DICCIONARIO MÉDICO

Barestesia

¿Qué es la barestesia?

La barestesia es una función sensorial que permite al cuerpo humano detectar y responder a cambios en la presión. Este término se deriva de las palabras griegas "baros" (peso) y "aisthesis" (sensación). La barestesia es crucial para diversas actividades cotidianas y para la percepción del entorno, ya que proporciona información sobre la fuerza y la presión aplicada a la piel y otros tejidos. En el ámbito médico, la evaluación de la barestesia es esencial para diagnosticar y tratar diversas condiciones neurológicas.

La percepción de la presión es mediada por receptores sensoriales especializados en la piel y otros tejidos, conocidos como mecanorreceptores. Estos receptores incluyen los corpúsculos de Pacini, los corpúsculos de Meissner, los discos de Merkel y las terminaciones nerviosas libres. Cada uno de estos receptores tiene una función específica y responde a diferentes tipos de estímulos mecánicos.

Los corpúsculos de Pacini son responsables de detectar vibraciones y cambios rápidos en la presión. Se encuentran en las capas más profundas de la piel, así como en tejidos subcutáneos y alrededor de articulaciones y órganos internos. Estos receptores son muy sensibles y pueden detectar estímulos de alta frecuencia.

Los corpúsculos de Meissner, ubicados en las capas superficiales de la piel, son responsables de la detección de toques ligeros y cambios de presión de baja frecuencia. Son particularmente abundantes en áreas del cuerpo con alta sensibilidad táctil, como las yemas de los dedos y los labios.

Los discos de Merkel, presentes en la epidermis, son mecanorreceptores que proporcionan información detallada sobre la forma y textura de los objetos. Estos receptores son esenciales para la percepción táctil fina y la discriminación de detalles en superficies.

Las terminaciones nerviosas libres son receptores que se encuentran en toda la piel y otros tejidos, y son responsables de detectar una variedad de estímulos, incluyendo presión, temperatura y dolor. Aunque son menos especializados que los otros mecanorreceptores, juegan un papel importante en la percepción sensorial general.

La señalización de los estímulos de presión detectados por estos receptores se transmite a través de las fibras nerviosas aferentes al sistema nervioso central, donde se procesan en la corteza somatosensorial del cerebro. Esta área del cerebro interpreta las señales y produce la percepción consciente de la presión.

La evaluación clínica de la barestesia se realiza mediante pruebas neurológicas específicas. Una prueba común consiste en aplicar diferentes grados de presión sobre la piel del paciente con un objeto suave, como un monofilamento o una sonda calibrada, y pedirle que informe sobre la sensación percibida. La respuesta del paciente puede proporcionar información valiosa sobre la integridad de las vías sensoriales y la función de los mecanorreceptores.

La pérdida o disminución de la barestesia puede ser indicativa de varias condiciones neurológicas. Por ejemplo, la neuropatía periférica, una afección en la que los nervios periféricos están dañados, puede resultar en una disminución de la percepción de la presión. Esta condición puede ser causada por diabetes, infecciones, toxinas y trastornos autoinmunes. La evaluación de la barestesia es crucial para el diagnóstico y manejo de la neuropatía periférica.

Otra condición que afecta la barestesia es la esclerosis múltiple, una enfermedad autoinmunitaria que afecta el sistema nervioso central. Los pacientes con esclerosis múltiple pueden experimentar una disminución de la sensibilidad a la presión debido a la desmielinización de las fibras nerviosas. La evaluación de la barestesia puede ayudar a monitorizar la progresión de la enfermedad y la efectividad de los tratamientos.

Los accidentes cerebrovasculares (ACV) también pueden afectar la barestesia. Un ACV que dañe las áreas del cerebro responsables del procesamiento sensorial puede resultar en una pérdida de la percepción de la presión en las extremidades u otras partes del cuerpo. La rehabilitación después de un ACV a menudo incluye ejercicios para mejorar la función sensorial y recuperar la barestesia.

En algunos casos, los trastornos congénitos pueden afectar la barestesia. Por ejemplo, ciertos síndromes genéticos que afectan el desarrollo del sistema nervioso pueden resultar en una percepción alterada de la presión. La evaluación temprana de la barestesia en niños con estos síndromes es crucial para implementar intervenciones terapéuticas adecuadas.

El tratamiento de los trastornos de la barestesia depende de la causa subyacente. En el caso de la neuropatía periférica, el manejo puede incluir el control de la enfermedad subyacente, como la diabetes, y el uso de medicamentos para aliviar los síntomas. La fisioterapia y la terapia ocupacional pueden ayudar a mejorar la función sensorial y la calidad de vida de los pacientes.

Para los pacientes con esclerosis múltiple, el tratamiento puede incluir medicamentos inmunomoduladores para reducir la actividad de la enfermedad y ejercicios de rehabilitación para mejorar la función sensorial y motora. La terapia ocupacional puede ser útil para enseñar a los pacientes estrategias para compensar la pérdida de sensibilidad a la presión.

En el caso de los accidentes cerebrovasculares, la rehabilitación puede incluir una combinación de fisioterapia, terapia ocupacional y logopedia para abordar las deficiencias sensoriales y motoras. Los ejercicios específicos para mejorar la barestesia pueden incluir la estimulación táctil repetida y la práctica de tareas que requieran una percepción precisa de la presión.

© Clínica Universidad de Navarra 2023

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