DICCIONARIO MÉDICO
Tifoidea
La fiebre tifoidea es una enfermedad infecciosa grave causada por la bacteria Salmonella enterica serotipo Typhi, que afecta principalmente al tracto gastrointestinal humano. La transmisión de la bacteria se produce principalmente a través de la ingestión de alimentos o agua contaminados con heces de personas infectadas o portadoras asintomáticas del patógeno. La fiebre tifoidea es endémica en regiones con condiciones sanitarias precarias, falta de acceso a agua potable y saneamiento inadecuado, siendo más común en áreas en desarrollo de Asia, África y América Latina. Los síntomas de la fiebre tifoidea suelen aparecer entre 1 y 3 semanas después de la exposición a la bacteria y pueden variar en severidad desde casos leves hasta potencialmente mortales. Los síntomas iniciales incluyen fiebre alta (39-40°C), malestar general, dolor de cabeza, anorexia, debilidad y dolor abdominal. A medida que la enfermedad progresa, pueden desarrollarse otros síntomas como estreñimiento o diarrea, hepatoesplenomegalia (aumento del tamaño del hígado y bazo), erupción cutánea en forma de pequeñas manchas rosadas en el tronco y el abdomen, y síntomas neurológicos como delirio, letargo y confusión. En casos graves no tratados, la fiebre tifoidea puede causar complicaciones como hemorragia intestinal, perforación intestinal y sepsis, que pueden resultar fatales. El diagnóstico de la fiebre tifoidea se basa en la presentación clínica, los antecedentes de viaje a áreas endémicas y la confirmación mediante pruebas de laboratorio. Las pruebas diagnósticas incluyen el cultivo de sangre, médula ósea, heces o líquido duodenal para aislar la bacteria, así como pruebas serológicas como el test de Widal, aunque este último presenta limitaciones en términos de sensibilidad y especificidad. Es importante realizar un diagnóstico temprano y preciso para iniciar el tratamiento adecuado y prevenir complicaciones. El tratamiento de la fiebre tifoidea incluye la administración de antibióticos, como cefalosporinas de tercera generación, azitromicina y fluoroquinolonas, aunque la elección del antibiótico dependerá de la sensibilidad del patógeno en la región geográfica y la presencia de resistencia antimicrobiana. Además del tratamiento antibiótico, el manejo de la fiebre tifoidea puede incluir medidas de soporte como la reposición de líquidos, el control de la fiebre y el tratamiento de las complicaciones, si las hubiera. La prevención de la fiebre tifoidea se basa en la mejora de las condiciones sanitarias, el acceso a agua potable y la promoción de prácticas de higiene personal y manipulación segura de alimentos. También existen vacunas disponibles para la fiebre tifoidea, como la vacuna oral de polisacáridos capsulares Vi y la vacuna oral de células enteras atenuadas Ty21a, que se recomiendan para viajeros a áreas endémicas y poblaciones en riesgo. Sin embargo, estas vacunas no ofrecen protección completa y se deben seguir adoptando medidas preventivas. © Clínica Universidad de Navarra 2023¿Qué es tifoidea?
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