Un médico español forma a más de 400 cirujanos vasculares americanos en una nueva técnica
El Dr. José Ignacio Leal, especialista en Cirugía Vascular de la Clínica Universidad de Navarra de Madrid, es uno de los desarrolladores de un novedoso procedimiento para tratar el estrechamiento de las arterias carótidas, vasos principales que nutren el cerebro
26 de junio de 2018
El Dr. José Ignacio Leal, especialista en Cirugía Vascular de la Clínica Universidad de Navarra de Madrid, ha formado en Chicago a más de 400 cirujanos vasculares estadounidenses en una nueva técnica para tratar el estrechamiento de las arterias carótidas, vasos principales que nutren de sangre al cerebro, por lo que una disminución de su diámetro puede bloquear el flujo de sangre y causar un accidente cerebrovascular.
Esta intervención (Revascularización Transcarotídea - TCAR) se realiza con un sistema de protección cerebral basado en el flujo reverso, algo que marca la diferencia con los otros procedimientos que se usan habitualmente para tratar el estrechamiento de estas arterias (la cirugía abierta y la introducción de un stent por vía femoral) y en cuyo desarrollo ha participado activamente el Dr. Leal.
De hecho, en Estados Unidos es el único procedimiento aceptado por la FDA (U.S Food & Drug Administration) para implantar un stent en la estenosis (estrechamiento) más común, la asintomática, que sufren un 80% de los pacientes con esta patología.
Estos cursos de formación tienen lugar todos los meses en los laboratorios de simulación quirúrgica OLC (Chicago). El último ha tenido lugar el 25 de junio y está dirigido a los cirujanos vasculares que quieren aprender esta técnica para poder realizarla en sus hospitales. Dentro del profesorado, el Dr. José Ignacio Leal es el único médico español que imparte estos cursos de formación.
Más de 200 casos a la semana
El Dr. José Ignacio Leal es uno de los desarrolladores de esta técnica. Durante un año y medio (enero de 2016 a mayo de 2017), se dedicó por completo a formar a todos los especialistas que estuviesen interesados en realizarla en sus propios hospitales. Por eso, viajó entre dos y tres veces al mes a Estados Unidos para enseñar el procedimiento en el quirófano cada vez que se programaba un caso.
Al aumentar el número de pacientes (actualmente se realizan alrededor de 200 casos por semana), la empresa que comercializa el dispositivo, Silkroad Medical, decidió organizar cursos de formación (TEST Drive: TCAR Education and Simulation Training) para que los cirujanos interesados pudiesen aprender esta técnica. A día de hoy, se han realizado 23 cursos en los que se han formado a más de 400 cirujanos vasculares.
Una técnica que protege al cerebro de sufrir un ictus
Las arterias carótidas se sitúan en el cuello y son los principales vasos que nutren de sangre el cerebro, por lo que el estrechamiento de estas arterias puede causar un ictus.
Existen dos procedimientos convencionales para tratar el estrechamiento de estas arterias, la cirugía abierta y la introducción de un stent por la vía femoral. Sin embargo, la técnica TCAR combina ambas técnicas y logra los resultados más bajos de ictus durante la intervención. Esta técnica se realiza con anestesia local a través de una pequeña incisión en la base del cuello, donde se controla la arteria carótida común. A través de un introductor y un dispositivo de reversión del flujo sanguíneo, se realiza la colocación del stent.
La mayor ventaja de esta técnica es que invierte el flujo sanguíneo. Durante las cirugías habituales existe un riesgo importante de que se desprendan fragmentos de la placa que produce el estrechamiento y que viajen por la arteria hasta el cerebro, lo que puede provocar accidentes cerebrovasculares.
Sin embargo, esta nueva técnica utiliza durante la intervención un dispositivo que invierte el flujo de la sangre en la arteria carótida, aspirando los posibles fragmentos desprendidos y reteniéndolos en un filtro, minimizando así la posibilidad de sufrir un ictus. Este procedimiento ofrece muchas ventajas tanto al paciente, en seguridad (menor tasa de ictus) y comodidad (anestesia local en vez de general), como para los cirujanos, porque al contar con el sistema de protección cerebral, la tasa de complicaciones es menor.