La higiene alimentaria, imprescindible para evitar la listeriosis
Un brote de listeriosis en Andalucía ha puesto el foco sobre esta infección. Pero, ¿en qué consiste? ¿Cómo se contagia y qué consecuencias tiene? El origen está en la listeria, en concreto la Listeria monocytogenes, una bacteria que se encuentra en el ambiente y puede entrar en contacto con los animales y vegetales, que se convierten en el medio por el cual las personas pueden contraer esta enfermedad.
Una infección que habitualmente cursa de forma leve, incluso, “la mayor parte de las personas que han podido ingerir productos contaminados permanecen asintomáticos”, explica la Dra. Alejandra Pérez, especialista del Departamento de Microbiología de la Clínica Universidad de Navarra en Madrid. Pese a que muchos no son conscientes de que la padecen, el peligro reside en aquellas personas que poseen factores de riesgo: “personas de edad avanzada, embarazadas y pacientes inmunodeprimidos”.
Los síntomas de una listeriosis, en un cuadro leve, pueden asemejarse a los de una gastroenteritis como dolor abdominal, diarrea, malestar e, incluso, puede cursar con fiebre alta. Sin embargo, en personas con el sistema inmune más débil pueden aparecer cuadros graves como una meningitis. Mientras que en las pacientes embarazadas, “más que el cuadro que ellas desarrollan el peligro está en las consecuencias para el feto”. Por ejemplo, puede provocar abortos o afectaciones en el recién nacido.
Ante la sospecha de haber consumido el alimento contaminado con listeria, se debe acudir a un centro médico, donde el especialista valorará la situación del paciente y aplicará las medidas necesarias para la correcta evolución del paciente.
Precaución a su resistencia
“Una de las características más importantes de la listeria, y por eso existe un control alimentario dentro de la legislación europea, se basa en su capacidad de crecer en condiciones de temperatura extrema. Resiste tanto al frío (a unos 4º) como al calor (40º)”, apunta la especialista. “Pese a que nos son las temperaturas idóneas para la bacteria, sí puede permanecer viable en ellas”.
Esa resistencia hace necesario una higiene adecuada de los alimentos para poder inactivar la bacteria y evitar así contraer la infección de la listeriosis. Especialmente para las personas incluidas en el grupo de riesgo, se recomienda un completo cocinado de los alimentos (“cocinar a alta temperatura o la congelación inactivan la bacteria”), evitar comerlos crudos o aquellos elaborados que no precisan de una cocción adicional.