DICCIONARIO MÉDICO

Banding pulmonar

¿Qué es el banding pulmonar?

El banding pulmonar, también conocido como cerclaje de la arteria pulmonar, es una intervención quirúrgica que se realiza para reducir el flujo sanguíneo hacia los pulmones. Esta técnica se utiliza principalmente en el manejo de ciertos defectos cardíacos congénitos en neonatos y niños pequeños. Su objetivo principal es controlar la sobrecarga de flujo pulmonar y prevenir o reducir la hipertensión pulmonar, permitiendo un desarrollo más favorable del sistema cardiovascular hasta que se pueda realizar una corrección quirúrgica definitiva del defecto cardíaco subyacente.

El banding pulmonar se lleva a cabo colocando una banda alrededor de la arteria pulmonar para estrecharla, limitando así la cantidad de sangre que puede fluir hacia los pulmones. Esto es particularmente útil en condiciones donde hay un flujo sanguíneo excesivo a través de defectos como una comunicación interventricular (CIV) grande, una comunicación interauricular (CIA) significativa, o una fístula arteriovenosa. Estos defectos permiten que una cantidad anormal de sangre rica en oxígeno regrese al lado derecho del corazón y sea bombeada nuevamente a los pulmones, lo que puede llevar a una hipertensión pulmonar progresiva y daño pulmonar irreversible.

El procedimiento de banding pulmonar se realiza bajo anestesia general. Durante la cirugía, se hace una incisión en el tórax para acceder al corazón y los grandes vasos. La banda, generalmente hecha de material sintético, se coloca cuidadosamente alrededor de la arteria pulmonar y se ajusta para reducir el diámetro de la arteria, controlando así el flujo de sangre. Es crucial que el ajuste sea preciso para equilibrar la reducción del flujo pulmonar sin comprometer el suministro necesario de sangre para la oxigenación adecuada.

Una indicación común para el banding pulmonar es la presencia de un defecto septal ventricular grande en un recién nacido o lactante que no puede ser reparado inmediatamente debido a la inmadurez del paciente o la necesidad de esperar un mejor momento para la cirugía definitiva. En estos casos, el banding pulmonar actúa como una medida paliativa que protege los pulmones del daño causado por el exceso de flujo sanguíneo y permite que el niño crezca hasta que pueda tolerar una cirugía correctiva completa.

El banding pulmonar también puede ser útil en el manejo de algunas formas de cardiopatías congénitas complejas, donde la anatomía del corazón es tan anormal que se necesita una serie de procedimientos quirúrgicos para reparar el defecto de manera efectiva. En estos casos, el banding pulmonar puede ser una etapa inicial para estabilizar la hemodinámica del paciente y prepararlo para futuras intervenciones quirúrgicas más definitivas.

A pesar de sus beneficios, el banding pulmonar no está exento de riesgos y complicaciones. Las complicaciones potenciales incluyen el deslizamiento de la banda, la obstrucción excesiva de la arteria pulmonar, infecciones, hemorragias, y problemas con la cicatrización de la herida quirúrgica. También es posible que se desarrolle una estenosis pulmonar residual después de retirar la banda en la cirugía correctiva posterior, lo que podría requerir intervenciones adicionales.

El seguimiento postoperatorio de los pacientes sometidos a banding pulmonar es crucial. Se necesitan evaluaciones periódicas para monitorizar la función cardíaca y pulmonar, así como para ajustar el manejo médico según sea necesario. Las pruebas diagnósticas como ecocardiogramas, resonancias magnéticas y cateterismos cardíacos pueden ser necesarias para evaluar la efectividad del banding y planificar la cirugía correctiva definitiva.

Con el avance de la cirugía cardíaca pediátrica y las técnicas intervencionistas, el uso del banding pulmonar ha disminuido en favor de procedimientos correctivos más tempranos y menos invasivos. Sin embargo, sigue siendo una opción valiosa en casos seleccionados donde otras estrategias no son viables o seguras en el momento del diagnóstico.

En la planificación preoperatoria del banding pulmonar, el equipo médico debe considerar varios factores, incluyendo la anatomía específica del defecto cardíaco, el estado general de salud del paciente, y la disponibilidad de recursos para el seguimiento y la cirugía correctiva posterior. Una evaluación exhaustiva por parte de un equipo multidisciplinario de cardiólogos pediátricos, cirujanos cardíacos, anestesiólogos y otros especialistas es esencial para optimizar los resultados.

© Clínica Universidad de Navarra 2023

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