DICCIONARIO MÉDICO

Resección

¿Qué es una resección?

La resección, en términos médicos, se refiere al acto quirúrgico de extraer un órgano, tejido o una parte de estos del cuerpo humano. Esta técnica es empleada en diversas especialidades médicas y tiene una variedad de aplicaciones, según el área del cuerpo y el objetivo de la cirugía.

Al adentrarnos en la naturaleza y objetivos de una resección, es vital comprender que el propósito principal es eliminar una porción del cuerpo que se ha vuelto patológica, es decir, que presenta una enfermedad o alteración. Las razones pueden variar, desde tumores malignos o benignos, tejidos necróticos, obstrucciones, entre otras. Las resecciones se llevan a cabo en casi todos los sistemas y órganos del cuerpo, desde el sistema nervioso hasta el sistema digestivo.

Por ejemplo, en el ámbito de la Gastroenterología, se realiza la resección de partes del intestino cuando hay un bloqueo, un tumor o cuando una porción del tejido se ha vuelto necrótica o no funcional. Del mismo modo, en la neurocirugía, se pueden resecar tumores cerebrales o áreas del tejido cerebral que causen epilepsia refractaria.

El proceso de resección, en general, sigue un protocolo establecido que inicia con un diagnóstico adecuado de la afección que se va a tratar. Una vez identificada la necesidad de resección, el equipo médico evalúa la mejor técnica y el abordaje adecuado para llevar a cabo el procedimiento. La planeación quirúrgica es esencial para garantizar el éxito del procedimiento y minimizar las complicaciones.

La técnica de resección puede ser abierta o laparoscópica. La resección abierta implica hacer una incisión grande para acceder al área afectada, mientras que la laparoscopia utiliza pequeñas incisiones y cámaras especiales para realizar la cirugía con mínima invasión. La elección del método depende del lugar y del tamaño del área a resecar, así como de las habilidades y experiencia del cirujano.

Es fundamental que, después de una resección, se tomen medidas postoperatorias adecuadas para garantizar la recuperación y minimizar los riesgos de infección o complicaciones. En muchos casos, el tejido resecado se envía a patología para su análisis detallado, lo que puede proporcionar más información sobre la naturaleza de la enfermedad y guiar tratamientos futuros si es necesario.

El pronóstico después de una resección varía según la condición tratada. Por ejemplo, en el caso de un tumor maligno, el objetivo es lograr márgenes claros, es decir, que el tejido alrededor del tumor resecado no contenga células cancerosas, lo que puede aumentar las posibilidades de cura o de un período prolongado sin enfermedad.

La resección es una herramienta poderosa en el arsenal de la medicina moderna. Ha permitido tratar con éxito una variedad de enfermedades y afecciones que anteriormente eran consideradas incurables o difíciles de tratar. Sin embargo, como cualquier intervención médica, tiene sus riesgos y complicaciones. Por ello, es esencial que los pacientes sean adecuadamente informados sobre el procedimiento, sus beneficios y riesgos.

© Clínica Universidad de Navarra 2023

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