DICCIONARIO MÉDICO
Sarampión negro
El sarampión negro, conocido también como sarampión hemorrágico, es una forma rara y usualmente fatal de sarampión, causada por la misma cepa de paramixovirus del género Morbillivirus que causa el sarampión convencional. En términos clínicos, esta variante representa uno de los cuadros más graves de la enfermedad y ha sido identificada en pacientes con sistema inmunológico debilitado. El sarampión negro se caracteriza por la aparición de hemorragias en la piel y en las mucosas, lo que da lugar a un exantema de color oscuro, de donde proviene su denominación de "negro". También se observan otras manifestaciones graves, como fiebre alta, tos intensa, conjuntivitis severa, disnea e incluso manifestaciones neurológicas. El virus del sarampión, tanto en su forma convencional como en la variante negra, se transmite por contacto directo con las gotas infectadas de la nariz o la boca de una persona enferma, mediante la tos o el estornudo. Esta alta capacidad de contagio exige medidas de aislamiento estrictas en el caso de sospecha o confirmación de la enfermedad. El periodo de incubación de la enfermedad es de aproximadamente 10 a 14 días, tras los cuales aparecen los primeros síntomas. El diagnóstico del sarampión negro se realiza mediante la observación de los signos y síntomas clínicos, y se confirma mediante pruebas serológicas o detección del virus en muestras de orofaringe o de orina. Dada la gravedad de esta enfermedad, es esencial un diagnóstico temprano para instaurar el tratamiento adecuado y prevenir posibles complicaciones. El tratamiento del sarampión negro es fundamentalmente de soporte, con el objetivo de controlar los síntomas y prevenir complicaciones. Al no existir un tratamiento antiviral específico para el sarampión, la gestión de la enfermedad se centra en el control de la fiebre, la hidratación adecuada, el tratamiento de las complicaciones y el soporte respiratorio, si fuese necesario. En este punto es relevante destacar que los pacientes con sarampión negro requieren, frecuentemente, ingreso hospitalario en unidades de cuidados intensivos. La prevención del sarampión negro, al igual que del sarampión convencional, se basa en la vacunación. La vacuna MMR, que protege contra el sarampión, las paperas y la rubéola, ha demostrado ser muy efectiva en la prevención de la enfermedad. No obstante, su efectividad puede verse mermada en personas con sistemas inmunitarios debilitados, población especialmente vulnerable a formas graves de la enfermedad como el sarampión negro. La investigación científica en este campo continúa desarrollándose para mejorar las estrategias de vacunación, así como los métodos de diagnóstico y tratamiento de la enfermedad. Es un deber ético y profesional de los médicos mantenerse actualizados en los últimos avances para proporcionar el mejor cuidado a los pacientes. © Clínica Universidad de Navarra 2023¿Qué es el sarampión negro?
¿Quiere estar al día sobre temas de salud?
Reciba el boletín de la Clínica para estar al día de novedades y avances médicos