DICCIONARIO MÉDICO
Tuberculosis secundaria
La tuberculosis secundaria, también conocida como tuberculosis postprimaria o reactivada, es una etapa de la infección tuberculosa que se desarrolla posteriormente a la exposición inicial al Mycobacterium tuberculosis. Diferente de la tuberculosis primaria, que suele ser asintomática y autolimitada, la tuberculosis secundaria se caracteriza por una activación de la infección latente y puede presentar complicaciones serias. El Mycobacterium tuberculosis es una bacteria que se transmite a través de partículas aerosolizadas liberadas al ambiente por una persona con tuberculosis pulmonar activa. Cuando estas partículas son inhaladas, las bacterias pueden llegar a los pulmones y desencadenar la tuberculosis primaria. En esta etapa, el sistema inmunológico del individuo por lo general es capaz de controlar la infección, encerrando a las bacterias en nódulos llamados granulomas, dando lugar a una infección latente. La tuberculosis secundaria puede surgir meses, años, o incluso décadas después de la infección inicial, y suele ocurrir cuando el sistema inmunológico del individuo se debilita, debido a enfermedades como el VIH/SIDA, el uso de ciertos medicamentos, el envejecimiento, entre otros factores. La reactivación de la infección implica que las bacterias se multiplican y rompen los granulomas, diseminándose a través del torrente sanguíneo y el sistema linfático a otras partes del cuerpo. Aunque la tuberculosis secundaria afecta con mayor frecuencia a los pulmones, también puede afectar otros órganos como los riñones, los huesos, el sistema nervioso central, entre otros, dando lugar a la tuberculosis extrapulmonar. Los síntomas de la tuberculosis secundaria pueden variar dependiendo de la ubicación de la infección. En el caso de la tuberculosis pulmonar, los pacientes pueden experimentar tos persistente, hemoptisis (expectoración de sangre), pérdida de peso, fiebre y sudoración nocturna. Cuando la infección afecta otros órganos, los síntomas pueden estar relacionados con el órgano afectado, pero también pueden presentarse síntomas sistémicos como fiebre y pérdida de peso. El diagnóstico de la tuberculosis secundaria se basa en la clínica del paciente y en pruebas complementarias como la prueba cutánea de la tuberculina o el ensayo de liberación de interferón gamma, y pruebas de imagen como la radiografía de tórax. También es esencial el cultivo de muestras de esputo o de otros fluidos corporales, que permiten la identificación de la bacteria Mycobacterium tuberculosis. El tratamiento de la tuberculosis secundaria implica la administración de medicamentos antituberculosos durante un período de seis a nueve meses. La elección del régimen terapéutico depende de varios factores, incluyendo la localización de la infección, la sensibilidad de la bacteria a los medicamentos y la presencia de otras afecciones. La adherencia al tratamiento es fundamental para prevenir la resistencia a los medicamentos y garantizar la curación de la enfermedad. © Clínica Universidad de Navarra 2023¿Qué es la tuberculosis secundaria?
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