Un ensayo clínico proporciona resultados alentadores sobre el uso de la ivermectina para reducir la transmisión viral en pacientes con COVID-19 leve
El equipo científico observó una tendencia a la reducción en la carga viral y en la duración de algunos síntomas en pacientes tratados, comparado con el grupo placebo
19 de enero de 2021
Un pequeño estudio piloto sugiere que la administración temprana de ivermectina puede disminuir la carga viral y la duración de los síntomas en pacientes con COVID-19 moderada, lo cual a la vez podría ayudar a reducir la transmisión del virus. El estudio, que forma parte del proyecto SAINT y ha sido liderado por la Clínica Universidad de Navarra y el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), centro impulsado por la Fundación ”la Caixa”, justifica la realización de ensayos clínicos a mayor escala. Los resultados del estudio piloto se han publicado en la revista científica EClinicalMedicine, del grupo The Lancet.
Ya hay dos vacunas aprobadas contra la COVID-19 en la Unión Europea, pero se necesitará un mínimo de dos años para inmunizar a un porcentaje suficientemente alto de la población mundial y detener la propagación del virus. Mientras tanto, es necesario encontrar fármacos capaces de tratar o prevenir las infecciones.
“Se están realizando esfuerzos notables para desarrollar tratamientos contra la COVID-19, pero se ha puesto menos atención en encontrar fármacos que reduzcan la transmisión del virus”, afirma Carlos Chaccour, investigador de ISGlobal y médico de la Clínica Universidad de Navarra que ha coordinado el estudio.
En este estudio piloto, desarrollado con pacientes de la Clínica y en instalaciones de la Universidad de Navarra, el equipo de Chaccour quiso evaluar si la dosis máxima de ivermectina aprobada en Europa puede tener un impacto sobre la transmisión del virus, si se administra rápidamente tras la aparición de síntomas.
La ivermectina es un fármaco antiparasitario que, según se ha demostrado in vitro (en líneas celulares), puede reducir la replicación del SARS-CoV-2, aunque a concentraciones mucho más elevadas que las recomendadas para uso humano. Esto, junto con los resultados de un estudio preliminar en humanos, que utilizó datos de origen dudoso y que nunca se publicó en una revista científica, hizo que la ivermectina comenzara a emplearse en muchos países de América Latina a pesar de la falta de evidencia fiable sobre su eficacia en prevenir o tratar la infección.
El equipo investigador administró una sola dosis de ivermectina o placebo a 24 pacientes con infección confirmada y síntomas moderados, en las 72 horas tras los primeros síntomas. Se tomaron frotis nasofaríngeos y muestras de sangre en el momento del reclutamiento y transcurridas una, dos y/o tres semanas del tratamiento.
Los resultados obtenidos no muestran ninguna diferencia en el porcentaje de pacientes positivos por PCR al cabo de 7 días postratamiento (el 100% de los pacientes era positivo en ambos grupos). Sin embargo, la carga viral mediana en el grupo tratado con ivermectina fue menor (unas 3 veces menor transcurridos cuatro días y hasta 18 veces menor a los 7 días del tratamiento), aunque no se alcanzó una diferencia estadísticamente significativa.
Los pacientes en el grupo tratado también mostraron una reducción en la duración de algunos síntomas (del 50% en la pérdida del olfato y el gusto y del 30% en la tos). Todos los pacientes desarrollaron anticuerpos IgG frente al virus pero, de nuevo, el valor medio de dichos anticuerpos en el grupo tratado fue menor que en el grupo placebo. “Esto podría ser el reflejo de una menor carga viral en estos pacientes”, considera Chaccour.
El hecho de que no hubo diferencias en la duración de síntomas o marcadores asociados a la inflamación sugiere que la ivermectina puede estar actuando por medio de otro mecanismo que no tiene que ver con un posible efecto antinflamatorio. Las y los autores proponen que podría estar interfiriendo con la entrada del virus en las células, como sugiere un estudio en hámsteres realizado por el Instituto Pasteur.
“Estos resultados van en la misma línea que los de ensayos recientes en Bangladesh y Argentina”, señala Chaccour. “Aunque es un estudio pequeño y todavía es pronto para establecer conclusiones, las tendencias observadas en la reducción de carga viral, duración de síntomas, y niveles de anticuerpos resultan alentadoras y justifican la realización de estudios clínicos controlados a mayor escala y con una mayor diversidad de pacientes”, añade.