DICCIONARIO MÉDICO

Balanitis circinata

Qué es la balanitis circinata

La balanitis circinata es una forma específica de inflamación del glande que se asocia con el síndrome de Reiter, también conocido como artritis reactiva. Se caracteriza por la aparición de lesiones anulares o circinadas (en forma de círculos), que suelen ser indoloras y no exudativas. Esta condición está vinculada a procesos autoinmunes desencadenados por infecciones bacterianas o virales, y su manejo requiere una combinación de tratamientos dirigidos a la inflamación y la infección subyacente.

La balanitis circinata es una lesión inflamatoria crónica que afecta al glande, frecuentemente observada en pacientes con artritis reactiva. A diferencia de otras formas de balanitis, las lesiones suelen ser bien definidas, con bordes elevados y un centro más claro. Aunque puede desarrollarse sin síntomas sistémicos, en la mayoría de los casos está asociada con afecciones sistémicas como conjuntivitis, uretritis y artritis.

Causas de la balanitis circinata

La balanitis circinata tiene una etiología multifactorial. Las causas principales incluyen:

  • Infecciones bacterianas: especialmente aquellas causadas por Chlamydia trachomatis o Shigella, que desencadenan una respuesta autoinmune.
  • Infecciones gastrointestinales: como las provocadas por Salmonella o Campylobacter, que pueden preceder a la aparición de artritis reactiva y balanitis.
  • Factores genéticos: la presencia del antígeno HLA-B27 está estrechamente relacionada con la predisposición a desarrollar esta condición.
  • Factores autoinmunes: una reacción inmunitaria desregulada tras una infección inicial puede contribuir a la inflamación crónica del glande.

Síntomas de la balanitis circinata

Los síntomas de la balanitis circinata son característicos y pueden variar en severidad:

  • Lesiones anulares o circinadas: placas blanquecinas o grisáceas con bordes definidos.
  • Ausencia de dolor: las lesiones suelen ser indoloras, aunque pueden causar ligera incomodidad.
  • Ausencia de secreción: las lesiones no suelen estar asociadas a exudado.
  • Asociación sistémica: puede acompañarse de artritis, conjuntivitis y uretritis en el contexto de artritis reactiva.

Diagnóstico de la balanitis circinata

El diagnóstico de la balanitis circinata se basa en la clínica y en la historia médica del paciente. Las pruebas incluyen:

  • Examen físico: identificación de las lesiones características en el glande.
  • Historia médica: evaluación de síntomas sistémicos, como artritis o infecciones previas.
  • Pruebas de laboratorio: detección de infecciones subyacentes (por ejemplo, Chlamydia o Salmonella).
  • Detección de HLA-B27: en pacientes con artritis reactiva asociada.
  • Biopsia: en casos atípicos, para descartar otras condiciones dermatológicas.

Tratamiento de la balanitis circinata

El tratamiento de la balanitis circinata está dirigido a controlar la inflamación local y tratar la causa subyacente. Incluye:

Tratamiento local

  • Corticoides tópicos: para reducir la inflamación en el glande.
  • Cremas emolientes: para aliviar la sequedad y proteger la piel afectada.

Tratamiento sistémico

  • Antibióticos: en casos relacionados con infecciones bacterianas como Chlamydia.
  • Antiinflamatorios no esteroides (AINEs): para aliviar los síntomas articulares en el contexto de artritis reactiva.
  • Inmunomoduladores: en casos crónicos o recurrentes, para controlar la respuesta inmunitaria.

Complicaciones de la balanitis circinata

Si no se trata, la balanitis circinata puede llevar a complicaciones como:

  • Lesiones crónicas: persistencia de las placas inflamatorias.
  • Fimosis: en casos graves, el prepucio puede volverse fibroso e irretráctil.
  • Progresión de la artritis reactiva: si no se maneja adecuadamente, puede generar discapacidades articulares.

Prevención de la balanitis circinata

Para prevenir la balanitis circinata, se recomienda:

  • Tratar infecciones bacterianas de manera oportuna, especialmente infecciones gastrointestinales o urogenitales.
  • Higiene genital adecuada: limpiar el glande y el prepucio diariamente.
  • Monitorear factores genéticos: como el HLA-B27 en pacientes con antecedentes familiares de artritis reactiva.

© Clínica Universidad de Navarra 2023

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