Logran ‘potenciar’ unas células inmunitarias frente al cáncer
Investigadores del Cima y de la Clínica Universidad de Navarra consiguen modificar genéticamente linfocitos-T para que se adapten al microambiente del tumor y mejoren su actividad antitumoral. Esta terapia celular con linfocitos retrasa el crecimiento tumoral y aumenta la supervivencia en ratones.
14 de junio de 2022
Investigadores del Cima y de la Clínica Universidad de Navarra logran potenciar la función de las células responsables de eliminar a los tumores, los linfocitos tipo T. Mediante modificación genética, obtienen unas células capaces de adaptarse al adverso microambiente del tumor y mejorar su actividad proliferativa y antitumoral. Con esta estrategia de terapia celular, han conseguido retrasar el crecimiento de la enfermedad y aumentar la supervivencia en ratones con melanoma y hepatocarcinoma.
Los resultados de este estudio se han publicado en el último número de la revista científica OncoImmunology.
Complejidad del ambiente tumoral
El microambiente tumoral es un entorno complejo y cambiante en el que las células malignas conviven con las células inmunitarias. Está caracterizado por ser un ambiente ácido, con un pH muy bajo. “Cuando baja el pH, los linfocitos se acidifican y ‘se apagan’, no son capaces de ejercer su función. Entonces, nos fijamos que algunas células tumorales sí sobreviven en ese ambiente porque expresan unas proteínas que les permiten modular su pH intracelular, consiguiendo una ventaja sobre los linfocitos”, apunta Juan José Lasarte, director del Programa de Inmunología e Inmunoterapia del Cima. “Analizando este concepto buscamos la manera de modular el pH de los linfocitos para que no se acidificaran y así aumentar su capacidad proliferativa”, añade Lasarte.
Nueva estrategia para mejorar la inmunoterapia actual
La terapia celular adoptiva es un tipo de inmunoterapia basada en administrar linfocitos T al paciente para ayudarle a combatir su enfermedad. Se trata de una terapia de medicina personalizada, ya que se extraen las células T del propio paciente, se multiplican en el laboratorio y se vuelven a infundir en él. En ocasiones, estas células se modifican en el laboratorio para mejorar su capacidad de reconocer al tumor y destruirlo, como es el caso de las células CAR-T. Otra terapia celular adoptiva es la terapia con linfocitos infiltrantes de tumor, células inmunitarias que se encuentran de forma natural en el tumor del paciente.
En la actualidad se están ensayando terapias experimentales para tratar de neutralizar el pH ácido del tumor, pero estos tratamientos afectan a todo el cuerpo, no siendo muy eficaces. “En nuestra investigación buscamos una alternativa más focalizada y nos centramos en mejorar las células inmunitarias para que pudieran sobrevivir en el ácido ambiente tumoral”, asegura Lasarte.
En concreto, apunta Flor Navarro, investigadora del Cima y primera autora del estudio: “en el laboratorio modificamos genéticamente los linfocitos T añadiendo a su membrana unos ‘trasportadores’ que las capacita para expulsar de su interior los protones que se infiltraban desde el medio tumoral y causaban su acidificación. Con esta modificación, conseguimos que el linfocito no ‘se apague’ en ese medio ácido adverso y pueda ejercer su actividad antitumoral”.
El trabajo se ha realizado en estudios in-vitro e in-vivo en ratones con melanoma y hepatocarcinoma. Empleando diversas estrategias de inmunoterapia, han logrado “retrasar significativamente el crecimiento del tumor y aumentar su supervivencia”, confirma Navarro. “Actualmente hay en marcha ensayos clínicos con CAR-T para el tratamiento del hepatocarcinoma. Con nuestra investigación hemos comprobado que podríamos potenciar esa terapia CAR-T disponible con nuestro ‘trasportador’. Así, los resultados de este trabajo sugieren que superar ‘la barrera’ de la acidez del pH del ambiente tumoral con linfocitos-T modificados con el ‘trasportador’, podría potenciar la eficacia de las inmunoterapias combinadas que existen”, apunta la investigadora.
El trabajo se enmarca dentro del Instituto de Instituto de Investigación Sanitaria de Navarra (IdisNA). Ha contado con financiación del Gobierno de Navarra (Proyecto DESCARTHeS), de los ministerios de Educación y Ciencia (Project AutoCAR), de Ciencias e Innovación (proyecto CARPanTu) y de las ayudas Next Generationy Horizonte 2020 de la Unión Europea. También ha contado con el apoyo de la Fundación Ramón Areces y la Paula & Rodger Riney Foundation.