DICCIONARIO MÉDICO
Balismo
El balismo es un trastorno del movimiento caracterizado por movimientos involuntarios, rápidos, irregulares y de gran amplitud que generalmente afectan a los miembros proximales, especialmente los brazos. Estos movimientos son bruscos y de tipo flinging (arrojar), y pueden ser extremadamente debilitantes para el paciente. El balismo es frecuentemente unilateral, una condición conocida como hemibalismo, pero también puede presentarse de manera bilateral, aunque esto es menos común. La etiología del balismo se encuentra generalmente en lesiones del núcleo subtalámico de Luys, una estructura del cerebro que forma parte del sistema motor extrapiramidal. Estas lesiones pueden ser resultado de accidentes cerebrovasculares, traumatismos, infecciones, tumores, enfermedades degenerativas, o pueden ser inducidas por medicamentos. El núcleo subtalámico juega un papel crucial en la regulación de los movimientos motores, y su disfunción conduce a la desinhibición de los núcleos talámicos, resultando en los movimientos anormales característicos del balismo. Desde una perspectiva fisiopatológica, el balismo se relaciona con un desequilibrio en los circuitos de los ganglios basales, particularmente en el circuito indirecto que normalmente inhibe movimientos inapropiados. La interrupción de este circuito por daño en el núcleo subtalámico reduce la actividad inhibidora sobre el tálamo, lo que permite la liberación de movimientos motores excesivos e incontrolados. Este mecanismo se asemeja al de otras discinesias, como el corea, pero los movimientos en el balismo son típicamente más violentos y de mayor amplitud. Clínicamente, el balismo se presenta de manera aguda, y su diagnóstico es principalmente clínico, basado en la observación de los movimientos característicos y la historia del paciente. Los movimientos balísticos suelen ser continuos y pueden persistir durante las horas de vigilia, interfiriendo significativamente con las actividades diarias del paciente. A menudo, los movimientos cesan durante el sueño, lo que es un aspecto importante para diferenciar el balismo de otras condiciones del movimiento. El diagnóstico diferencial del balismo incluye otras causas de movimientos involuntarios, como la corea, la atetosis y el temblor. La corea se distingue por movimientos más fluidos y menos violentos, mientras que la atetosis se caracteriza por movimientos más lentos y sinuosos. Los temblores, por otro lado, son movimientos rítmicos y oscilatorios que difieren claramente de los movimientos amplios e irregulares del balismo. Las técnicas de imagen, como la resonancia magnética (RM) y la tomografía computarizada (TC), son útiles para identificar la causa subyacente del balismo. Estas pruebas pueden revelar lesiones isquémicas, hemorrágicas, tumores o malformaciones arteriovenosas en el núcleo subtalámico o en áreas adyacentes. La RM, en particular, es superior para visualizar cambios sutiles en la estructura cerebral que podrían no ser evidentes en la TC. El tratamiento del balismo depende de la causa subyacente y de la severidad de los síntomas. En casos donde el balismo es secundario a un accidente cerebrovascular, el manejo agudo del accidente cerebrovascular es crucial. Los movimientos involuntarios pueden ser tratados con medicación antipsicótica, como haloperidol o risperidona, que actúan bloqueando los receptores dopaminérgicos en los ganglios basales, reduciendo así los movimientos anormales. Otros fármacos que pueden ser efectivos incluyen los anticonvulsivos, como el valproato y la clonazepam, que tienen propiedades estabilizadoras neuronales. En casos severos y refractarios al tratamiento médico, las intervenciones quirúrgicas pueden ser consideradas. La talamotomía y la palidotomía son procedimientos neuroquirúrgicos que pueden ser efectivos en reducir los movimientos balísticos al destruir áreas específicas del cerebro implicadas en la generación de estos movimientos. Más recientemente, la estimulación cerebral profunda (DBS) ha emergido como una opción menos invasiva y potencialmente reversible para el tratamiento del balismo. La DBS implica la implantación de electrodos en los ganglios basales, que emiten impulsos eléctricos para regular la actividad neuronal y reducir los movimientos anormales. El pronóstico del balismo varía dependiendo de la etiología. En muchos casos, el balismo post-ictal (después de un accidente cerebrovascular) puede mejorar espontáneamente con el tiempo, aunque los síntomas pueden persistir durante meses. En otras causas, como las lesiones estructurales o degenerativas, el balismo puede ser crónico y requerir tratamiento a largo plazo. El manejo adecuado de las condiciones subyacentes y la adherencia al tratamiento pueden mejorar significativamente la calidad de vida de los pacientes afectados. Desde una perspectiva epidemiológica, el balismo es una condición rara, con una prevalencia que varía dependiendo de la población estudiada y de las condiciones subyacentes que predisponen a esta disfunción del movimiento. Es más común en adultos mayores debido a la mayor incidencia de accidentes cerebrovasculares en esta población, pero puede ocurrir a cualquier edad. © Clínica Universidad de Navarra 2023¿Qué es el balismo?
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