DICCIONARIO MÉDICO
Síndrome de Miller-Fisher
El síndrome de Miller-Fisher es una variante rara del síndrome de Guillain-Barré, caracterizada principalmente por ataxia, areflexia y oftalmoplejía. Es una entidad clínica que se presenta con la parálisis de los músculos oculares, coordinación anormal y la ausencia de reflejos. Se considera un trastorno autoinmune en el que el sistema inmunológico del cuerpo ataca por error a células nerviosas sanas del sistema nervioso periférico, provocando inflamación y daño a los nervios. Este síndrome es extremadamente raro, afectando a muy pocas personas a nivel mundial. Los casos reportados de síndrome de Miller-Fisher muestran una preferencia por afectar a individuos en la mediana edad, aunque puede ocurrir a cualquier edad. La manifestación clínica inicial común es la debilidad de los músculos oculares, seguida de la pérdida de coordinación y la ausencia de reflejos tendinosos profundos. Es fundamental realizar un diagnóstico temprano para establecer un tratamiento adecuado y evitar complicaciones potencialmente graves. En cuanto a la etiología del síndrome de Miller-Fisher, se ha planteado que puede ser precipitado por una infección viral o bacteriana. Los estudios han encontrado una correlación entre la aparición del síndrome y una infección previa, comúnmente por el bacterio Campylobacter jejuni, que se asocia también con otros tipos de síndromes de Guillain-Barré. Además, se han reportado casos después de infecciones por citomegalovirus y Epstein-Barr virus. El diagnóstico del síndrome de Miller-Fisher se basa en la presentación clínica y se confirma mediante estudios como la punción lumbar y la electromiografía. Los hallazgos en el líquido cefalorraquídeo son esenciales para el diagnóstico, mostrando una elevación en el nivel de proteínas con una cuenta celular normal. La electromiografía ayuda a evaluar la conducción nerviosa y a detectar anormalidades en los nervios periféricos. El tratamiento del síndrome de Miller-Fisher se enfoca en el manejo de los síntomas y en la recuperación de la función nerviosa. Los tratamientos comunes incluyen la inmunoglobulina intravenosa y la plasmaféresis. Ambos tratamientos buscan moderar la respuesta inmunológica del cuerpo, reduciendo la inflamación y el daño a los nervios. La rehabilitación también juega un papel crucial en la recuperación, mejorando la fuerza muscular y la coordinación. Es relevante destacar que, aunque el síndrome de Miller-Fisher es un trastorno serio y potencialmente debilitante, la mayoría de los pacientes experimentan una recuperación significativa. El pronóstico varía, y mientras algunos individuos pueden recuperarse completamente en semanas o meses, otros pueden experimentar secuelas a largo plazo. La detección temprana y el manejo adecuado del síndrome son vitales para minimizar el impacto del trastorno en la calidad de vida del paciente. Este síndrome, por su rareza y por la variedad de presentaciones clínicas, requiere un enfoque multidisciplinario para su manejo. Los especialistas en neurología, oftalmología, y medicina física y rehabilitación deben trabajar de manera conjunta para abordar las diferentes facetas de este trastorno. © Clínica Universidad de Navarra 2023¿Qué es el síndrome de Miller-Fisher?
¿Quiere estar al día sobre temas de salud?
Reciba el boletín de la Clínica para estar al día de novedades y avances médicos