DICCIONARIO MÉDICO

Toxoplasmosis

¿Qué es la toxoplasmosis?

La toxoplasmosis es una infección causada por el parásito protozoario Toxoplasma gondii, uno de los parásitos humanos más comunes a nivel global. Este organismo se encuentra en una variedad de animales, pero su huésped definitivo es el gato doméstico y otros felinos, que excretan los ooquistes infecciosos en sus heces. Los seres humanos pueden contraer la infección al consumir alimentos o agua contaminados con estos ooquistes, al ingerir carne mal cocida que contiene quistes tisulares del parásito, o por transmisión transplacentaria de una madre infectada a su feto.

Una vez que el parásito entra en el organismo humano, puede causar una infección aguda que a menudo pasa desapercibida debido a la ausencia de síntomas o la presencia de síntomas leves similares a los de la gripe, como fiebre, fatiga y dolores musculares. Sin embargo, en personas con sistemas inmunológicos debilitados, como las que tienen VIH/SIDA, están recibiendo quimioterapia o han tenido un trasplante de órgano, la toxoplasmosis puede causar enfermedades graves, como encefalitis, neumonitis y retinitis. Además, si una mujer se infecta por primera vez durante el embarazo, el parásito puede cruzar la placenta y causar toxoplasmosis congénita, que puede resultar en aborto espontáneo, muerte fetal o una variedad de anomalías neonatales, como hidrocefalia, calcificaciones cerebrales y coriorretinitis.

El diagnóstico de la toxoplasmosis se realiza principalmente mediante pruebas serológicas que detectan anticuerpos específicos contra T. gondii en la sangre del paciente. En algunos casos, como en la toxoplasmosis ocular o en los recién nacidos con sospecha de toxoplasmosis congénita, puede ser necesaria la realización de pruebas de diagnóstico molecular, como la reacción en cadena de la polimerasa (PCR), para detectar el ADN del parásito en el líquido intraocular o en el líquido amniótico.

El tratamiento de la toxoplasmosis depende del estado inmunológico del paciente y de la localización y gravedad de la enfermedad. En general, la terapia antiparasitaria con un régimen de pirimetamina, sulfadiazina y ácido folínico es el estándar de atención para los pacientes con toxoplasmosis aguda o enfermedad grave. Los pacientes inmunodeprimidos pueden necesitar terapia de mantenimiento para prevenir la reactivación de la enfermedad. La prevención de la toxoplasmosis se basa en la higiene personal y la cocina segura, como lavarse las manos con frecuencia, especialmente después de manejar carne cruda o tierra, y cocinar completamente la carne para matar los quistes del parásito.

© Clínica Universidad de Navarra 2023

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