DICCIONARIO MÉDICO

Ablación

¿Qué es la ablación?

La ablación es un término médico que se refiere a la eliminación o destrucción de tejido corporal mediante una variedad de métodos, incluyendo técnicas quirúrgicas, térmicas, químicas, eléctricas y de radiofrecuencia. Este procedimiento se utiliza para tratar diversas condiciones médicas, incluyendo arritmias cardíacas, cánceres, tumores benignos, y otras patologías donde la eliminación del tejido afectado es necesaria para mejorar la salud del paciente. La palabra "ablación" proviene del latín "ablatus", que significa "quitar" o "llevarse".

En el contexto de la Cardiología, la ablación es un tratamiento común para las arritmias cardíacas, especialmente la fibrilación auricular, que es una de las arritmias más frecuentes. La ablación cardíaca puede realizarse mediante catéteres (ablación con catéter) o durante una cirugía a corazón abierto. En la ablación con catéter, se inserta un tubo fino y flexible a través de los vasos sanguíneos hasta el corazón, donde se aplica energía para destruir pequeñas áreas de tejido cardíaco que causan arritmias. Los tipos de energía utilizados incluyen radiofrecuencia, crioablación (congelación), láser y ultrasonido. Este procedimiento busca restaurar un ritmo cardíaco normal y prevenir recurrencias de la arritmia.

En Oncología, la ablación se utiliza para tratar tumores malignos y benignos. La ablación por radiofrecuencia (RFA) es una técnica que utiliza ondas de radio para generar calor y destruir células cancerosas. Este método es particularmente útil para tratar tumores en órganos como el hígado, los pulmones, los riñones y los huesos. La RFA es una alternativa mínimamente invasiva a la cirugía tradicional y puede ser una opción viable para pacientes que no son candidatos a cirugía debido a condiciones médicas subyacentes. Otro método de ablación en Oncología es la crioablación, que implica la aplicación de temperaturas extremadamente bajas para congelar y destruir el tejido tumoral. Este procedimiento se utiliza comúnmente en el tratamiento de cáncer de riñón y cáncer de mama.

La ablación también se emplea en el tratamiento de condiciones ginecológicas, como los fibromas uterinos y el endometrio anormal. La ablación endometrial es un procedimiento que destruye el revestimiento del útero (endometrio) para tratar el sangrado uterino anormal. Esta técnica puede realizarse mediante diversos métodos, incluyendo energía de radiofrecuencia, crioterapia, láser, microondas y ablación térmica por balón. La ablación endometrial es una alternativa a la histerectomía y puede ser adecuada para mujeres que han completado su deseo de fertilidad y buscan una solución menos invasiva para el sangrado excesivo.

En el ámbito dermatológico, la ablación se utiliza para eliminar lesiones cutáneas, verrugas, queratosis actínicas y otros crecimientos anormales de la piel. La ablación láser es una técnica popular en dermatología que utiliza la energía del láser para vaporizar el tejido anormal con alta precisión, minimizando el daño a los tejidos circundantes. Este procedimiento se realiza bajo anestesia local y es efectivo para mejorar la apariencia de la piel y eliminar lesiones no deseadas.

Otro campo donde la ablación encuentra aplicación es en la Neurología, específicamente en el tratamiento del dolor crónico y los trastornos del movimiento. La ablación por radiofrecuencia se utiliza para interrumpir la transmisión de señales nerviosas responsables del dolor. En pacientes con dolor crónico de espalda, cuello o articulaciones, la ablación por radiofrecuencia de los nervios facetarios puede proporcionar alivio significativo. Este procedimiento implica la inserción de una aguja cerca del nervio afectado y la aplicación de calor para interrumpir la función nerviosa. Además, la ablación se utiliza en el tratamiento de ciertos trastornos del movimiento, como el temblor esencial y la distonía, mediante la destrucción de pequeñas áreas del cerebro que controlan los movimientos anormales.

La ablación también tiene aplicaciones en el tratamiento de venas varicosas. La ablación endovenosa, que incluye la ablación con láser y la ablación por radiofrecuencia, es un tratamiento mínimamente invasivo que cierra las venas varicosas mediante la aplicación de calor dentro de la vena afectada. Este procedimiento se realiza bajo guía ecográfica y permite a los pacientes regresar a sus actividades normales rápidamente con menos dolor y una recuperación más rápida en comparación con la cirugía de venas varicosas tradicional.

Desde una perspectiva técnica, la ablación puede implicar diferentes modalidades de energía, cada una con sus ventajas y limitaciones. La elección de la técnica de ablación adecuada depende de la condición médica específica, la localización del tejido afectado, la salud general del paciente y otros factores clínicos. Por ejemplo, la ablación por radiofrecuencia es efectiva para tratar tejidos profundos y es adecuada para pacientes con arritmias cardíacas, mientras que la ablación láser es ideal para procedimientos dermatológicos debido a su precisión y control.

En términos de resultados, la ablación ofrece beneficios significativos, incluyendo la reducción de síntomas, la mejora de la calidad de vida y en algunos casos, la curación de la enfermedad. Sin embargo, como cualquier procedimiento médico, la ablación conlleva riesgos y posibles complicaciones. Estos pueden incluir infección, sangrado, daño a tejidos circundantes y recurrencia de la condición tratada. Es crucial que los pacientes se sometan a una evaluación exhaustiva y discutan los riesgos y beneficios potenciales con su médico antes de optar por un procedimiento de ablación.

En la práctica clínica, la ablación requiere un equipo multidisciplinar de profesionales de la salud, que incluye médicos especialistas, enfermeras, tecnólogos y otros miembros del personal médico. La planificación preoperatoria, la ejecución del procedimiento y el seguimiento postoperatorio son componentes esenciales para el éxito de la ablación. La tecnología avanzada y las técnicas de imagen, como la ecografía, la tomografía computarizada (TC) y la resonancia magnética (RM), juegan un papel crucial en la guía y la precisión del procedimiento de ablación.

© Clínica Universidad de Navarra 2023

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