La importancia de consumir leche
La leche aporta muchos nutrientes, además de agua y minerales. Es rica en proteínas y azúcares, importantes para el organismo.
Entre las proteínas destaca la caseína, diversas seroglobulinas y albúminas, así como otras de utilidad como la lactoferrina.
De los azúcares, tiene importancia la lactosa (constituida por glucosa y galactosa). Aporta una gran cantidad de calcio y otros minerales como el fósforo y potasio.
La leche, además, contiene vitaminas y algunas enzimas digestivas. Todos esos componentes le confieren una gran utilidad para el organismo. Respecto a las grasas, pertenecen a las derivadas de alimentos de origen animal, muchas de ellas saturadas (más perjudiciales), estando presentes en abundancia y que ha determinado la aparición de leches modificadas según ese contenido en grasas.
Desde siempre se ha considerado un alimento esencial para la etapa del desarrollo y crecimiento, pero también es de gran utilidad a lo largo de toda la vida. Debido a su composición completa, constituye un alimento que se debe consumir en los primeros años de vida sin menospreciarlo en relación con otros más atractivos pero menos útiles.
Las características de la leche dependen desde la forma de obtención (incluyendo el tipo de animal y su alimentación) hasta su traslado y tratamiento posterior.
¿Se consume suficiente leche?
El consumo de leche ha estado muy relacionado con el desayuno. Sin embargo, en la medida que esa comida ha empezado a ser despreciada, de la misma forma el consumo de leche se ha relativizado. La presencia de abundantes derivados lácteos en el mercado ha competido con ese alimento.
Aunque en ellos la leche interviene como elemento fundamental, no suele aportar la misma cantidad de nutrientes y minerales o en igual proporción. Resulta fundamental mantener ese consumo de leche en las personas en crecimiento o con problemas nutricionales y enfermedades crónicas (sin que sustituyan a otros alimentos indispensables).
No deja de ser fundamental también a lo largo de la vida. Ayuda a evitar no sólo déficits de nutrición sino también un aporte insuficiente de calcio. Todo ello tiene consecuencias en la salud del metabolismo y del sistema óseo. Entre las principales limitaciones están las derivadas de una intolerancia o alergia a algunos de sus componentes, como sucede con la lactosa, o bien diversas proteínas y antígenos presentes.
La leche, junto con el huevo y el pescado, son las causas de alergia más frecuentes en los niños menores de 5 años.
La Clínica Universidad de Navarra es el primer centro sanitario navarro que ofrece un tratamiento para eliminar las reacciones alérgicas a la leche y el huevo.
El tratamiento de desensibilización logra que en dos meses los pacientes puedan consumir alimentos que contienen leche sin reacciones alérgicas.