La cirugía mínimamente invasiva mejora el tratamiento del cáncer de pulmón en estadios precoces

La Clínica Universidad de Navarra incorpora la cirugía robótica a los procedimientos para tratar este tumor, que se suma a la videotoracoscopia

Cáncer de pulmón tratado con videotoracoscopia

23 de noviembre de 2018

Noviembre es el mes de la concienciación en cáncer de pulmón (Lung Cancer Awareness Month), el tumor más frecuente en el mundo y el que más muertes produce, tanto en hombres como mujeres. Cada año en España se detectan alrededor de 30.000 nuevos casos. Por ello, la comunidad científica dedica estos días a sensibilizar de la importancia de un diagnóstico precoz.

La manifestación clínica tardía del cáncer de pulmón lleva consigo el diagnóstico en estadios avanzados, III o IV, de la enfermedad, lo que dificulta su tratamiento. En la actualidad, a pesar del avance en otras terapias, la cirugía continúa ofreciendo las mayores posibilidades de supervivencia. Sin embargo, solo se puede intervenir quirúrgicamente cuando el tumor se encuentra en fases tempranas (estadio I o II).

“El 85% de los casos se detecta tarde, en estadios III y IV, cuando ya solo es tratable pero no curable”, reconoce el Dr. Javier Zulueta, codirector del Área de Cáncer de Pulmón de la Clínica Universidad de Navarra, “lo que conlleva unas tasas de supervivencia a cinco años del 15%”.

En cambio, la cirugía sí permite la resección del tumor por lo que las tasas de supervivencia en fases tempranas son mayores, de hasta el 90% en algunas series. Un tratamiento quirúrgico, que al igual que las técnicas de detección precoz, ha ido evolucionando para conseguir procedimientos menos invasivos como la cirugía robótica y la videotoracoscopia.

“Son técnicas mínimamente invasivas por lo que son menos agresivas y más precisas que la cirugía clásica abierta, garantizando por encima de todo la radicalidad del procedimiento y la seguridad del paciente”, reconoce el Dr. Miguel Mesa, especialista del Departamento de Cirugía Torácica de la Clínica.

Cirugía robótica

Gracias a las mejoras inducidas en la última versión del Da Vinci, la cirugía robótica se ha consolidado en el tratamiento del cáncer de pulmón. “La cirugía robótica consiste en realizar la extracción del nódulo pulmonar a través de pequeñas incisiones por las que se introducen los instrumentos del robot”, explica la Dra. María Rodríguez, única cirujana torácica europea con el certificado americano en cirugía robótica y especialista de la Clínica Universidad de Navarra.

Indicado para las cirugías más complejas, el empleo del robot quirúrgico permite una mayor precisión, mejor visión y optimización del tratamiento. “El Da Vinci elimina los temblores de las manos del cirujano, proporciona una visión de 10 aumentos y, a largo plazo, facilita la estandarización de los procedimientos, es decir, que todas las cirugías se realicen de la misma manera, lo que se traduce en mayor seguridad para el paciente”, esclarece.

Pese a su reciente incorporación al campo del cáncer de pulmón, la cirugía robótica se muestra como una de las técnicas más seguras, reproducibles y con mayores opciones de evolución en el futuro. “La cirugía robótica está mejorando gracias a los avances tecnológicos y a los resultados obtenidos tras su implementación, y no va a dejar de progresar. Sus mejores ángulos de trabajo y campo de visión ofrecen un beneficio añadido al cirujano”, apunta el Dr. Mesa.

Videotoracoscopia

La videotoracoscopia también se ha mostrado efectiva y con resultados similares a la cirugía robótica, y siempre menos invasiva que la cirugía abierta convencional. “No existe todavía evidencia científica firme que pueda definir que una es mejor que la otra en el tratamiento del cáncer del pulmón, pero sí se ha demostrado que la cirugía mínimamente invasiva es más beneficiosa para el paciente que la cirugía clásica”, apunta el Dr. Mesa.

“La videotoracoscopia es un abordaje mínimamente invasivo en el que la cirugía se realiza mediante una o dos pequeñas incisiones: se introduce una cámara y el cirujano trabaja a través ellas. Básicamente tiene los mismos principios que la cirugía abierta con intención curativa pero sin necesidad de la apertura de la pared torácica mediante separación intercostal”, explica.

Por ello, son técnicas que describen un menor dolor postoperatorio a corto y a largo plazo, con una menor respuesta inmunológica ante el trauma, un menor índice de complicaciones y una recuperación funcional acelerada que permiten al paciente una  pronta reincorporación a sus actividades habituales.