DICCIONARIO MÉDICO
Balanopostitis
La balanopostitis es una condición inflamatoria que afecta simultáneamente al glande (balanitis) y al prepucio (postitis) del pene. Esta afección es relativamente común y puede tener diversas etiologías, incluyendo infecciones bacterianas, fúngicas, virales, así como causas no infecciosas como alergias, irritación química y enfermedades dermatológicas subyacentes. La presentación clínica de la balanopostitis varía dependiendo de la causa subyacente, pero los síntomas más comunes incluyen enrojecimiento, hinchazón, dolor, prurito y secreción en la región afectada. Los pacientes pueden también experimentar dificultad para retraer el prepucio (fimosis) y dolor durante la micción o las relaciones sexuales. En algunos casos, las lesiones pueden ulcerarse o desarrollar fisuras, lo que complica aún más el cuadro clínico. Las infecciones bacterianas que causan balanopostitis suelen ser debidas a flora bacteriana mixta, incluyendo organismos como Staphylococcus aureus, Streptococcus spp., y Escherichia coli. Estas infecciones pueden ser exacerbadas por una higiene genital inadecuada o por condiciones subyacentes como la diabetes mellitus, que predisponen a infecciones recurrentes. La balanopostitis fúngica es a menudo causada por Candida albicans, especialmente en hombres no circuncidados y aquellos con factores de riesgo como la diabetes o el uso prolongado de antibióticos. Las causas virales de balanopostitis incluyen el virus del herpes simple (VHS), que puede causar vesículas dolorosas y úlceras en el glande y el prepucio. El virus del papiloma humano (VPH) también puede estar implicado, particularmente en casos con verrugas genitales asociadas. Otras infecciones de transmisión sexual, como la sífilis y la gonorrea, también deben considerarse en el diagnóstico diferencial. Además de las infecciones, varias condiciones dermatológicas pueden presentarse con síntomas de balanopostitis. Estas incluyen el liquen escleroso, la psoriasis, el eczema, y el liquen plano. Cada una de estas condiciones tiene características clínicas y hallazgos histopatológicos específicos que pueden ayudar en el diagnóstico. Por ejemplo, el liquen escleroso se presenta típicamente con manchas blanquecinas y atróficas, mientras que la psoriasis puede mostrar placas eritematosas con escamas plateadas. El diagnóstico de la balanopostitis se basa en una historia clínica detallada y un examen físico cuidadoso. La anamnesis debe incluir preguntas sobre la higiene personal, el uso de jabones o productos irritantes, la historia sexual del paciente, y cualquier condición médica subyacente que pueda predisponer a infecciones o inflamación. Los exámenes complementarios pueden incluir cultivos microbiológicos de la secreción, pruebas de PCR para detectar infecciones virales, y, en algunos casos, una biopsia de piel para evaluar condiciones dermatológicas subyacentes. El tratamiento de la balanopostitis depende de la causa subyacente. Las infecciones bacterianas generalmente se tratan con antibióticos tópicos o sistémicos, dependiendo de la gravedad de la infección. Las infecciones fúngicas se tratan con antifúngicos tópicos como el clotrimazol o el miconazol. En casos de infecciones recurrentes o resistentes, pueden ser necesarios antifúngicos sistémicos como el fluconazol. Las infecciones virales, como las causadas por el herpes simple, se manejan con antivirales como el aciclovir o el valaciclovir. Para las condiciones no infecciosas, el manejo incluye evitar irritantes potenciales y el uso de corticosteroides tópicos para reducir la inflamación. En casos de balanopostitis alérgica o irritativa, es fundamental identificar y eliminar el agente causante, ya sea un jabón, un lubricante o un látex en los preservativos. Las condiciones dermatológicas subyacentes requieren tratamientos específicos, como los corticosteroides tópicos o los inmunomoduladores para la psoriasis y el eczema. La higiene genital adecuada es crucial en la prevención y el manejo de la balanopostitis. Se recomienda lavar la zona con agua tibia y un jabón suave, asegurándose de retraer el prepucio para limpiar adecuadamente el glande. Los pacientes deben evitar el uso de jabones perfumados, talcos y otros productos que puedan irritar la piel sensible de la región genital. En casos crónicos o recurrentes, la circuncisión puede ser una opción terapéutica efectiva. La eliminación del prepucio reduce el riesgo de infecciones y facilita la higiene. Sin embargo, esta opción debe considerarse cuidadosamente y discutirse con el paciente, considerando sus beneficios y posibles complicaciones. El pronóstico de la balanopostitis generalmente es bueno con el tratamiento adecuado, aunque la recurrencia es común, especialmente en pacientes con factores de riesgo subyacentes. Es fundamental un seguimiento médico para monitorizar la respuesta al tratamiento y ajustar las terapias según sea necesario. En algunos casos, la colaboración interdisciplinaria entre urólogos, dermatólogos y médicos de atención primaria puede ser necesaria para manejar adecuadamente esta condición y sus complicaciones asociadas. © Clínica Universidad de Navarra 2023¿Qué es la balanopostitis?
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