DICCIONARIO MÉDICO

Abarticulación

¿Qué es abarticulación?

La abarticulación, también conocida como luxación, es una condición médica caracterizada por la separación anormal de las superficies articulares de un hueso. Esta separación resulta en una pérdida completa de contacto entre las superficies articulares, lo que provoca dolor, disfunción y, en muchos casos, deformidad en la articulación afectada. La abarticulación puede ocurrir en cualquier articulación del cuerpo, aunque es más común en las articulaciones del hombro, codo, dedos, cadera y rodilla.

Las causas de la abarticulación son variadas e incluyen traumatismos directos, como caídas o golpes, que aplican una fuerza excesiva sobre la articulación, forzándola más allá de su rango normal de movimiento. Otras causas pueden ser la debilidad de los ligamentos y músculos que rodean la articulación, condiciones congénitas que predisponen a una mayor laxitud articular, o enfermedades crónicas como la artritis reumatoide, que deterioran las estructuras articulares.

Los síntomas de una abarticulación son típicamente agudos y evidentes, incluyendo un dolor intenso, incapacidad para mover la articulación afectada, deformidad visible y, en algunos casos, hinchazón y hematomas alrededor de la articulación. En el caso de una luxación de hombro, por ejemplo, el brazo puede aparecer fuera de su posición normal, y el paciente puede sentir que el hombro está "fuera de lugar".

El diagnóstico de la abarticulación se basa en una combinación de la historia clínica del paciente, el examen físico y estudios de imagen, como radiografías, que confirman la posición anormal de los huesos. En algunos casos, pueden ser necesarias técnicas de imagen más avanzadas, como la resonancia magnética (RM) o la tomografía computarizada (TC), para evaluar el daño a los tejidos blandos circundantes.

El tratamiento de la abarticulación generalmente requiere una reducción, que es el procedimiento de realinear las superficies articulares desplazadas. La reducción puede realizarse de manera cerrada, sin cirugía, mediante maniobras específicas para volver a colocar el hueso en su lugar, o de manera abierta, a través de cirugía, si la reducción cerrada no es posible o hay daño significativo a las estructuras articulares. Posteriormente, se puede inmovilizar la articulación para permitir la cicatrización adecuada y prevenir una nueva luxación.

La rehabilitación es una parte crucial del tratamiento para restaurar la función completa de la articulación afectada. Incluye fisioterapia para fortalecer los músculos alrededor de la articulación, mejorar la flexibilidad y el rango de movimiento, y educar al paciente sobre las técnicas de prevención de futuras luxaciones. La recuperación completa puede variar desde semanas hasta meses, dependiendo de la gravedad de la luxación y la adherencia del paciente al plan de rehabilitación.

En algunos casos, pueden ser necesarias intervenciones quirúrgicas adicionales para reparar o reconstruir ligamentos, tendones o cartílagos dañados. Estas cirugías pueden ser mínimamente invasivas, como la artroscopia, o abiertas, dependiendo del alcance del daño y la articulación afectada.

La prevención de la abarticulación implica estrategias para evitar lesiones, como el uso de equipo de protección adecuado durante actividades deportivas, la realización de ejercicios de fortalecimiento y flexibilidad para mantener la estabilidad articular, y el tratamiento adecuado de condiciones médicas subyacentes que puedan predisponer a una mayor laxitud articular.

Es importante destacar que la abarticulación puede tener complicaciones a largo plazo si no se trata adecuadamente. Estas complicaciones incluyen la inestabilidad crónica de la articulación, donde la articulación se desplaza repetidamente; la artritis postraumática, que resulta del daño al cartílago articular; y la debilidad o atrofia muscular debido a la inmovilización prolongada o la falta de uso.

© Clínica Universidad de Navarra 2023

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