Expertos de la Clínica trabajan con el mejor bailarín del mundo antes de su espectáculo sobre salud mental en el MUN

Jesús Carmona se ha reunido con un grupo de especialistas e investigadores de la Universidad de Navarra para hablar del trastorno de identidad disociativo, eje de Súper viviente, próximo estreno absoluto del Museo Universidad de Navarra.

Jesús Carmona, en el centro de la imagen, con los especialistas e investigadores en el Museo Universidad de Navarra.

30 de agosto de 2024

El mejor bailarín del mundo (Premio Benois de la Danse 2021), Jesús Carmona, ha participado en una sesión de trabajo en el Museo Universidad de Navarra (MUN) con especialistas e investigadores de la Clínica, el Cima y la Universidad de Navarra. Lo ha hecho para hablar, entre otros asuntos, sobre el trastorno de identidad disociativo, punto de partida del estreno absoluto que presentará el próximo 26 de septiembre. Se trata de Súper viviente, espectáculo que reflexiona sobre la salud mental, coproducido por el MUN y la Compañía Jesús Carmona, con el apoyo de la Comunidad de Madrid. El artista comparte la dirección escénica con María Cabeza de Vaca.

El Dr. Enrique Aubá y Francesco de Lorenzi, del Departamento de Psiquiatría de la Clínica, han aportado sus puntos de vista al bailarín, junto con la Dra. Asunción Pastor –experta en Neurociencias del Cima- y los profesores Carmen Urpí y Luis Humberto Eudave, de la Facultad de Educación y Psicología.

“Conforme pasa el tiempo, necesitamos respuestas más certeras, más visiones, más opiniones para a partir de ellas generar la nuestra propia”, explica Carmona sobre su interés en sentarse con ellos. Si bien con El salto se preguntaba por su masculinidad, y en Baile de bestias por sus bestias interiores, Carmona completa ahora una trilogía de autoconocimiento. Con Súper viviente, pretende averiguar quién es.

Pero ¿cómo se ha llegado a esta sinergia? La directora de Artes Escénicas y Música, Teresa Lasheras, cuenta que “la misión del MUN es transformar a las personas a través del arte”. Este propósito se encuentra con el interés de la Universidad y la Clínica Universidad de Navarra en torno a la salud mental. Se suma, además, la sencillez “con la que en el MUN se facilita la colaboración entre investigación académica y artística -continúa Lasheras-. Lo tenemos en nuestra casa, lo cual es algo absolutamente singular en el panorama artístico”. “Ellos creyeron desde el primer momento en ese proyecto. Me ayudaron y me brindaron todas sus posibilidades para hacerlo”, completa Carmona. Y subraya: “Me han abierto sus puertas para acompañarnos sin dudarlo”.

“Se trata de un diálogo para que cada uno, desde su disciplina, pueda matizar, dar contraste a esta creación”, cuenta el Dr. Enrique Aubá. En cuanto a la aportación concreta de su especialidad, indica que gran parte de la psicopatología tiene que ver “con la conciencia del propio yo y con la conciencia del propio cuerpo”. También destaca la importancia de la reflexión sobre la identidad, un elemento clave en la interpretación artística, en tanto que la capacidad de encarnar “otra identidad, otra personalidad”.

La salud mental, a escena

Por su parte, Luis Humberto Eudave, de la Facultad de Educación y Psicología, resalta que estudiar los trastornos disociativos a través de la neurociencia cognitiva ayuda a entender “cómo las alteraciones habituales de estos pacientes en el procesamiento emocional, la memoria o la atención se relacionan con cambios en el funcionamiento cerebral”. Dichas alteraciones, sostiene, “pueden llegar a traducirse y manifestarse a través del espectáculo de Jesús Carmona”.

Coincide en esto último Carmen Urpí (educación artística) que resalta cómo una propuesta “cocreadora” de este tipo puede “acercar la problemática de la salud mental al público general”. De hecho, Francesco de Lorenzi, Psicólogo Interno Residente (PIR) de la Clínica, valora su participación en esta iniciativa como “la oportunidad de ver cómo se puede traducir el lenguaje clínico y psicológico en expresión artística, y cómo el público puede ser llevado a una comprensión más empática y visceral de estos trastornos”. 

“Veo en este proyecto una ocasión única para unir la psicología y el arte en un esfuerzo por desestigmatizar los trastornos mentales”, continúa de Lorenzi. Y pone en valor el poder que el arte tiene de tocar a las personas “de una forma que la psiquiatría o psicología tradicional no siempre pueden”, por lo que se lleva la ocasión de “explorar nuevas vías para comunicar y humanizar las experiencias relacionadas con estos trastornos”.

María Asunción Pastor, del Cima Universidad de Navarra, realiza su contribución desde la neurociencia, gracias a la investigación en control motor y aprendizaje. “En el Cima nos ha interesado siempre ver la plasticidad cerebral con el aprendizaje, por medio de técnicas de resonancia magnética funcional, incluso durante el envejecimiento. Jesús Carmona se plantea cómo las deficiencias físicas del envejecimiento, por ejemplo, afectan a la psique. Cómo afectan a nuestra personalidad, que se adapta o se transforma con la relación entre diferentes sociedades y grupos sociales. Qué peso tiene la personalidad propia o el grupo”, explica. Y opina que esta iniciativa del MUN tiene “un atractivo enorme” al ofrecer “un diálogo práctico interdisciplinar entre los artistas e investigadores de diversos campos en humanidades y ciencias sobre una obra de danza original que se está desarrollando”.

La relación entre Carmona y el MUN, sin embargo, no es nueva. Ya en 2021 el bailarín se subió a su escenario con Baile de bestias, momento desde el cual, cuenta el artista, la relación ha sido muy buena y , de hecho, espera que “siga creciendo”. “La parte humana es lo que más destacaría. Eso hizo que Baile de bestias fuera un éxito”, confiesa. Además, el contexto universitario se presenta como un entorno ideal para un artista, interesado en el público joven, y que busca una exploración de nuevas estéticas y formas artísticas dentro del flamenco. 

Súper viviente forma parte de la VII edición de Museo en Danza, que posiciona al MUN como un centro de referencia para la danza contemporánea, incluyendo obras de nueva creación, gracias a sinergias de este tipo y a residencias artísticas que potencian la comunicación entre artistas, investigadores de distintos ámbitos y comunidad universitaria.