DICCIONARIO MÉDICO

Barbitúrico

¿Qué es un barbitúrico?

Los barbitúricos son una clase de medicamentos que actúan como depresores del sistema nervioso central. Fueron desarrollados a finales del siglo XIX y principios del siglo XX, y se han utilizado principalmente como sedantes, hipnóticos, anestésicos y anticonvulsivos. El término "barbitúrico" se deriva del ácido barbitúrico, el compuesto base de estos medicamentos, que fue sintetizado por primera vez por el químico alemán Adolf von Baeyer en 1864.

Los barbitúricos ejercen su efecto farmacológico al potenciar la acción del ácido gamma-aminobutírico (GABA), el principal neurotransmisor inhibidor del sistema nervioso central. El GABA se une a los receptores GABA-A en las neuronas, abriendo los canales de cloruro y provocando la hiperpolarización de la membrana celular. Esta hiperpolarización reduce la excitabilidad neuronal, resultando en un efecto sedante y calmante. Los barbitúricos aumentan la duración de la apertura de estos canales de cloruro inducida por el GABA, lo que amplifica la inhibición neuronal y potencia el efecto sedante.

Existen diferentes tipos de barbitúricos, clasificados según la duración de su acción: ultracorta, corta, intermedia y prolongada. Los barbitúricos de acción ultracorta, como el tiopental sódico, se utilizan comúnmente en anestesia intravenosa debido a su rápido inicio y corta duración de acción. Los barbitúricos de acción corta e intermedia, como el pentobarbital y el secobarbital, se utilizan para tratar el insomnio y como premedicación antes de procedimientos quirúrgicos. Los barbitúricos de acción prolongada, como el fenobarbital, se utilizan principalmente como anticonvulsivos para controlar las crisis epilépticas.

A pesar de su eficacia, los barbitúricos presentan varios problemas clínicos significativos. Uno de los principales problemas es su estrecho margen terapéutico, lo que significa que la dosis efectiva está muy cerca de la dosis tóxica. Esto aumenta el riesgo de sobredosis accidental, que puede resultar en depresión respiratoria, coma y muerte. Además, los barbitúricos tienen un alto potencial de dependencia y abuso. El uso prolongado de barbitúricos puede llevar a la tolerancia, lo que significa que se requieren dosis cada vez mayores para lograr el mismo efecto, y a la dependencia física, con síntomas de abstinencia graves al interrumpir el uso del medicamento.

Debido a estos riesgos, el uso de barbitúricos ha disminuido significativamente en las últimas décadas, siendo reemplazados en gran medida por las benzodiacepinas y otros medicamentos que tienen un perfil de seguridad más favorable. Las benzodiacepinas, como el diazepam y el lorazepam, también actúan potenciando el efecto del GABA, pero tienen un margen terapéutico más amplio y un menor riesgo de sobredosis y dependencia en comparación con los barbitúricos.

Sin embargo, los barbitúricos todavía tienen aplicaciones clínicas específicas. El fenobarbital, por ejemplo, sigue siendo un anticonvulsivo de elección para ciertos tipos de epilepsia, especialmente en países en desarrollo donde su bajo costo es una ventaja importante. El tiopental sódico se utiliza ocasionalmente en la inducción de anestesia y en el manejo de la hipertensión intracraneal. En situaciones de emergencia, el fenobarbital puede ser utilizado para controlar el estatus epiléptico cuando otros medicamentos no han sido efectivos.

Además de su uso médico, los barbitúricos también tienen aplicaciones en la investigación científica y en la medicina veterinaria. En la investigación, los barbitúricos se utilizan para estudiar los mecanismos de la neurotransmisión y la farmacología de los sistemas inhibitorios en el cerebro. En la medicina veterinaria, se utilizan como anestésicos y anticonvulsivos en diversas especies animales.

El desarrollo de los barbitúricos y su impacto en la medicina y la farmacología ha sido significativo. Antes de su introducción, las opciones para la sedación y el control de convulsiones eran limitadas y a menudo ineficaces. Los barbitúricos proporcionaron una herramienta poderosa para los médicos, permitiéndoles manejar una variedad de condiciones neurológicas y psiquiátricas de manera más efectiva. Sin embargo, su potencial de abuso y sus efectos secundarios llevaron a la búsqueda de alternativas más seguras, lo que finalmente resultó en el desarrollo de las benzodiacepinas y otros medicamentos modernos.

En términos de farmacocinética, los barbitúricos son bien absorbidos por vía oral y se distribuyen ampliamente en el cuerpo. Se metabolizan en el hígado mediante oxidación, hidrólisis y conjugación, y sus metabolitos se excretan principalmente en la orina. La duración de su acción depende de su liposolubilidad y de la velocidad de metabolismo y eliminación. Los barbitúricos más liposolubles, como el tiopental, tienen un inicio de acción rápido pero una duración corta debido a su rápida redistribución del cerebro a otros tejidos. Los barbitúricos menos liposolubles, como el fenobarbital, tienen un inicio de acción más lento pero una duración prolongada debido a su metabolismo más lento.

La toxicidad de los barbitúricos se manifiesta principalmente en el sistema nervioso central y el sistema respiratorio. Los síntomas de sobredosis incluyen somnolencia extrema, confusión, ataxia, dificultad respiratoria, hipotensión, y en casos graves, coma y muerte. El tratamiento de la sobredosis de barbitúricos es de soporte, incluyendo la administración de carbón activado para reducir la absorción del medicamento, el uso de ventilación mecánica para tratar la depresión respiratoria, y la corrección de desequilibrios electrolíticos y acidobásicos. No existe un antídoto específico para la sobredosis de barbitúricos, lo que subraya la importancia de la prevención y el uso cauteloso de estos medicamentos.

© Clínica Universidad de Navarra 2023

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