Qué es una bacteria
Una bacteria es un microorganismo unicelular procariota perteneciente al dominio Bacteria. Estos organismos microscópicos tienen una amplia variedad de formas y tamaños y se encuentran en casi todos los ambientes de la Tierra. Las bacterias pueden ser benéficas, formando parte de la microbiota normal del cuerpo humano, o patógenas, causando enfermedades infecciosas. Comprender sus características, tipos y comportamiento es esencial en la medicina para el diagnóstico, tratamiento y prevención de infecciones bacterianas.
Características generales de las bacterias
Las bacterias presentan las siguientes características distintivas:
- Son unicelulares y procariotas, careciendo de núcleo definido.
- Poseen una pared celular que les proporciona forma y protección; esta puede estar compuesta por peptidoglicano en bacterias grampositivas y por una membrana externa en bacterias gramnegativas.
- Su material genético está contenido en un cromosoma circular de ADN, sin estar encerrado en un núcleo.
- Pueden reproducirse mediante fisión binaria, un proceso rápido y eficiente.
- Algunas especies tienen estructuras especializadas, como flagelos para la movilidad o cápsulas que aumentan su virulencia.
Tipos de bacterias
Las bacterias se clasifican en función de diferentes características, incluyendo su forma, estructura de la pared celular y requisitos metabólicos. Los tipos de bacterias más comunes incluyen:
Según la forma
- Cocos: bacterias esféricas, como Staphylococcus aureus.
- Bacilos: bacterias en forma de bastón, como Escherichia coli.
- Espiroquetas: bacterias helicoidales, como Treponema pallidum, causante de la sífilis.
- Vibriones: bacterias curvadas en forma de coma, como Vibrio cholerae, responsable del cólera.
Según la pared celular
- Grampositivas: poseen una pared celular gruesa de peptidoglicano que las tiñe de azul o violeta en la prueba de Gram, como Clostridium tetani.
- Gramnegativas: tienen una membrana externa que las hace más resistentes a ciertos antibióticos y se tiñen de rojo o rosa en la prueba de Gram, como Salmonella.
Según su metabolismo
- Aerobias: requieren oxígeno para crecer, como Mycobacterium tuberculosis.
- Anaerobias: crecen en ausencia de oxígeno, como Clostridium botulinum.
- Facultativas: pueden sobrevivir tanto en presencia como en ausencia de oxígeno, como Escherichia coli.
Enfermedades causadas por bacterias
Las enfermedades que producen las bacterias pueden afectar múltiples sistemas del cuerpo humano. Entre las más comunes se encuentran:
- Infecciones respiratorias: como neumonía causada por Streptococcus pneumoniae.
- Infecciones gastrointestinales: como salmonelosis por Salmonella.
- Infecciones urinarias: comúnmente causadas por Escherichia coli.
- Enfermedades de transmisión sexual: como gonorrea por Neisseria gonorrhoeae.
- Infecciones de la piel: como abscesos por Staphylococcus aureus.
Diagnóstico de infecciones bacterianas
El diagnóstico de infecciones bacterianas es esencial para identificar al agente causante y determinar el tratamiento adecuado. Los métodos incluyen:
- Cultivo bacteriano: para aislar e identificar la bacteria en muestras de sangre, orina, heces u otros fluidos.
- Tinción de Gram: para clasificar bacterias como grampositivas o gramnegativas.
- Pruebas moleculares: como la PCR, para detectar material genético bacteriano.
- Pruebas de sensibilidad: para determinar la resistencia o sensibilidad a los antibióticos.
Tratamiento de infecciones bacterianas
El tratamiento de las infecciones bacterianas suele implicar el uso de antibióticos específicos según el tipo de bacteria y su perfil de sensibilidad. Las clases de antibióticos incluyen:
- Penicilinas: para infecciones por Streptococcus y Staphylococcus.
- Cefalosporinas: efectivas contra bacterias gramnegativas y grampositivas.
- Macrólidos: como azitromicina, para infecciones respiratorias y de piel.
- Quinolonas: como ciprofloxacino, para infecciones urinarias y gastrointestinales.
Prevención de las infecciones por bacterias
La prevención es fundamental para reducir la incidencia de infecciones bacterianas. Algunas estrategias incluyen:
- Higiene personal: lavado de manos frecuente.
- Vacunación: contra enfermedades bacterianas como la neumonía o la tos ferina.
- Control de infecciones hospitalarias: mediante protocolos de esterilización y uso adecuado de antibióticos.
- Consumo seguro de alimentos: para evitar infecciones gastrointestinales.
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