Lesiones elementales
de la piel
En Dermatología, entender las lesiones elementales de la piel constituye la piedra angular para el diagnóstico y tratamiento de numerosas afecciones cutáneas.
Se clasifican, de manera general, en dos grandes categorías: primarias y secundarias, cada una con sus características y significados específicos.
Las lesiones primarias son aquellas que emergen en una piel previamente sana, siendo el indicio inicial de una patología o alteración. Puede surgir directamente por efecto de diversas causas, que pueden ser internas, como desbalances hormonales o alergias, o externas, como la exposición a agentes irritantes o infecciosos.
Por otro lado, las lesiones secundarias resultan de la evolución o transformación de las primarias. Pueden desarrollarse como consecuencia natural de la progresión de la enfermedad, o bien, ser el resultado de factores externos, como traumatismos, infecciones secundarias, o incluso las intervenciones del propio paciente sobre las lesiones, tales como el rascado.
A través de una evaluación meticulosa de las características de las lesiones, como su tamaño, forma, color, ubicación y distribución, los especialistas pueden inferir posibles causas y determinar el tratamiento más adecuado.
Acudir a un dermatólogo no solo es crucial para un diagnóstico preciso, sino también para recibir una orientación adecuada sobre cómo tratar y cuidar las lesiones, evitando complicaciones o secuelas. La automedicación o los tratamientos basados en información no profesional pueden, en muchos casos, agravar el problema o enmascarar enfermedades subyacentes serias.
Lesiones primarias sólidas
Las lesiones cutáneas sólidas son alteraciones en la estructura o textura de la piel que se pueden percibir al tacto. Estas lesiones son indicativas de diferentes patologías y condiciones dermatológicas y son fundamentales para el diagnóstico clínico en Dermatología.
Mácula
Se caracteriza por ser un cambio en la coloración de la piel sin alterar su relieve o grosor. Las máculas son alteraciones que no se pueden palpar y que tienen variadas causas. Por ejemplo, un eritema es una mácula roja causada por la dilatación de los vasos sanguíneos, ya sea por causas venosas o arteriales. Si hay un incremento de pigmento, como la melanina, se formará una mancha oscura. En contraste, la disminución o ausencia de pigmento resulta en una mácula más clara, como se ve en el vitíligo.
Roncha
Esta lesión sólida se distingue por su consistencia blanda y su naturaleza efímera. Las ronchas aparecen y desaparecen rápidamente, generalmente sin dejar marcas o secuelas permanentes. Son típicas de reacciones alérgicas y son un signo clásico de urticaria.
Pápula
Es una elevación sólida y palpable de la piel que mide menos de un centímetro de diámetro. A diferencia de las ronchas, las pápulas son de consistencia más firme y tampoco dejan cicatriz al resolverse.
Pueden ser causadas por una variedad de condiciones, incluyendo infecciones o inflamaciones.
Tubérculo
Un tubérculo es una lesión sólida más grande y más profunda que la pápula, generalmente midiendo más de un centímetro en diámetro. Es dura al tacto y puede afectar las capas más profundas de la piel. Los tubérculos evolucionan lentamente y a menudo dejan una cicatriz al desaparecer.
Tumor
Un tumor es una masa sólida en la piel que puede ser benigna o maligna. Los tumores benignos son entidades limitadas que no se diseminan a otras partes del cuerpo y generalmente no son mortales. Por otro lado, los tumores malignos son cánceres que pueden crecer rápidamente, invadir tejidos cercanos y diseminarse a otros órganos. Ambos tipos de tumores son generalmente palpables y requieren evaluación médica para su caracterización y manejo adecuado.
Lesiones primarias líquidas
Las lesiones cutáneas primarias líquidas se caracterizan por un acúmulo de líquido en las capas de la piel, y son indicativas de distintos procesos patológicos.
Vesícula
Es una elevación circunscrita y pequeña de la piel que contiene líquido claro en su interior. Con un diámetro generalmente menor a 5 milímetros, estas lesiones pueden ser resultado de inflamaciones, infecciones virales, como el herpes, o reacciones alérgicas.
Su contenido líquido y su tamaño las diferencian de otras lesiones y suelen romperse fácilmente debido a la delgadez de la cubierta que las rodea.
Ampollas
Son lesiones que se asemejan a las vesículas pero son de mayor tamaño, superando los 5 milímetros de diámetro. Pueden formarse de manera espontánea o como resultado de la confluencia de varias vesículas.
Las ampollas se asocian con quemaduras, reacciones alérgicas severas o fricción y pueden contener líquido seroso o sanguinolento.
Pústula
A diferencia de las vesículas, las pústulas están llenas de pus, una colección de células inmunitarias, bacterias y desechos celulares, lo que les da un aspecto turbio o amarillento. Pueden estar asociadas con infecciones bacterianas o inflamaciones y a menudo son indicativo de una respuesta inmune ante una infección.
Quiste
Es una cavidad cerrada que puede estar revestida por epitelio y contener un líquido, que puede ser seroso, pastoso o incluso sólido. Los quistes pueden ser congénitos o adquiridos y a menudo son el resultado de procesos obstructivos de las glándulas de la piel o traumas que encapsulan un material que de otra manera sería expulsado.
