Un nuevo sistema adapta la estimulación al cerebro para mejorar los trastornos del movimiento en pacientes con párkinson

La Clínica Universidad de Navarra es el primer hospital de España que utiliza una tecnología pionera, más precisa y eficiente, para personalizar en tiempo real la energía aplicada en función de la actividad neuronal

En el centro y de izq., a dcha., el Dr. Laín González-Quarante, la Dra. María Cruz Rodríguez Oroz y la Dra. Icíar Avilés-Olmos junto a representantes de Medtronic, empresa fabricadora del dispositivo.

17 de febrero de 2025

La Clínica Universidad de Navarra es el primer hospital de España en utilizar la estimulación cerebral profunda adaptativa en pacientes con párkinson. Se trata de un sistema que permite ajustar la energía con que se estimula el cerebro y personalizar la terapia en función de la actividad neuronal de cada persona para reducir temblores, rigidez, lentitud de movimientos y otros síntomas asociados con esta enfermedad.

La estimulación cerebral profunda (DBS, por sus siglas en inglés) es una técnica que se utiliza desde hace 30 años y que transmite señales eléctricas al cerebro a través de electrodos que se implantan en áreas específicas. Para su funcionamiento se colocan los propios electrodos y un neuroestimulador cerca de la clavícula que es el que genera los impulsos eléctricos necesarios. Este tratamiento se utiliza cuando los fármacos no consiguen una mejoría mantenida del paciente.

Según la Dra. María Cruz Rodríguez Oroz, directora del Departamento de Neurología y de la Unidad de Trastornos del Movimiento de la Clínica, “a diferencia del DBS tradicional, que proporciona una estimulación constante, esta nueva tecnología utiliza un sistema que ajusta la energía en tiempo real a partir de la actividad cerebral de cada paciente. Esto provoca que mejore su calidad de vida”.

La colocación del dispositivo médico se realiza mediante cirugía. El Dr. Laín González-Quarante, especialista del Departamento de Neurocirugía de la Clínica, explica que “se realiza un proceso minucioso de planificación en el que se utiliza inteligencia artificial para seleccionar el área del cerebro donde se implantarán los electrodos. Posteriormente, la cirugía se desarrolla con el uso del registro neurofisiológico e imágenes intraoperatorias para confirmar que los electrodos se ubican en la zona ideal para cada paciente”.

Por su parte, la Dra. Icíar Avilés-Olmos, neuróloga de la Clínica, recalca que “la estimulación adaptativa permite ajustar la estimulación en tiempo real, personalizándola según las necesidades cambiantes del paciente, tras identificar cambios en señales cerebrales asociadas a síntomas clínicos”.  

La fase de adaptación es diferente en cada persona y el tiempo para notar los beneficios puede ser variable. Por eso, es habitual que haya que acudir al hospital en varias ocasiones durante las semanas o meses posteriores a la activación del dispositivo para ir configurándolo y adaptándolo.  

El párkinson es una enfermedad que, según la Sociedad Española de Neurología, afecta en España a cerca de 150.000 personas. Además, se espera que el número de afectados se duplique en 20 años y se triplique en 2050. Su principal característica es la muerte progresiva de neuronas en una parte del cerebro lo que provoca una marca disminución de la dopamina. Sus síntomas más característicos son la torpeza generalizada, la escasa motilidad espontánea, el temblor en reposo y la rigidez.