Un estudio europeo confirma la eficacia de los programas de detección precoz para disminuir la mortalidad en cáncer de pulmón
La Clínica Universidad de Navarra fue el primer centro hospitalario en implantar estos protocolos en España y ahora extiende el programa a su sede en Madrid
5 de octubre de 2018
El estudio europeo NELSON, que incorporó a más de 15.000 personas, ha confirmado que los programas de detección precoz de cáncer de pulmón mediante tomografía computarizada (TAC) de baja dosis de radiación reducen la mortalidad por esta enfermedad.
Una tesis que avala los estudios hechos en la Clínica Universidad de Navarra desde el año 2000 y que han sido publicados en revistas científicas de alto impacto. Una apuesta por el cribado que ahora se extiende a la sede en Madrid.
En concreto, la Clínica Universidad de Navarra ha contado en su programa con 3.676 pacientes, en los que se ha detectado 84 cánceres de pulmón, más del 80% de ellos en el estadio más temprano posible (estadio I). Una experiencia que ha dado lugar a más de una decena de estudios publicados en revistas científicas de prestigio como ‘Science direct’, ‘Cancer Network’ o ‘American Journal of Respiratory and Critical Care Medicine’.
Ahora la sede en Madrid sigue su estela y ha comenzado a implantar el programa en el nuevo centro coordinado por el Dr. Luis Seijo, codirector del Departamento de Neumología de la Clínica.
“En Europa, pese a que nosotros llevemos 18 años realizándolos, no existen apenas programas de detección precoz salvo en algún centro privado. Hasta el momento disponíamos de los buenos resultados de un estudio americano llamado NLST, pero en Europa se estaban esperando los resultados de este último estudio, y han sido mejores de lo esperado”, reconoce el Dr. Javier Zulueta, director del Departamento de Neumología y codirector del Área de Cáncer de Pulmón.
Entre las personas que participaron en el estudio y fueron asignadas al grupo de detección precoz mediante TAC de baja dosis de radiación, el número de muertes por cáncer de pulmón en hombres se redujo un 26% en comparación con participantes del estudio a los que no se les hizo la prueba radiológica. Los datos mejoran en mujeres, quienes ven elevada esta cifra a más del 39%.
En conjunto, los resultados del estudio NELSON han reafirmado lo mostrado por el programa internacional I-ELCAP (International Early Cancer Action Program), al que se unió la Clínica en el año 2000, en cuyo marco se han estudiado a más de 100.000 personas en riesgo de padecer cáncer de pulmón.
Un TAC anual
Los pacientes que participan en el programa se encuentran en riesgo de desarrollar esta enfermedad tumoral debido a su edad, ser mayores de 40 años, y de sus antecedentes de tabaquismo. A todos ellos se les realiza un TAC anual de baja dosis de radiación con el objetivo de detectar tumores pequeños que puedan ser intervenidos en el caso de ser cáncer.
Sin embargo, existe una complejidad en este protocolo ya que hay más enfermedades que pueden dar lugar a nódulos en el pulmón sin ser necesariamente un cáncer. “De hecho, la mayoría de nódulos pulmonares, el 90%, no son cánceres”, explica. De esta forma, en caso de la existencia de un nódulo, y para evitar hacer una biopsia de forma innecesaria, se le repite el TAC en un período de tres meses para valorar si ha habido crecimiento.
En general, los tumores benignos no crecen mientras que los cánceres sí. Siguiendo este protocolo se evitan biopsias y cirugías innecesarias, y se consigue detectar la gran mayoría de cánceres en fases muy precoces. “La mayoría de nódulos observados son menores de 10 mm, pero cuando se detecta alguno mayor de 10mm, y sobre todo mayor de 15 mm, la probabilidad de que sea un cáncer aumenta y no se suele esperar 3 meses para detectar crecimiento”, detalla el Dr. Zulueta.
Una vez determinada la presencia tumoral se puede proceder a establecer un tratamiento. Cuando el cáncer se encuentra en un estadio precoz, se procede a la resección quirúrgica como tratamiento curativo. A pesar de la cirugía, es aconsejable que los pacientes sigan participando en el programa de detección precoz debido al riesgo de que pueda tener una recaída.
“En nuestro programa hemos diagnosticado más de un cáncer en varios pacientes, pero casi todos en estadios precoces susceptibles de ser curados mediante cirugía. Hemos llegado a diagnosticar 3 cánceres en un paciente a lo largo de 15 años, y en la actualidad está curado y lleva una vida normal”, reconoce.
Al igual que se puede determinar el cáncer de pulmón, los resultados del TAC pueden ser estudiados en busca de otras estructuras tanto pulmonares como extrapulmonares. Los especialistas pueden valorar enfisemas pulmonares, alteraciones intesticiales o bronquiectasias. Además, la cuantificación del calcio coronario y la medición de la arteria pulmonar y la aorta facilitan el análisis de patologías cardíacas. O, por ejemplo, se pueden diagnosticar lesiones sospechosas en patología mamaria.
El 85% de los casos en estadio avanzado
El cáncer de pulmón encabeza las listas de prevalencia, incidencia y mortalidad cuando se habla de enfermedades tumorales. Es el más frecuente a nivel mundial y el pasado año fue el tercero más repetido en España.
La detección precoz es fundamental para poder aplicar un tratamiento curativo. “El mayor problema al que nos enfrentamos con el cáncer de pulmón es que el 85% de los casos se detectan tarde, en estadios avanzados (estadios III y IV), cuando ya solo es tratable pero no curable. La razón es que este cáncer no produce síntomas hasta que está en fases avanzadas”, reconoce el especialista y añade que “en estadio I y II el cáncer puede ir creciendo en el pulmón todo lo que quiera sin producir ningún síntoma, ya que el pulmón no tiene terminaciones nerviosas sensitivas que den señales de alarma”.
El cáncer de pulmón, como se ha mencionado, es curable mediante cirugía, sin embargo, solo se puede operar antes del estadio II. En estadios más avanzados, el tumor ya se ha extendido o invadido zonas más allá de dónde se originó, por lo que quitar el tumor no elimina la presencia del cáncer, lo que conlleva a que la supervivencia a cinco años sea de un 15%.