DICCIONARIO MÉDICO

Bacteriemia

Qué es la bacteriemia

La bacteriemia se define como la presencia de bacterias viables en el torrente sanguíneo, lo que puede ocurrir de forma transitoria, persistente o intermitente. Aunque puede ser asintomática en algunos casos, la bacteriemia puede evolucionar hacia complicaciones graves como la septicemia o la sepsis si no se diagnostica y trata a tiempo. Esta condición puede originarse por múltiples causas, incluyendo infecciones localizadas, procedimientos médicos invasivos o el uso de dispositivos como catéteres venosos centrales. Las bacterias más comúnmente implicadas son Staphylococcus aureus, Salmonella y otros patógenos relevantes.

Bacteriemia: Definición y clasificación

La bacteriemia puede clasificarse en diferentes tipos según su duración, origen o presencia de síntomas. Esta clasificación es esencial para orientar el manejo clínico.

Tipos de bacteriemia según su duración

  • Transitoria: ocurre brevemente, generalmente tras procedimientos dentales, endoscopias u otras intervenciones mínimamente invasivas.
  • Persistente: implica la liberación continua de bacterias en el torrente sanguíneo, generalmente por infecciones profundas como endocarditis.
  • Intermitente: se caracteriza por la liberación episódica de bacterias en la sangre, comúnmente asociada a abscesos.

Bacteriemia y septicemia

Aunque se utilizan indistintamente, la bacteriemia y la septicemia no son términos equivalentes. La bacteriemia describe únicamente la presencia de bacterias en la sangre, mientras que la septicemia implica una respuesta inflamatoria sistémica causada por la infección, con mayor riesgo de progresar a sepsis.

Principales causas de bacteriemia

Las causas de bacteriemia son diversas y pueden incluir:

  • Infecciones locales: como infecciones urinarias, neumonías, abscesos o infecciones de heridas quirúrgicas.
  • Procedimientos invasivos: como colocación de catéteres, cirugías o biopsias.
  • Uso de catéter venoso central: una de las causas más comunes en entornos hospitalarios, especialmente en pacientes inmunocomprometidos.
  • Patógenos específicos: como Salmonella (bacteriemia por Salmonella), Staphylococcus aureus (bacteriemia por Staphylococcus aureus) o infecciones relacionadas con el uso de SARMS.

Bacteriemia asociada a catéter venoso central

La bacteriemia asociada a catéter venoso central es una complicación frecuente en pacientes hospitalizados. Ocurre cuando las bacterias colonizan el catéter y acceden al torrente sanguíneo. Los factores de riesgo incluyen:

  • Duración prolongada del uso del catéter.
  • Falta de técnicas asépticas durante la inserción o manipulación.
  • Condiciones subyacentes, como inmunosupresión.

El tratamiento incluye la retirada del catéter infectado, terapia antibiótica dirigida y, en algunos casos, la colocación de un nuevo dispositivo bajo estrictas medidas de esterilidad.

Bacteriemia por patógenos específicos

Diferentes patógenos están implicados en la bacteriemia, y su identificación es crucial para el tratamiento. Ejemplos incluyen:

  • Bacteriemia por Salmonella: común en pacientes con inmunosupresión o enfermedades subyacentes.
  • Bacteriemia por Staphylococcus aureus: una causa importante de endocarditis infecciosa.
  • Bacteriemia por SARMS: relacionada con infecciones adquiridas en procedimientos quirúrgicos o uso de dispositivos médicos.

Síntomas de la bacteriemia

Los síntomas de la bacteriemia pueden variar según la gravedad y el estado inmunológico del paciente. Los más comunes incluyen:

  • Fiebre y escalofríos.
  • Aumento de la frecuencia cardíaca.
  • Hipotensión arterial en casos graves.
  • Confusión o alteraciones del estado mental en pacientes mayores.

Diagnóstico de la bacteriemia

El diagnóstico de la bacteriemia implica la identificación del agente causal mediante:

  • Hemocultivos: para aislar e identificar las bacterias presentes en la sangre.
  • Pruebas de sensibilidad: para determinar el tratamiento antibiótico más efectivo.
  • Pruebas de imagen: para detectar focos de infección, como ecocardiografía en casos de endocarditis sospechada.

Tratamiento de la bacteriemia

El tratamiento de la bacteriemia debe iniciarse de forma inmediata para evitar complicaciones. Incluye:

  • Terapia antibiótica empírica: basada en los posibles agentes causales hasta que los resultados del hemocultivo estén disponibles.
  • Antibióticos dirigidos: seleccionados según la sensibilidad del patógeno identificado.
  • Retiro de dispositivos médicos infectados, como catéteres.
  • Manejo de complicaciones, como sepsis o abscesos secundarios.

Importancia de la prevención

La prevención de la bacteriemia es fundamental, especialmente en entornos hospitalarios. Las medidas incluyen:

  • Uso de técnicas asépticas en procedimientos médicos invasivos.
  • Cambio regular y adecuado de catéteres venosos.
  • Identificación y tratamiento oportuno de infecciones locales para evitar su diseminación.

© Clínica Universidad de Navarra 2023

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