Convivir con el infarto
Las primeras arterias que salen de la arteria aorta para nutrir a un órgano son las arterias coronarias encargadas de aportar sangre oxigenada al corazón. Gracias a este aporte de sangre, el corazón puede ejercer su función de bomba y así contraerse e impulsar la sangre a todo el organismo.
De este modo, podemos aceptar que el corazón es un potente músculo que se contrae constantemente, más rápido, por ejemplo, cuando hacemos ejercicio, y más lento, cuando estamos durmiendo.
Una vez conocido el estado en el que queda el corazón, debería realizarse a todos los pacientes una correcta rehabilitación cardiaca. Esto se debe hacer en hospitales de modo ambulatorio o en centros cualificados con instalaciones para tal fin, como son los clubes coronarios o centros de rehabilitación cardiaca, etc.
La muerte de una parte del músculo del corazón se llama infarto y como músculo se llama en griego "mio" y corazón "cardio" de ahí el nombre de infarto de miocardio. Los lugares donde son ingresados los pacientes con infarto de miocardio se denominan "Unidades Coronarias".
Cuando una arteria coronaria es normal, el flujo es normal también. Cuando una arteria tiene una estrechez o reducción de calibre (estenosis), al hacer algún esfuerzo la sangre no pasa bien al músculo cardiaco y este se queja con dolor en el pecho habitualmente. Esto se llama "angina de pecho". Y si el esfuerzo cesa, la angina puede desaparecer.
En ocasiones, estas reducciones del calibre de la arteria coronaria se agravan porque se forma un trombo sobre ellas y la arteria se cierra por completo, de tal manera que el dolor que aparece no cede en varios minutos, incluso en horas y eso es típico del "infarto de miocardio".
Debemos afirmar que todos los infartos no son iguales, aunque si hay algunos parecidos. Los infartos son diferentes según su localización (anterior, lateral, inferior, posterior y combinaciones entre ellos) y también según su evolución, es decir, complicados o no complicados.
Se denomina complicado aquel infarto que presenta, desde el inicio o durante su evolución en las primeras horas, complicaciones que pueden ser desde banales hasta severas. Una vez el paciente ha superado la fase aguda y puede salir de la unidad coronaria, pasará una fase subaguda de hospitalización en donde se realizarán un grupo de pruebas para estudiar el estado en el que ha quedado el corazón (estratificación de riesgo).
Por razones que se desconocen, no todos los pacientes que han sufrido un infarto acuden a esta rehabilitación y España tiene las cifras mas bajas de participación en estos programas en relación con Europa.
En función de la personalidad de cada paciente, puede ser necesario un apoyo psicológico, psicoterapia, ya que muchos de estos pacientes (la mayoría varones) están desempeñando un trabajo, tanto físico como intelectual, y tienen la sensación de haber quedado "como inválidos", incluso de culpabilidad o minusvalía, incapacidad etc. Y esto no siempre es así.
Área de Medicina Deportiva
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