DICCIONARIO MÉDICO
Tracción esquelética
La tracción esquelética es una técnica utilizada en el campo de la medicina ortopédica para el tratamiento de diversas afecciones musculoesqueléticas, especialmente aquellas relacionadas con la columna vertebral y las extremidades. Esta técnica se basa en la aplicación de una fuerza de tracción en los huesos y las articulaciones utilizando dispositivos especiales, como alambres, clavos o anillos, que se insertan en el esqueleto del paciente. El objetivo principal de la tracción esquelética es estabilizar y alinear las estructuras óseas y articulares, reducir el dolor y facilitar la curación. La tracción esquelética se puede aplicar en diferentes partes del cuerpo, como la columna vertebral, las piernas, los brazos y el cráneo, dependiendo de la afección específica que se esté tratando. En el caso de la columna vertebral, la tracción esquelética puede utilizarse para el tratamiento de hernias de disco, escoliosis, estenosis espinal y otros trastornos que afectan la alineación y la estabilidad de la columna. En estos casos, se colocan dispositivos de tracción en los segmentos vertebrales afectados, aplicando una fuerza de tracción controlada para alinear las vértebras y reducir la presión sobre las estructuras nerviosas. En el tratamiento de las extremidades, la tracción esquelética puede utilizarse en fracturas complejas o desplazadas para alinear los fragmentos óseos y facilitar la cicatrización. Se insertan clavos o alambres en los huesos a través de pequeñas incisiones y se aplica una fuerza de tracción graduada para reducir y mantener la alineación adecuada de los fragmentos. La tracción esquelética puede ser aplicada de manera continua o intermitente, dependiendo de la afección y las necesidades del paciente. La fuerza de tracción aplicada puede ser ajustada y controlada por el médico, y se monitorea de cerca para asegurar su efectividad y seguridad. Es importante destacar que la tracción esquelética es un procedimiento invasivo y requiere una evaluación y planificación cuidadosas por parte de un equipo médico especializado. Se deben considerar factores como la salud general del paciente, la estabilidad ósea, la edad y las condiciones médicas subyacentes antes de decidir si la tracción esquelética es el enfoque adecuado. Aunque la tracción esquelética puede ser un método eficaz para el tratamiento de ciertas afecciones musculoesqueléticas, no está exenta de riesgos y complicaciones. Estos pueden incluir infección, daño a los nervios, reacciones alérgicas a los materiales utilizados, deterioro de la circulación sanguínea y malestar psicológico asociado con la restricción del movimiento. Es fundamental que el paciente sea monitoreado de cerca durante el tratamiento y se sigan los protocolos de cuidado adecuados para minimizar los riesgos. © Clínica Universidad de Navarra 2023¿Qué es la tracción esquelética?
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