DICCIONARIO MÉDICO
Banco de sangre
¿Qué es un banco de sangre? Un banco de sangre es una entidad médica fundamental dedicada a la recolección, almacenamiento, procesamiento y distribución de sangre y sus componentes derivados para su uso en transfusiones y otras terapias médicas. La existencia y funcionamiento de los bancos de sangre son vitales para el sistema de salud, ya que garantizan un suministro seguro y suficiente de sangre para atender emergencias, cirugías, tratamientos oncológicos, y el manejo de enfermedades crónicas y agudas. La historia de los bancos de sangre se remonta a principios del siglo XX, cuando el médico argentino Luis Agote realizó la primera transfusión de sangre directa sin coagulación en 1914. Posteriormente, durante la Primera Guerra Mundial, se hicieron avances significativos en la conservación y el almacenamiento de sangre, permitiendo su uso en campos de batalla y hospitales. Con el descubrimiento de los anticoagulantes y soluciones de preservación, así como el entendimiento de los grupos sanguíneos ABO y Rh, se establecieron las bases para la creación de bancos de sangre modernos. El proceso de donación de sangre en un banco de sangre comienza con la selección de donantes. Los donantes potenciales son evaluados mediante un cuestionario detallado y un examen físico para asegurar que cumplen con los criterios de elegibilidad y no presentan riesgos de transmitir infecciones. Los criterios de selección incluyen la edad, el peso, el estado de salud general, y un historial médico y de viajes reciente. Además, se realizan pruebas serológicas para detectar infecciones transmisibles por transfusión, como el VIH, la hepatitis B y C, el virus del Nilo Occidental, y la sífilis. Una vez que un donante es aceptado, se procede a la recolección de sangre. Este procedimiento, conocido como flebotomía, implica la extracción de aproximadamente 450 a 500 mililitros de sangre venosa del donante, lo cual equivale a una unidad de sangre. La recolección se realiza en un entorno estéril y seguro, utilizando equipos desechables para prevenir infecciones. La sangre recolectada se mezcla inmediatamente con un anticoagulante y una solución preservante para mantener su viabilidad durante el almacenamiento. Después de la recolección, la sangre es transportada al laboratorio del banco de sangre para su procesamiento. Este proceso incluye la separación de la sangre completa en sus componentes principales: glóbulos rojos, plasma y plaquetas. Esta separación se realiza mediante centrifugación, lo que permite almacenar y utilizar cada componente de manera específica según las necesidades médicas. Los glóbulos rojos son esenciales para tratar la anemia y la pérdida aguda de sangre, el plasma es utilizado en trastornos de coagulación y quemaduras, y las plaquetas son vitales para los pacientes con trombocitopenia o que reciben quimioterapia. Cada uno de estos componentes sanguíneos tiene un tiempo de vida útil específico, lo que requiere un manejo cuidadoso en su almacenamiento. Los glóbulos rojos pueden ser almacenados en refrigeración a una temperatura de 1-6 °C durante hasta 42 días. El plasma puede ser congelado a -18 °C o menos y almacenado por hasta un año, mientras que las plaquetas deben ser mantenidas a temperatura ambiente y agitadas constantemente para prevenir la coagulación, con una vida útil de solo 5 a 7 días. El banco de sangre también realiza una serie de pruebas y etiquetado antes de que los componentes sanguíneos estén listos para su distribución. Estas pruebas incluyen la confirmación del grupo sanguíneo y el tipo Rh, y la realización de pruebas cruzadas para asegurar la compatibilidad entre la sangre del donante y la del receptor. Además, se realizan pruebas adicionales para detectar la presencia de anticuerpos irregulares que podrían causar reacciones adversas durante la transfusión. Una vez que los componentes sanguíneos han sido procesados y validados, están listos para ser distribuidos a los hospitales y clínicas que los necesiten. Los bancos de sangre mantienen un inventario actualizado y gestionan la distribución de acuerdo con las demandas y emergencias, asegurando que los componentes estén disponibles cuando y donde se necesiten. Esta logística es crítica para la respuesta a situaciones de emergencia, como accidentes masivos, desastres naturales y cirugías de urgencia. Además de la recolección y distribución de sangre, los bancos de sangre desempeñan un papel importante en la investigación y el desarrollo de nuevas tecnologías y terapias. La investigación en bancos de sangre incluye el estudio de nuevas soluciones de preservación, métodos de detección de patógenos más sensibles y rápidos, y el desarrollo de productos sanguíneos derivados, como los concentrados de factores de coagulación y los productos de ingeniería tisular. Esta investigación contribuye a mejorar la seguridad y eficacia de las transfusiones y a desarrollar nuevas terapias para diversas enfermedades. Los bancos de sangre también son responsables de la educación y promoción de la donación de sangre. A través de campañas de concienciación pública, los bancos de sangre informan a la comunidad sobre la importancia de la donación de sangre y alientan a las personas a donar regularmente. Estas campañas son esenciales para mantener un suministro constante de sangre y para reclutar nuevos donantes, especialmente en tiempos de escasez o durante emergencias de salud pública. La regulación y la supervisión de los bancos de sangre son realizadas por organismos gubernamentales y organizaciones internacionales de salud. En muchos países, los bancos de sangre deben cumplir con estrictas normativas y estándares de calidad establecidos por agencias reguladoras como la FDA en los Estados Unidos, la EMA en Europa, y la OMS a nivel mundial. Estas regulaciones aseguran que los bancos de sangre operen con los más altos niveles de seguridad y calidad, protegiendo tanto a los donantes como a los receptores. La ética en la gestión de bancos de sangre es otro aspecto crucial. Los principios éticos incluyen la voluntariedad y la gratuidad de la donación de sangre, la confidencialidad de la información del donante, y la equidad en la distribución de los productos sanguíneos. La donación de sangre es un acto altruista que debe ser respetado y promovido, y los bancos de sangre tienen la responsabilidad de garantizar que todas las prácticas sean transparentes y justas. El futuro de los bancos de sangre está marcado por la innovación y la adaptación a nuevas tecnologías y desafíos. La terapia génica, la medicina regenerativa y la producción de sangre artificial son áreas de investigación que podrían transformar el panorama de la transfusión sanguínea en las próximas décadas. La posibilidad de producir glóbulos rojos y otros componentes sanguíneos en el laboratorio ofrecería una solución a la escasez de donaciones y reduciría la dependencia de los donantes humanos. © Clínica Universidad de Navarra 2023
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