Implantan por primera vez en España un desfibrilador subcutáneo para tratar arritmias cardíacas graves sin acceder hasta el corazón
Especialistas en Cardiología de la Clínica Universidad de Navarra han realizado por primera vez en nuestro país el implante del novedoso dispositivo en un paciente de 32 años.
17 de enero de 2013
Especialistas de la Unidad de Arritmias del Departamento de Cardiología de la Clínica Universidad de Navarra han implantado por primera vez en España un desfibrilador totalmente subcutáneo (debajo de la piel). Se trata de un dispositivo indicado para personas que sufren arritmias ventriculares (potencialmente mortales), que pueden ser debidas a infartos, patologías hereditarias o congénitas, u otras cardiopatías.
En términos generales, los desfibriladores son aparatos que detectan las arritmias y las tratan mediante una descarga eléctrica que consigue recuperar el ritmo del corazón. Los desfibriladores convencionales constan de un generador de energía eléctrica que se coloca en el paciente bajo la clavícula, mediante una incisión lateral próxima a la axila. El generador está conectado a un cable que ha de introducirse hasta el corazón a través de una vena. En caso de que el paciente que porta el desfibrilador sufra una arritmia, el dispositivo emite una descarga eléctrica que consigue restablecer el ritmo cardiaco, devolviéndole la frecuencia normal y evitando la muerte del paciente.
Primer paciente
Si bien el funcionamiento es similar, las dos partes del nuevo dispositivo, tanto el generador de energía o batería como el cable que conduce la descarga, se colocan de forma subcutánea, de modo que no es necesario acceder hasta el corazón. Esta característica aporta importantes ventajas. La primera, que puede salvar la vida de aquellos pacientes en los que, por distintas circunstancias, no sea posible el acceso del electrodo hasta el corazón mediante cables intravenosos.
Este es el caso del primer paciente al que le han implantado el desfibrilador subcutáneo los cardiólogos de la Clínica, los doctores Ignacio García Bolao (director del Departamento) y Naiara Calvo Galiano, especialistas en arritmias cardíacas. Se trata de Asier de la Torre, pamplonés de 33 años, con una cardiopatía congénita con riesgo de sufrir arritmias graves. Debido a una intervención realizada con anterioridad, resultaba imposible el acceso hasta el corazón con el cable propio de un desfibrilador convencional. “El nuevo dispositivo se convertía en la única solución para tratar a este paciente, ya que al implantarlo de forma subcutánea se evita la necesidad de que el cable llegue hasta el propio corazón para realizar la descarga”, subraya la doctora Calvo.
En este sentido, el paciente asegura que, cuando su cardiólogo de la Clínica, el doctor Juan José Gavira, le propuso esta opción terapéutica, se decidió enseguida. “Al informarme de que la intervención para implantarme el desfibrilador no suponía un riesgo gracias a su localización subcutánea, acepté la alternativa. Al fin y al cabo era por mi seguridad. Con ese desfibrilador iba a evitar que me pudiera ocurrir un infarto, además de los pequeños desmayos que había tenido en un par de ocasiones anteriores, episodios de pérdida de consciencia, que podían ser debido a arritmias. La verdad es que ahora vivo más tranquilo”, destaca Asier, casado y padre de una niña de 16 meses.
El paciente insiste en que para su decisión fue crucial “que no tuvieran que volver a tocarme el corazón, inconveniente que evitaban con este desfibrilador”. “Con tres incisiones en la piel –recuerda- me lo implantaron, lo que para mí supuso una gran comodidad y una tranquilidad absoluta”.
Respecto a la intervención, Asier de la Torre señala que “no sentí riesgo alguno. Si no hubiese sido subcutáneo y hubiese sido necesario llegar hasta el corazón, no hubiese accedido, porque no quería volver a pasar por un quirófano. La intervención fue tan leve que para el implante del desfibrilador no necesité más que una ligera sedación”.
Otros beneficios
Además de que evita la necesidad de acceder al corazón, otros de los beneficios que aporta el desfibrilador subcutáneo residen en evitar las complicaciones derivadas de esta circunstancia, como es la posibilidad de que se mueva el electrodo, a la vez que elimina las posibilidades de lesión vascular y reduce el riesgo de infecciones.
Para poder implantar el desfibrilador subcutáneo es necesario realizar en el paciente “una serie de mediciones que establezcan la posición adecuada del cable para detectar el ritmo del corazón. El cable del nuevo dispositivo presenta unas características especiales, de forma que con una instalación subcutánea se ofrece la misma eficacia que con la convencional”, argumenta la doctora Calvo.
Entre los pacientes especialmente indicados para la implantación del desfibrilador subcutáneo frente al habitual figuran aquellos en los que sea imposible el acceso al corazón por una vena adecuada, así como los pacientes pediátricos, en los que con los años suele ser necesario cambiar el cable. El nuevo dispositivo, al ser subcutáneo, ofrece mayor facilidad para los cambios de materiales que sean precisos. “Evita entrar de nuevo en la vena y acceder al corazón, lo que favorece asimismo su implante en aquellos pacientes con patologías que ofrecen un riesgo bajo de arritmias. De este modo, se evitan los inconvenientes y los riesgos de tener que acceder hasta el corazón”, afirma la facultativa.
El tiempo necesario para este procedimiento es similar al que se precisa para el convencional y se sitúa en torno a una hora. No es necesaria anestesia general, puede colocarse asimismo mediante sedación y el ingreso hospitalario es de 24 horas. En todos los tipos de desfibriladores es necesario realizar un cambio de batería, normalmente, cada 5 a 8 años.