Lesiones primarias destinadas a eliminarse
Las lesiones cutáneas destinadas a eliminarse son aquellas que implican la formación de material en la superficie de la piel que eventualmente se desprenderá como parte del proceso de curación o renovación celular. Estas lesiones son características de distintos procesos patológicos y de la respuesta natural del cuerpo para reparar y proteger la piel lesionada.
Escamas
Son acumulaciones de células epidérmicas muertas que se desprenden de la superficie de la piel. Son comunes en condiciones como la psoriasis, la dermatitis seborreica o la ictiosis, y pueden variar en tamaño, grosor y color. Las escamas suelen ser un signo de excesiva producción de células cutáneas o de un ciclo acelerado de renovación de la piel, y aunque generalmente son secas y descamativas, no suelen causar dolor ni malestar a menos que vengan acompañadas de inflamación o infección.
Escaras
Son tejidos necróticos o muertos que se adhieren a la superficie de la piel como resultado de lesiones cutáneas graves, como quemaduras, úlceras o algunas infecciones. Estos tejidos secos y endurecidos protegen la zona lesionada subyacente mientras comienza el proceso de curación. Con el tiempo, las escaras se desprenden solas o pueden necesitar ser retiradas quirúrgicamente para promover la cicatrización de la piel debajo.
Costras
Se forman cuando el exudado, que puede incluir sangre, linfa y otras sustancias, se seca sobre la superficie de una herida. Las costras actúan como un vendaje natural protegiendo la herida subyacente de la infección y permitiendo que el tejido nuevo se regenere debajo. Las costras hemorrágicas son costras que contienen una cantidad significativa de sangre, lo cual es típico en heridas que han sangrado mucho o en lesiones en áreas con abundantes vasos sanguíneos.
Lesiones secundarias: Soluciones de continuidad
Las soluciones de continuidad en la piel son interrupciones en la integridad de la epidermis y, en ocasiones, de las capas más profundas de la dermis y tejidos subyacentes. Estas lesiones son críticas y requieren un manejo cuidadoso para promover una curación adecuada y prevenir la infección o cicatrización excesiva.
Erosión (Excoriación)
Esta lesión implica una pérdida superficial de la piel, que generalmente no afecta más allá de la epidermis. Las erosiones son comunes y suelen ser el resultado de un traumatismo, como rascarse intensamente.
A pesar de ser superficiales, son importantes porque la piel dañada puede estar más expuesta a infecciones y puede requerir tratamiento para facilitar una curación rápida y sin complicaciones.
Fisuras
Son grietas o cortes lineales que pueden ser bastante profundas, afectando no solo la epidermis sino también las capas más profundas de la piel. Las fisuras a menudo se encuentran en zonas de la piel que están frecuentemente expuestas a movimientos y, por lo tanto, a tensión, como las manos, los pies o las comisuras de los labios.
Estas lesiones son típicamente dolorosas y pueden ser una entrada de infecciones si no se tratan adecuadamente.
Ulceraciones
Representan una pérdida de sustancia más grave que las fisuras o las erosiones. Las úlceras penetran a través de la epidermis y pueden llegar hasta la dermis, el tejido subcutáneo, o incluso más profundo hasta los músculos. A menudo son crónicas y pueden ser causadas por una variedad de factores, incluyendo presión constante (como las úlceras por presión), circulación sanguínea deficiente o enfermedades subyacentes, como la diabetes. El tratamiento de las úlceras es complejo y puede requerir la intervención de un equipo multidisciplinario de profesionales de la salud para abordar tanto la curación de la úlcera como sus causas subyacentes.
Lesiones secundarias: Procesos reparadores
Los procesos reparadores o de hiperplasia de la piel son respuestas naturales del cuerpo ante el daño tisular, con el fin de restaurar la integridad de la piel y mantener su función protectora. Estos procesos incluyen la formación de tejido nuevo que puede llevar a cambios permanentes en la apariencia y textura de la piel.
Cicatriz
La cicatrización es un proceso complejo de reparación que sigue a una lesión cutánea, como una herida, úlcera o inflamación severa. El objetivo del cuerpo es reemplazar el tejido dañado con tejido conjuntivo, que generalmente es más denso y menos flexible que el tejido cutáneo original. Este tejido de reparación, conocido como tejido cicatricial, puede variar en apariencia y textura, y aunque restaura la continuidad de la piel, no recupera las características originales como los folículos pilosos o las glándulas sudoríparas.
Liquenificación
Es el engrosamiento de la piel con marcado aumento de las líneas cutáneas normales, generalmente como resultado de rascado crónico o frotamiento debido a prurito intenso.
Este proceso reparador lleva a la formación de placas gruesas y ásperas que pueden ser pruriginosas y que a menudo se asocian con condiciones crónicas como el eczema o la dermatitis atópica.
Esclerosis
La esclerosis es el endurecimiento de la piel debido a un aumento en la producción de colágeno dentro de la dermis, lo cual resulta en un engrosamiento difuso y firmeza de la piel afectada. Aunque comparte algunas características con la cicatrización, la esclerosis implica un proceso más generalizado y no se limita a un área de lesión específica. Se puede ver en condiciones como la esclerodermia, donde hay un endurecimiento y estiramiento progresivo de la piel.