Estudian el uso de dosis altas de bemiparina en pacientes con COVID-19 para prevenir procesos trombóticos
La Clínica Universidad de Navarra lidera un ensayo clínico multicéntrico a nivel nacional para investigar la eficacia y seguridad de usar dosis anticuagulante de tratamiento
11 de noviembre de 2020
La Clínica Universidad de Navarra lidera un ensayo clínico multicéntrico en el que se estudia la eficacia y seguridad de administrar dosis altas de bemiparina, una heparina de bajo peso molecular, en pacientes ingresados con COVID-19 como método de prevención para evitar el desarrollo de procesos trombóticos. En este estudio, en el que participan doce hospitales nacionales, en Navarra lo hace también el Complejo Hospitalario de Navarra, se espera observar también una reducción del deterioro clínico de los pacientes.
Los procesos trombóticos afectan a un 30% de los pacientes ingresados por COVID-19, siendo una de las principales complicaciones del coronavirus. “Uno de los problemas es que el virus induce una activación generalizada de la coagulación, con especial impacto en los vasos pulmonares. Todo paciente hospitalizado con un problema agudo recibe profilaxis antitrombótica con heparina en dosis baja, lo que ocurre con la COVID-19 es que parece que esta activación es tan intensa que nos lleva a plantearnos si esa dosis podría ser insuficiente”, explica el Dr. Ramón Lecumberri, investigador principal y codirector del Departamento de Hematología de la Clínica Universidad de Navarra.
Este ensayo está dirigido a pacientes ingresados en planta por neumonía no grave por COVID-19, que no requieren ventilación mecánica ni ingreso en UCI. Está previsto reclutar 160 pacientes a los que se les administrará durante 10 días y de forma diaria una inyección subcutánea con la dosis habitual de prevención o con una dosis más alta de heparina.
“Como a cualquier otro paciente que ingresa por otra patología, se le va a administrar bemiparina pero, en este caso, en vez de una dosis de prevención vamos a emplear dosis de tratamiento, aquellas que aplicamos cuando un paciente ya ha tenido una complicación trombótica. Todo en el marco de un ensayo clínico para comprobar de forma segura que, por ejemplo, no aumente el riesgo de hemorragia”, apunta el Dr. Lecumberri.
Los investigadores llevarán un seguimiento de los pacientes durante el periodo de hospitalización y con una visita final a los 30 días tras la inclusión. “El ensayo es totalmente compatible con el manejo clínico habitual del paciente, que va a seguir recibiendo el tratamiento estándar que necesite para superar la infección”, concluye.