Eclampsia

La eclampsia es una complicación severa del embarazo que se caracteriza por la aparición de convulsiones generalizadas en mujeres diagnosticadas previamente con preeclampsia, una condición que incluye hipertensión arterial y proteinuria después de las 20 semanas de gestación.

Esta enfermedad constituye una emergencia médica y obstétrica que pone en riesgo la vida tanto de la madre como del feto, y requiere intervención inmediata.

La eclampsia es parte del espectro de los trastornos hipertensivos del embarazo y representa una de las principales causas de mortalidad y morbilidad materna y perinatal a nivel mundial, particularmente en países con recursos limitados.

Epidemiología de la eclampsia

La incidencia de la eclampsia varía significativamente según la región y el acceso a cuidados prenatales. En países desarrollados, donde la atención prenatal es más accesible, la incidencia es baja, con cifras estimadas de 1 a 2 casos por cada 10.000 nacimientos. En contraste, en países en vías de desarrollo, donde las limitaciones en los servicios de salud persisten, la eclampsia puede presentarse en hasta 1 de cada 100 embarazos.

La eclampsia ocurre con mayor frecuencia en el tercer trimestre del embarazo, aunque también puede manifestarse durante el parto o en el período posparto temprano, generalmente dentro de las primeras 48 horas posteriores al nacimiento. Los factores de riesgo incluyen embarazos en adolescentes, mujeres mayores de 35 años, primigravidez, antecedentes de preeclampsia en embarazos previos, obesidad, y condiciones médicas preexistentes como diabetes o enfermedad renal crónica.

Causas y patogenia de la eclampsia

Aunque la causa exacta de la eclampsia no está completamente comprendida, su desarrollo se asocia con una combinación de factores genéticos, inmunológicos y vasculares. La patogenia de la eclampsia está estrechamente relacionada con la disfunción endotelial sistémica, la vasoconstricción y la hipoperfusión de órganos vitales, incluido el cerebro.

Entre los mecanismos subyacentes más relevantes se encuentran:

  • Placenta isquémica: Una placentación anormal puede resultar en una liberación excesiva de factores antiangiogénicos y proinflamatorios que dañan el endotelio vascular.
  • Disfunción cerebral: La hipoperfusión y la alteración de la autorregulación cerebral pueden llevar a edema cerebral, hemorragias microvasculares y convulsiones.
  • Activación de la cascada inflamatoria: La liberación de mediadores inflamatorios exacerba la respuesta endotelial, aumentando la permeabilidad vascular y favoreciendo el edema.
  • Equipo de expertos: contamos con especialistas y un equipo de matronas especialmente formado en el control del embarazo. Disponemos de una Unidad de Neonatología con la última tecnología que garantiza los cuidados al recién nacido.
  • Asistencia individualizada y especializada: asistencia prenatal y del parto en embarazo de bajo y alto riesgo.
  • Tecnología avanzada: contamos con la última tecnología, como una ecografía de alta resolución en el diagnóstico prenatal.
  • Microcirugía tubárica: reversión de la ligadura de trompas.
  • Diagnóstico prenatal: evaluación de células fetales, líquido amniótico o membranas amnióticas para detectar anomalías fetales.

Manifestaciones clínicas de la eclampsia

La eclampsia se caracteriza por convulsiones tónico-clónicas generalizadas, que pueden ocurrir sin aviso en mujeres con signos previos de preeclampsia. Estas convulsiones suelen durar entre 60 y 90 segundos y son seguidas por un estado posictal de confusión o somnolencia.

Los síntomas prodrómicos, que pueden preceder a las convulsiones, incluyen:

  • Cefalea severa persistente.
  • Alteraciones visuales, como visión borrosa, fotofobia o puntos negros.
  • Dolor epigástrico o en el cuadrante superior derecho del abdomen, sugerente de afectación hepática.
  • Náuseas o vómitos.

Además, las mujeres con eclampsia pueden presentar otros signos clínicos asociados a preeclampsia severa, como hipertensión arterial marcada (≥160/110 mmHg), proteinuria significativa y edema generalizado.

Diagnóstico de la eclampsia

El diagnóstico de eclampsia se basa en la identificación de convulsiones en el contexto de preeclampsia conocida o sospechada. No obstante, otras condiciones deben excluirse mediante un diagnóstico diferencial cuidadoso. Estas incluyen:

  • Epilepsia preexistente.
  • Accidentes cerebrovasculares.
  • Hemorragias intracraneales.
  • Tumores cerebrales.
  • Encefalopatía hipertensiva.

Las pruebas complementarias pueden incluir:

  • Pruebas de laboratorio: Niveles de creatinina, enzimas hepáticas, recuento de plaquetas y electrolitos para evaluar la gravedad de la preeclampsia.
  • Neuroimágenes: La tomografía computarizada (TC) o resonancia magnética (RM) pueden ser útiles para descartar hemorragias intracraneales o lesiones estructurales.

Tratamiento de la eclampsia

El manejo de la eclampsia se centra en estabilizar a la madre, prevenir convulsiones recurrentes y planificar el parto de manera segura, ya que la resolución definitiva de la eclampsia ocurre con el nacimiento del feto y la placenta.

Control de las convulsiones

El sulfato de magnesio es el tratamiento de elección para prevenir y controlar las convulsiones. Se administra en una dosis inicial de carga intravenosa seguida de una infusión de mantenimiento.
En casos refractarios, se pueden utilizar benzodiazepinas o fenitoína como terapias adyuvantes.

Control de la hipertensión arterial

Se utilizan antihipertensivos como labetalol, hidralazina o nifedipino para reducir la presión arterial severa y minimizar el riesgo de complicaciones cerebrovasculares.

Evaluación del estado materno y fetal

  • Monitorización continua de los signos vitales maternos y del bienestar fetal mediante cardiotocografía.
  • Evaluación frecuente de los reflejos tendinosos y los niveles de magnesio para prevenir toxicidad.

Planificación del parto

En mujeres con eclampsia, el parto es la única intervención curativa definitiva. Dependiendo de la edad gestacional y la estabilidad materna y fetal, se puede considerar un parto vaginal o una cesárea.

Complicaciones de la eclampsia

La eclampsia puede asociarse a complicaciones graves que ponen en riesgo la vida de la madre y del feto. Entre las complicaciones maternas se incluyen:

  • Edema cerebral y encefalopatía hipertensiva.
  • Hemorragia intracraneal o accidente cerebrovascular.
  • Insuficiencia hepática o hematoma hepático.
  • Síndrome de HELLP (hemólisis, enzimas hepáticas elevadas y plaquetopenia).
  • Desprendimiento prematuro de placenta.

En cuanto a las complicaciones en el feto, los riesgos incluyen restricción del crecimiento intrauterino, parto prematuro, hipoxia fetal y muerte perinatal.

Prevención de la eclampsia

La prevención de la eclampsia se centra en la identificación temprana y el manejo adecuado de la preeclampsia. Algunas medidas clave incluyen:

  • Monitoreo regular de la presión arterial y análisis de orina durante las consultas prenatales.
  • Administración de aspirina en dosis bajas a mujeres con alto riesgo de preeclampsia.
  • Suplementación con calcio en mujeres con dietas deficientes en este mineral.
  • Educación a las pacientes sobre los signos de alarma, como cefalea severa y alteraciones visuales.