Evitan la cirugía abierta en pacientes con obstrucción del sistema venoso coronario al implantar un marcapasos por cateterismo
Por primera vez en Europa, un equipo de cardiólogos de la Clínica Universidad de Navarra ha colocado el dispositivo de resincronización mediante una técnica especial para casos con insuficiencia cardiaca severa que hasta ahora debían intervenirse en quirófano mediante cirugía con apertura del tórax
15 de enero de 2014
Por primera vez en Europa, un equipo de cardiólogos de la Clínica Universidad de Navarra ha implantado mediante cateterismo un marcapasos de resincronización en un paciente que presentaba obstruida la vena de acceso al ventrículo izquierdo. En esta cavidad cardiaca es donde de forma habitual se coloca uno de los dos electrodos del dispositivo. “Se estima que un 10% de los pacientes con insuficiencia cardiaca severa, que precisan un marcapasos o desfibrilador de resincronización, presentan una obstrucción o malformación anatómica del vaso que da acceso al ventrículo izquierdo”, señalan los doctores José Ignacio García Bolao, director del Departamento de Cardiología de la Clínica, y Naiara Calvo, especialista del mismo servicio. Debido a esta dificultad, ese 10% de pacientes es candidato a la colocación del dispositivo en quirófano por cirugía abierta y mediante toracotomía (apertura del tórax). En los dispositivos convencionales de resincronización lo habitual es que se acceda, a través de la vena subclavia, hasta el ventrículo derecho, donde se colocaría un electrodo, mientras que el segundo electrodo se implantaría en una vena de acceso al ventrículo izquierdo.
Así, en aquellos pacientes en los que no puede realizarse por la técnica habitual debido a una obstrucción o estrechamiento de los vasos de acceso al ventrículo izquierdo, puede colocarse el dispositivo de resincronización mediante una tecnología diseñada para colocar el segundo electrodo directamente dentro de este ventrículo. El acceso se realizaría, al igual que en el caso de los implantes convencionales, a través de la vena subclavia (situada debajo de la clavícula), hasta llegar a las cavidades derechas del corazón. Una vez allí, mediante punción desde el lado derecho del corazón se accedería hasta la aurícula izquierda, desde donde se pasaría al ventrículo izquierdo que alojaría directamente el segundo electrodo. Por otro lado, la parte del dispositivo generadora del impulso eléctrico, que incluye la batería, se alojaría bajo la clavícula, de forma completamente idéntica a los dispositivos implantados de forma convencional. Desde allí partirían los cables con los electrodos hasta el corazón.
Pacientes candidatos
Como se sabe, los marcapasos o desfibriladores de resincronización están indicados en aquellas personas con insuficiencia cardiaca severa o avanzada con trastornos de conducción cardíaca. Aproximadamente, un 10% de ellos presenta problemas en el sistema venoso coronario que impiden el paso o la colocación del cable que porta un electrodo. Ese porcentaje de pacientes constituiría el de los candidatos a implantar este dispositivo de resincronización mediante la nueva técnica.
La indicación para este procedimiento se limitaría además a aquellos pacientes que tomen medicación anticoagulante, tipo Sintrom. Según explica la doctora Calvo, “los candidatos serían aquellos pacientes que a priori tomen anticoagulantes debido a arritmias. Tras implantar este tipo de marcapasos o desfibrilador es necesario que el paciente esté anticoagulado porque al colocar un cable en la parte izquierda del corazón, la presencia del electrodo podría generar trombos”.
El tiempo de intervención para implantar el dispositivo de resincronización mediante esta técnica se prolonga por espacio aproximado de una hora, similar al necesario para colocar un dispositivo de la forma convencional. El procedimiento se realiza con anestesia local y sedación y el ingreso hospitalario habitual es de 24 horas.
De la misma manera que los marcapasos o desfibriladores de resincronización normales, en este caso, el dispositivo cardiaco se monitoriza también a distancia, mediante tecnología GSM (sistema de telecontrol a través de las redes de telefonía móvil), “de forma que desde la Clínica se puede observar la evolución del paciente. Además, el dispositivo transmite también al centro hospitalario tanto la existencia de arritmias, como cualquier incidencia del propio dispositivo”, explica la cardióloga.