La COVID-19 rompió la estacionalidad de la gripe y del virus sincitial entre la población infantil hasta la primavera de 2022 

Un estudio del Servicio de Microbiología y del Departamento de Pediatría de la Clínica Universidad de Navarra publicado en Infectious Diseases in Clinical Practice demuestra que, tras la vuelta al cole en 2021, la circulación de virus comunes en niños españoles aumentó gradualmente, con retraso y con picos fuera de tendencia 

Las Dras. Alejandra Pérez García y Melania Íñigo, del Servicio de Microbiología Clínica, y el Dr. Felipe Garrido, del Departamento de Pediatría, junto a Álex Vacaroaia y Daniela Svedin, estudiantes de la Facultad de Medicina de la Universidad de Navarra. 

29 de enero de 2024

La pandemia ha sido, entre otras cosas, un foco de ciencia, y todavía hay muchas cosas por investigar y aprender. La revista científica Infectious Diseases in Clinical Practice acaba de publicar las conclusiones de un estudio realizado entre el Servicio de Microbiología Clínica y el Departamento de Pediatría de la Clínica Universidad de Navarra que explica que la COVID-19 rompió la tradicional estacionalidad tanto de la gripe, como del virus sincitial, hasta mayo de 2022.  

El análisis expone que, tras el levantamiento de las restricciones preventivas durante la primavera de 2021 y la vuelta a la escuela de niños y adolescentes, la circulación de virus comunes en este grupo de edad aumentó gradualmente, mostrando un retraso inusual y picos fuera de sus periodos epidémicos. 

Como explica la Dra. Melania Íñigo, del Servicio de Microbiología Clínica de la Clínica Universidad de Navarra y autora principal de la publicación, tras la COVID-19 “se apreció un cambio claro en la estacionalidad de las infecciones virales respiratorias respecto a la era prepandemia. Tradicionalmente, tenemos dos grandes epidemias víricas al año: la del virus sincitial (VRS) y la de gripe. Las bronquiolitis por VRS, con especial repercusión clínica en niños menores de 2 años, suele detectarse entre octubre y marzo. Sin embargo, después del confinamiento y de la eliminación de las medidas preventivas en las escuelas en aquella primavera, obtuvimos una alta incidencia entre marzo y julio. A la vez, la epidemia de gripe suele cursar entre noviembre y diciembre, marzo y abril, y en 2021 prácticamente despareció hasta diciembre y el pico máximo de prevalencia tuvo lugar entre marzo y mayo de 2022. En la actualidad hemos recuperado la estacionalidad de ambas pandemias”. 

Unos de los datos más significativos del estudio, que firman también dos alumnos de la Facultad de Medicina de la Universidad de Navarra “cuya visión ha enriquecido mucho nuestro trabajo”, destaca la Dra. Íñigo, es “el cambio de algoritmo diagnóstico que hubo en esa época, y que aún hoy se mantiene parcialmente.

“Antes de la COVID-19, muchas infecciones respiratorias se desarrollaban sin un diagnóstico microbiológico definitivo, más allá de los casos graves, pacientes que ingresaban en hospitales o personas que entraban dentro de los grupos de riesgo que se podían beneficiar de un tratamiento antiviral. Con la pandemia, la necesidad de PCR y, después, de los test de antígenos para viajar o para establecer confinamientos, generó una situación de pandiagnóstico que ha colapsado los laboratorios y centros de atención sanitaria. Una vez superada esa etapa, la tendencia debería ser volver a las indicaciones previas de diagnóstico orientadas a los grupos de riesgo”. 

Mascarillas preventivas y vacunación 

¿Los datos de este estudio son suficientemente ilustrativos para recomendar las mascarillas en las aulas infantiles en los periodos habituales de gripe o VRS? La Dra. Melania Íñigo considera que “el uso de las mascarillas debería recomendarse en los mismos casos que antes de la pandemia, es decir, durante la epidemia de gripe cuando estamos con personas que padecen factores de riesgo, como lactantes en época de VRS, o ancianos, pacientes inmunodeprimidos o mujeres embarazadas”.  

Además, los expertos ven "imprescindible" la vacunación entre las personas que forman parte de estos grupos de riesgo. “Este año se ha implantado en España la inmunización frente al VRS en lactantes menores de 6 meses y, aunque no hemos analizado aún los datos, observamos un descenso muy significativo del número de ingresos y del índice de gravedad de los cuadros de bronquiolitis en este grupo de edad”.