Epilepsia: Consejos para el día a día
Hasta un 1% de la población puede sufrir una crisis epiléptica a lo largo de su vida. Hoy, 24 de mayo, se celebra el Día Nacional de la Epilepsia, una enfermedad neurológica que afecta a cerca de 400.000 personas en España. La epilepsia se caracteriza por crisis espontáneas y bruscas que, dependiendo de la intensidad y asiduidad, pueden llegar a limitar el día a día de quienes la padecen, en especial si las crisis son convulsivas.
“La repercusión en la vida diaria es muy variable y va a depender del tipo y número de crisis que tengan los pacientes. Las más limitantes son las crisis convulsivas, ya que la persona pierde la conciencia y se cae. Sin embargo, hay también otros tipos de crisis muy breves y en la que la persona no pierde la conciencia, por lo que puede seguir realizando la tarea en la que estaba”, reconoce el Dr. Asier Gómez, neurólogo de la Unidad de Epilepsia de la Clínica Universidad de Navarra en Campus Madrid.
Pese a que el tratamiento farmacológico contribuye a controlar estas crisis, es cierto que los pacientes epilépticos pueden sufrir ciertas limitaciones para su vida diaria. Un ejemplo claro es conducir. Por ley, una persona con epilepsia, en general, para tener permitido ponerse al volante necesita llevar un año libre de crisis o con crisis exclusivamente en sueño.
“También recomendamos evitar la práctica de deportes de riesgo como paracaidismo, escalada o buceo, donde sufrir una crisis puede poner en riesgo a la persona”, señala el especialista. Mientras que en ámbito laboral pueden ejercer la mayoría de profesiones, “salvo aquellas que requieran uso de armas, como puede ser un policía o militar, o que impliquen estar en situaciones peligrosas como en altura o cerca del agua”.
¿Cómo una persona con epilepsia puede normalizar su situación?
“El mayor consejo que damos a este respecto es que la persona con epilepsia lleve una vida lo más activa posible. Es decir, desde un punto de vista general, la mejor recomendación es intentar llevar una vida lo más parecida al inicio de la enfermedad”, aconseja el Dr. Gómez. Una opción interesante para conseguir ese ritmo activo es la práctica de ejercicio físico.
Pese a que, como ha apuntado el neurólogo, el deporte de riesgo no es recomendado, sí lo es la práctica de otras actividades deportivas como salir a correr, hacer ciclismo o natación. “Aunque dependiendo de la situación de cada uno es conveniente que lo haga de forma acompañada”, advierte.
¿Qué otros consejos prácticos se pueden adaptar en casa? “Es aconsejable evitar riesgos en la cocina o el baño como, por ejemplo, no cerrando con pestillo o utilizando la ducha en vez de darse un baño”, apunta y añade que “también recomendamos otras medidas como proteger o limar las aristas de los muebles, dormir en camas bajas y evitar cristales tanto en puertas como armarios”.