DICCIONARIO MÉDICO

Solución de Collins

¿Qué es la solución de Collins?

La solución de Collins es una solución de preservación de los órganos para infusión intravascular, que constituyó un gran avance en los trasplantes, porque con ella se logró prolongar en varias horas el tiempo de isquemia que toleran los órganos, especialmente el riñón, que puede llegar hasta las 24 horas. Su composición es similar a la del líquido intracelular: pobre en cloro y sodio, rica en potasio, fósforo y glucosa, y de pH y osmolaridad similar a la del plasma.

La elección de estos elementos no es aleatoria, sino que obedece a la necesidad de crear un entorno que minimice el daño celular durante el periodo de isquemia, es decir, el tiempo durante el cual el órgano extraído está privado de suministro de sangre.

El agua destilada en la solución de Collins actúa como el medio en el que se disuelven los otros componentes, y los electrolitos de potasio y sodio están presentes en concentraciones que buscan asemejarse a las encontradas en las células del cuerpo humano. La razón de esto es que estos electrolitos contribuyen a mantener la integridad celular y evitar su hinchazón y ruptura, algo que podría desencadenar la pérdida de viabilidad del órgano.

Además, la glucosa en la solución de Collins desempeña un papel vital al proporcionar una fuente de energía para las células del órgano donado. Aunque el órgano esté en un estado de isquemia, las células aún pueden generar energía a través del proceso de glucólisis anaeróbica, que es una ruta metabólica que permite la producción de energía en ausencia de oxígeno utilizando glucosa. No obstante, este proceso produce ácido láctico, el cual puede acumularse y causar daño celular. Por este motivo, la solución de Collins incluye fosfato para neutralizar este ácido láctico, evitando de esta forma el daño celular.

La solución de Collins se utiliza en el trasplante de múltiples tipos de órganos, incluyendo riñones, hígado, corazón y pulmones. Después de la extracción del órgano del donante, este se perfunde con la solución de Collins y se almacena en ella a una temperatura baja, generalmente entre 0 y 4 grados Celsius. Este enfriamiento ralentiza el metabolismo de las células del órgano, disminuyendo la demanda de oxígeno y glucosa y ayudando a prevenir el daño celular.

Gracias a esa composición, y a su administración a menos de 5º C, disminuye la acidosis y el edema intracelular que se produce por la isquemia. Desde su descripción en 1969, hasta la aparición de la solución de Wisconsin en 1988, ha sido la más empleada.

© Clínica Universidad de Navarra 2023

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