DICCIONARIO MÉDICO
Sacarina
La sacarina es un edulcorante artificial descubierto en 1879 por los químicos estadounidenses Ira Remsen y Constantine Fahlberg. Es una sustancia sin calorías que puede ser hasta 700 veces más dulce que el azúcar común, lo que la convierte en una opción atractiva para aquellas personas que buscan reducir su consumo de azúcar. La sacarina tiene un número CAS 81-07-2 y una fórmula molecular de C7H5NO3S. Este edulcorante no se metaboliza en el organismo humano, por lo que se excreta de forma inalterada en la orina. Debido a su potente capacidad para endulzar, la sacarina se utiliza en una amplia variedad de alimentos y bebidas dietéticas, así como en productos para diabéticos. También se encuentra en productos de higiene personal, como pastas de dientes y enjuagues bucales. A lo largo de las décadas, la sacarina ha experimentado fluctuaciones en su aceptación por parte del público debido a las preocupaciones sobre su seguridad. Sin embargo, numerosos estudios y organizaciones de salud han respaldado su uso seguro en las dosis habituales. La relación entre la sacarina y la salud es un tema que ha sido objeto de un amplio debate científico. En la década de 1970, algunos estudios en ratas relacionaron la sacarina con el desarrollo de cáncer de vejiga. Sin embargo, investigaciones posteriores concluyeron que este efecto era específico de las ratas y no era relevante para los humanos. En 2000, la sacarina fue eliminada de la lista de carcinógenos del Instituto Nacional de Salud de Estados Unidos, y la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria también ha confirmado su seguridad. Además, la sacarina puede tener un impacto en el control del peso y la diabetes. Al no tener calorías, puede ser útil para las personas que buscan reducir su peso o mantener un peso saludable. También puede ser una opción segura para las personas con diabetes que necesitan controlar su ingesta de azúcar, aunque se recomienda que cualquier cambio en la dieta se haga bajo la supervisión de un profesional de la salud. Sin embargo, algunos estudios han sugerido que el consumo de edulcorantes artificiales puede estar asociado con un aumento del apetito, por lo que se necesita más investigación para confirmar estos hallazgos. También es importante mencionar que la sacarina puede influir en la microbiota intestinal, la comunidad de microorganismos que viven en nuestro intestino. Algunas investigaciones han indicado que los edulcorantes artificiales pueden alterar la composición de la microbiota intestinal, lo que a su vez puede tener efectos sobre el metabolismo y la salud en general. No obstante, el grado de cambio y su importancia clínica siguen siendo áreas de estudio activo. Finalmente, en términos de tolerancia gastrointestinal, la sacarina parece ser generalmente bien tolerada. Aunque se ha informado de algunos casos de intolerancia individual o alergias, estos parecen ser relativamente raros. Al igual que con cualquier sustancia, si se experimenta una reacción adversa a la sacarina, se debe dejar de consumirla y consultar a un profesional de la salud. © Clínica Universidad de Navarra 2023¿Qué es la sacarina?
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