El palo de golf de Jon Rahm, a subasta para luchar contra el cáncer infantil
Niños contra el Cáncer subasta a partir del sábado, 21 de diciembre, el palo de golf donado por Jon Rahm, número 3 del ranking mundial y recientemente elegido Jugador del Año en el European Tour, para recaudar fondos para el cáncer infantil.
20 de diciembre de 2019
Niños contra el Cáncer comienza mañana, 21 de diciembre, Día Nacional del Niño con Cáncer, la subasta del palo de golf (putter) de Jon Rahm, número 3 del ranking mundial y recientemente elegido Jugador del Año en el European Tour, con el objetivo de destinar los fondos obtenidos de forma íntegra a la investigación del cáncer infantil y el tratamiento de niños que padecen un tumor.
“Estamos muy agradecidos al golfista Jon Rahm por donarnos su palo de golf para que podamos seguir luchando contra los tumores infantiles. Gracias a esta acción, a partir del 21 de diciembre, Día Nacional del Cáncer Infantil y hasta el día 15 de enero, tendrá lugar una subasta benéfica en nuestra página web”, indica Pilar Lorenzo, responsable de Niños contra el Cáncer, el programa de la Clínica Universidad de Navarra que canaliza la solidaridad de particulares y de las empresas y los pone al servicio de la investigación del cáncer infantil y de las familias, para facilitar el acceso a tratamientos específicos.
Niños contra el Cáncer apuesta, además de por el tratamiento de niños que padecen tumores, por la investigación para avanzar en la curación y para mejorar los tratamientos actuales con el objetivo de reducir las secuelas que puedan limitar la calidad de vida de estos niños en el futuro.
En concreto, los investigadores promueven estudios preclínicos y ensayos clínicos con diferentes estrategias terapéuticas como, por ejemplo, el uso de los adenovirus oncolíticos (virus modificados genéticamente –como el virus del resfriado- para que eliminen de forma selectiva las células tumorales sin afectar a las sanas) o tratamientos inmunoterápicos que estimulan el sistema inmunológico del paciente para que reconozca y destruya las células tumorales de un modo más eficaz, limitando la toxicidad para el niño.