El uso de células madre muestra eficacia clínica para el tratamiento de la artrosis de rodilla
Un ensayo clínico en fase II promovido por la Clínica Universidad de Navarra demuestra la mejora en dolor y función frente a los tratamientos convencionales
5 de octubre de 2020
El tratamiento de la artrosis de rodilla con células madre mejora el estado clínico y funcional de la articulación y, de esta forma, la calidad de vida de los pacientes. Así lo han comprobado en un ensayo clínico en fase II promovido por la Clínica Universidad de Navarra en colaboración con el Complejo Hospitalario de Salamanca y el Hospital San José de Vitoria.
Este ensayo clínico es posterior a un fase I publicado en el año 2016, donde se intuía este efecto y se demostraba la seguridad del procedimiento. “En esta fase de la investigación hemos observado una mejoría clínica cuando inyectamos las células madre en la rodilla, sobre todo, a largo plazo. Este efecto más prolongado sobre el dolor, que es la causa por la que los pacientes acuden a consulta, se debe al efecto antiinflamatorio de las células”, explica el Dr. José Lamo de Espinosa, especialista en Cirugía Ortopédica y Traumatología de la Clínica Universidad de Navarra e investigador principal del trabajo.
Con la participación de 60 pacientes, este ensayo ha comparado las células madre con el tratamiento convencional que emplea plasma rico en plaquetas. Los resultados, publicados en la revista Journal of Translational Medicine, han revelado un efecto más duradero con este nuevo procedimiento, siendo los pacientes que recibieron tratamiento celular, los únicos que se pueden considerar que respondieron al tratamiento tras los 12 meses de seguimiento.
“Hemos administrado una inyección intraarticular de células madre procedentes de la médula ósea (cresta ilíaca), que anteriormente habían sido cultivadas en el Laboratorio de Terapia Celular de la Clínica, bajo condiciones GMP (Good Manufacturing Practice). A diferencia de otros productos que no contienen células madre, como el plasma rico en plaquetas u otros aspirados de médula ósea o grasa (que se centrifugan y no se cultivan), las células madre cultivadas son un medicamento, y como tal requieren de un proceso de fabricación cuidadoso, en condiciones similares a la de la fabricación de un medicamento comercial, lo que se conoce como condiciones GMP (en castellano NCF Normas de Correcta Fabricación)”, detalla el Dr. Lamo de Espinosa.
“Durante un año hemos evaluado al paciente mediante resonancias magnéticas, radiografías y mediante dos escalas del dolor, la escala analógica visual y la especfía de artrosis, el WOMAC”, añade.
Siguientes pasos en la investigación
Una vez probada la eficacia de este tratamiento, la investigación abre ahora una fase III en la que esperan reclutar a 120 pacientes. “Lo que vamos a hacer es evaluar pacientes que reciben células madre autólogas (del propio paciente) con células alogénicas (de donantes). Ambos grupos los compararemos con otro de control que no recibirán tratamiento con células madre”, apunta.
La posibilidad de emplear células alogénicas va a ofrecer al paciente la posibilidad de evitar un paso más como es la biopsia y la posibilidad de utilización de células de pacientes más jóvenes, sin artrosis, cuya capacidad funcional es presumiblemente mayor. Además, como reconoce el especialista, “de un solo donante se puede obtener cultivos para más pacientes y eso nos permitirá tener disposición de administrarlo de forma inmediata, sin necesidad de esperar al cultivo, en el futuro”.