DICCIONARIO MÉDICO
Sonda vesical
La sonda vesical representa una herramienta esencial en la práctica médica, particularmente en el campo de la urología y en la atención de enfermería. Esta es un dispositivo médico especializado utilizado para drenar la orina de la vejiga cuando el paciente no puede hacerlo de manera natural. Consta de un tubo delgado y flexible que se inserta a través de la uretra, el conducto que permite el paso de la orina desde la vejiga hasta el exterior del cuerpo. La introducción de la sonda vesical es un procedimiento que requiere de un alto grado de destreza y cuidado por parte del profesional sanitario para evitar posibles complicaciones. Por tanto, la sonda se coloca bajo estrictas medidas de asepsia y antisepsia, para minimizar el riesgo de infecciones del tracto urinario, una de las complicaciones más comunes asociadas a la cateterización vesical. El uso de la sonda vesical no se limita a la simple evacuación de la orina. En el ámbito clínico, la sonda vesical puede ser utilizada para una serie de propósitos. Puede ser empleado en el monitoreo de la producción urinaria en pacientes críticamente enfermos, donde un registro exacto del volumen de orina puede ofrecer pistas vitales sobre el estado de la función renal y el equilibrio de fluidos del paciente. Además, la sonda vesical puede ser utilizada para administrar medicación directamente a la vejiga. Este uso es particularmente relevante en el tratamiento de ciertas condiciones de la vejiga, como la cistitis intersticial y el cáncer de vejiga, donde la administración local de medicamentos puede ser más eficaz que la administración sistémica. Otro uso de la sonda vesical es la instilación vesical, un procedimiento que implica la introducción de soluciones dentro de la vejiga a través de la sonda. Estas soluciones pueden ser medicamentos, agentes de contraste para procedimientos de imagenología, o soluciones de lavado en casos de hemorragia vesical. En cuanto a los tipos de sonda vesical, estas pueden ser clasificadas de acuerdo a varios criterios. Según la duración del uso, las sondas vesicales pueden ser temporales o permanentes. Las sondas temporales, también conocidas como sondas de Foley, se utilizan para drenaje a corto plazo, mientras que las sondas permanentes, también llamadas cistostomías, se utilizan para el drenaje a largo plazo en pacientes con obstrucción crónica o disfunción de la vejiga. Otro criterio de clasificación es el número de vías. Las sondas de una vía solo permiten el drenaje de la orina, mientras que las sondas de dos vías permiten tanto el drenaje de la orina como la administración de medicamentos o soluciones de lavado. Las sondas de tres vías, por otro lado, tienen una vía adicional que se utiliza para inflar un pequeño globo en la punta de la sonda, que ayuda a mantenerla en su lugar dentro de la vejiga. Es importante tener en cuenta que, aunque la cateterización vesical es un procedimiento comúnmente seguro y eficaz, también puede tener potenciales riesgos y complicaciones. Estos incluyen infecciones del tracto urinario, lesiones uretrales, formación de cálculos en la vejiga, y retención urinaria tras la retirada de la sonda. Por este motivo, la sonda vesical debe ser manejada con un cuidado riguroso. Esto incluye la higiene de las manos y el uso de equipo estéril durante la inserción de la sonda, el monitoreo cuidadoso del paciente durante el uso de la sonda, y el manejo adecuado de la sonda después de su retirada. © Clínica Universidad de Navarra 2023¿Qué es una sonda vesical?
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