más definitiva es la artroplastia, o reemplazo total de la articulación, en la que se sustituyen las partes dañadas de la articulación con componentes artificiales. © Clínica Universidad de Navarra 2023¿Qué significa abartrosis?
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