DICCIONARIO MÉDICO
Receptor
Los receptores son estructuras proteicas especializadas localizadas en la superficie de las células o en su interior, que son capaces de reconocer y unirse a moléculas específicas denominadas ligandos. Estos ligandos pueden ser una variedad de sustancias, incluyendo hormonas, neurotransmisores, medicamentos y toxinas, entre otros. Cuando un ligando se une a su receptor correspondiente, esta interacción desencadena una cadena de eventos conocida como transducción de señal, que altera la actividad de la célula. Esta alteración puede manifestarse de diversas formas, como cambios en la permeabilidad de la membrana celular, modificaciones en la actividad enzimática o la iniciación de la transcripción genética, lo cual puede resultar en la síntesis de nuevas proteínas. Existen diferentes clases de receptores, cada uno con su mecanismo de acción y especificidad. Los receptores se pueden clasificar, en términos generales, en varias categorías principales: receptores de membrana, que incluyen los receptores acoplados a proteínas G, los receptores tirosina quinasa, y los canales iónicos ligando-guiados; y los receptores intracelulares, que se encuentran en el citoplasma o en el núcleo de la célula. Los receptores acoplados a proteínas G representan una de las familias más grandes y diversificadas de receptores en los organismos eucariotas. Estos receptores atraviesan la membrana celular y, cuando se unen a un ligando, activan una proteína G asociada, que a su vez puede influir en la producción de mensajeros secundarios como el AMP cíclico (cAMP) o el ion calcio, modulando de esta manera la actividad celular. Por otro lado, los receptores tirosina quinasa forman parte de una importante clase de receptores que, cuando se activan por unión a su ligando, fosforilan proteínas en residuos de tirosina, desencadenando cascadas de señalización que promueven, por ejemplo, la proliferación celular y la supervivencia. Los canales iónicos controlados por ligando son otra categoría de receptores de membrana. Estos permiten el flujo de iones específicos a través de la membrana celular en respuesta a la unión de un ligando, lo cual es crítico en procesos como la transmisión sináptica en neuronas. Los receptores intracelulares, por su parte, suelen encontrarse en el citosol y se trasladan al núcleo tras ligarse a hormonas liposolubles, como los esteroides. Dentro del núcleo, estos complejos hormona-receptor se unen a secuencias específicas del ADN para regular la transcripción de genes determinados. Los receptores son críticos en la farmacología, dado que son los principales blancos de los fármacos. La interacción fármaco-receptor es la base para los efectos terapéuticos de muchos medicamentos. Un fármaco puede actuar como agonista, activando el receptor y mimetizando la acción del ligando natural, o como antagonista, bloqueando el receptor e impidiendo su activación. En el contexto clínico, la alteración en la función de los receptores puede ser la causa o contribuir a la patología de diversas enfermedades. Por ejemplo, la sobreexpresión de receptores puede conducir a una mayor sensibilidad a ciertos estímulos, como es el caso en algunos tipos de cáncer. Inversamente, la pérdida de receptores o la disminución de su sensibilidad puede resultar en enfermedades como la diabetes tipo 2, donde los receptores de insulina se vuelven menos sensibles a esta hormona. © Clínica Universidad de Navarra 2023¿A qué se llama receptor en Medicina?
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