La Clínica Universidad de Navarra apuesta por implantar prótesis en la muñeca que permite, a diferencia de las otras alternativas, mover de nuevo la articulación
Se trata de una técnica novedosa en España que requiere un gran nivel de subespecialización, pero que está totalmente implantada en otros países desde hace más de 20 años.
24 de octubre de 2019
La prótesis de muñeca, una opción terapéutica muy novedosa en España, mejora el tratamiento quirúrgico convencional ya que, además de eliminar el dolor, permite que el paciente vuelva a mover la articulación.
La intervención más extendida en España para eliminar el dolor producido por una enfermedad reumática (como la artrosis o a la artritis reumatoide) o por un traumatismo en la muñeca es la fijación de los huesos que unen el brazo con la mano (artrodesis), ya que consigue eliminar el dolor constante que sufre el paciente, “pero la gran desventaja es que nunca podrá volver a mover la muñeca. En cambio, la prótesis mejora estos resultados al devolver la funcionalidad a la articulación.
Después de la intervención, el paciente podrá mover la muñeca entre 60 y 90 grados, lo que supone realizar el 85 % de actividades habituales del día a día”, indica el doctor Samuel Pajares, traumatólogo responsable de la Unidad de Mano y Codo de la Clínica Universidad de Navarra en Madrid.
“La prótesis de cadera o rodilla forman parte de los tratamientos habituales en España, pero implantar esta pieza en la muñeca es algo muy novedoso en nuestro país, puesto que se requiere un gran nivel de subespecialización para conseguir resultados óptimos”, explica el doctor. “Actualmente se realiza en muy pocos centros, aunque está totalmente implantada en otros países desde hace más de 20 años ya que supone enormes ventajas para el paciente”, añade el especialista Samuel Pajares, que realiza esta técnica desde el año 2009 tras formarse en el hospital Christine M. Kleinert Institute for Hand & Microsurgery (USA).
Es una cirugía que está especialmente indicada para personas mayores de 65 años ya que, por lo general, no realizan actividades de impacto ni levantan grandes pesos. “Al igual que en la rodilla o en la cadera, en las personas más jóvenes, la prótesis no es la mejor opción por la elevada demanda funcional (pesos, cargas, movimientos repetitivos), algo que podría provocar la desestabilización de la prótesis y la necesidad del recambio”, asegura el doctor.
“Aunque la opción quirúrgica está reservada para las fases más avanzadas de la enfermedad, cuando fallan los tratamientos conservadores, si el dolor está provocado por una lesión traumática (como, por ejemplo, por una fractura de muñeca), la prótesis será el tratamiento de elección, ya que el tratamiento ortopédico puede conllevar largos periodos de inmovilización, además de mayor riesgo de sufrir dolor residual y rigidez articular”, concluye el especialista.
Este es el caso de Concepción, una paciente que perdió la movilidad de la muñeca tras un traumatismo. Además del dolor, Concepción sufría muchas limitaciones en su calidad de vida: “Al no poder mover la mano, no podía realizar las actividades habituales del día a día. Pensé que no podría volver a mover la muñeca, es un milagro para mí”, indica.