¿Qué es la acatisia?
La acatisia es un trastorno neurológico caracterizado por una sensación interna de inquietud extrema y una necesidad imperiosa de moverse. Esta condición se asocia frecuentemente con el uso de medicamentos antipsicóticos, aunque también puede estar relacionada con otros medicamentos y condiciones neurológicas. La acatisia puede afectar significativamente la calidad de vida de los pacientes, provocando ansiedad, agitación y movimientos constantes.
Etiología y Factores de Riesgo
La acatisia se origina principalmente por el uso de ciertos medicamentos, particularmente antipsicóticos. Los factores de riesgo incluyen:
- Medicamentos Antipsicóticos: La acatisia es un efecto secundario común de los antipsicóticos de primera generación (típicos) y puede ocurrir con los de segunda generación (atípicos). Los medicamentos como la haloperidol, flufenazina y risperidona están implicados con mayor frecuencia.
- Antidepresivos: Algunos antidepresivos, especialmente los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS) y los inhibidores de la recaptación de serotonina y noradrenalina (IRSN), pueden inducir acatisia.
- Otros Medicamentos: Opiáceos, bloqueadores de los canales de calcio y algunos antieméticos (como metoclopramida) también pueden causar acatisia.
- Enfermedades Neurológicas: Enfermedades neurodegenerativas como la enfermedad de Parkinson pueden presentar acatisia como uno de sus síntomas.
Clasificación de la Acatisia
La acatisia se clasifica en varios tipos según su presentación y curso clínico:
- Acatisia Aguda: Ocurre poco después del inicio del tratamiento con antipsicóticos o aumento de dosis. Los síntomas aparecen dentro de los primeros días o semanas.
- Acatisia Subaguda: Se desarrolla después de varias semanas de tratamiento.
- Acatisia Crónica: Persiste durante meses o incluso años, a menudo a pesar de la interrupción del medicamento causante.
- Acatisia Tardía: Similar a la acatisia crónica, pero se desarrolla después de un uso prolongado de antipsicóticos y puede persistir incluso después de suspender el tratamiento.
Síntomas de la Acatisia
Los síntomas de la acatisia pueden ser tanto físicos como psicológicos:
- Inquietud Física: Incapacidad para permanecer quieto, necesidad constante de mover las piernas, balanceo, pasear de un lado a otro, o cambiar de posición frecuentemente.
- Sensación Interna de Inquietud: Sensación subjetiva de nerviosismo, tensión y malestar interno que impulsa el movimiento.
- Agitación y Ansiedad: Aumento de la ansiedad y la agitación, a veces acompañada de irritabilidad y dificultad para concentrarse.
- Problemas de Sueño: Dificultad para dormir debido a la inquietud y la necesidad de moverse.
Diagnóstico de la Acatisia
El diagnóstico de acatisia es clínico y se basa en la evaluación de los síntomas y la historia del paciente. No existen pruebas de laboratorio específicas para la acatisia, pero pueden realizarse estudios complementarios para descartar otras causas de inquietud o agitación.
- Historia Clínica y Examen Físico: Evaluación detallada de los síntomas, su inicio y la relación con el uso de medicamentos. El examen físico se centra en observar la conducta motora del paciente.
- Escalas de Evaluación: Se pueden utilizar escalas específicas como la Escala de Barnes para Acatisia (BAS) para cuantificar la severidad de los síntomas.
- Evaluación Psicológica: Puede ser necesaria para evaluar el impacto de la acatisia en la salud mental del paciente y para distinguirla de otros trastornos psiquiátricos que pueden causar agitación.
Tratamiento de la Acatisia
El tratamiento de la acatisia implica tanto el manejo de los síntomas como la modificación o suspensión de los medicamentos causantes. Las opciones de tratamiento incluyen:
- Ajuste de Medicamentos: Reducir la dosis del antipsicótico, cambiar a un antipsicótico de segunda generación con menor riesgo de acatisia, o suspender el medicamento si es posible.
- Medicamentos Adjuntos: Se pueden utilizar varios medicamentos para aliviar los síntomas de acatisia, tales como:
- Beta-bloqueantes: Propranolol es el más utilizado y puede ser efectivo para reducir los síntomas motores.
- Benzodiazepinas: Clonazepam y lorazepam pueden proporcionar alivio sintomático.
- Anticolinérgicos: Como el biperideno, aunque su uso debe ser evaluado cuidadosamente debido a los efectos secundarios.
- Agentes Serotoninérgicos: Como el mirtazapina, pueden ser útiles en algunos casos.
- Terapias No Farmacológicas: Técnicas de relajación, terapia cognitivo-conductual y ejercicios físicos pueden complementar el tratamiento médico.
Pronóstico y Seguimiento
El pronóstico de la acatisia varía dependiendo de la causa subyacente y la rapidez con la que se identifique y modifique el tratamiento causante. En muchos casos, los síntomas pueden resolverse con la modificación adecuada del tratamiento, pero en otros pueden persistir a largo plazo, especialmente en casos de acatisia crónica o tardía.
- Seguimiento Regular: Es crucial para evaluar la respuesta al tratamiento y ajustar las intervenciones según sea necesario.
- Educación del Paciente: Informar al paciente sobre la naturaleza de la acatisia, los factores desencadenantes y las estrategias de manejo puede mejorar la adherencia al tratamiento y reducir la ansiedad asociada.
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