DICCIONARIO MÉDICO
Becquerelio
El becquerelio, también conocido como becquerel (símbolo Bq), es la unidad de medida de la radiactividad en el Sistema Internacional de Unidades (SI). Recibe su nombre en honor al físico francés Antoine Henri Becquerel, quien descubrió la radiactividad en 1896. Un becquerelio se define como la actividad de una cantidad de material radiactivo en la que un núcleo se desintegra por segundo. Esta unidad es fundamental en la medicina nuclear, la radiología y otras áreas relacionadas con el manejo y estudio de materiales radiactivos. En el contexto médico, el becquerelio es crucial para cuantificar la radiactividad de los radiofármacos utilizados en diagnóstico y tratamiento. Los radiofármacos son compuestos que contienen radionúclidos y se administran a los pacientes para obtener imágenes diagnósticas o tratar enfermedades. La actividad de estos radiofármacos, expresada en becquerelios, determina la dosis adecuada y la seguridad del procedimiento. La medicina nuclear utiliza diferentes radionúclidos, cada uno con una vida media específica y características de emisión particulares. La vida media es el tiempo que tarda la mitad de los núcleos radiactivos de una muestra en desintegrarse. Algunos de los radionúclidos más comúnmente usados incluyen el tecnetio-99m (99mTc), el yodo-131 (131I) y el flúor-18 (18F). La elección del radionúclido depende del tipo de estudio o tratamiento que se va a realizar. Por ejemplo, el 99mTc es ampliamente utilizado en gammagrafías óseas y cardíacas debido a su vida media relativamente corta y sus propiedades de emisión gamma. La dosimetría, que es la medición y cálculo de la dosis de radiación absorbida por el cuerpo, se basa en la actividad de los radionúclidos, expresada en becquerelios. La correcta dosimetría es esencial para maximizar la eficacia del tratamiento y minimizar los efectos adversos. En los tratamientos de cáncer, como la radioterapia interna con yodo-131 para el cáncer de tiroides, se administran altas actividades de radionúclidos para destruir las células cancerosas. En contraste, para procedimientos diagnósticos, se utilizan actividades mucho menores para obtener imágenes sin causar daño significativo a los tejidos. El control y manejo de los materiales radiactivos en medicina requieren de estrictas normas de seguridad para proteger tanto a los pacientes como al personal médico. La radioprotección se basa en principios como la justificación, optimización y limitación de la exposición. La justificación implica que cualquier exposición a la radiación debe tener un beneficio mayor que el riesgo asociado. La optimización se refiere a mantener las dosis de radiación tan bajas como sea razonablemente posible (ALARA, por sus siglas en inglés: As Low As Reasonably Achievable). La limitación establece límites de dosis para prevenir efectos deterministas y reducir la probabilidad de efectos estocásticos. Además de su uso en medicina nuclear y radiología, el becquerelio también es relevante en la radioterapia externa, donde se utilizan fuentes radiactivas para tratar tumores malignos. En este contexto, la actividad de la fuente, medida en becquerelios, determina la intensidad del tratamiento y la duración de las sesiones. La planificación precisa de la radioterapia es crucial para concentrar la dosis de radiación en el tumor y minimizar la exposición de los tejidos sanos circundantes. La medición de la radiactividad ambiental y la contaminación radiactiva también se realiza en becquerelios. Esto es importante para evaluar la exposición de la población a la radiación y para la gestión de residuos radiactivos. Los incidentes nucleares, como el desastre de Chernobyl y el accidente de Fukushima, han subrayado la importancia de monitorear y controlar la radiactividad ambiental para proteger la salud pública. El becquerelio es solo una parte del complejo campo de la física de la radiación, que también involucra otras unidades de medida como el gray (Gy) y el sievert (Sv). El gray mide la cantidad de energía absorbida por la materia debido a la radiación ionizante, mientras que el sievert evalúa el efecto biológico de esa radiación, teniendo en cuenta factores como el tipo de radiación y la sensibilidad del tejido irradiado. El estudio y la aplicación de la radiactividad en medicina y otras áreas requieren un conocimiento profundo de la física nuclear, la biología de la radiación y las técnicas de protección radiológica. Los profesionales de la salud, como los médicos nucleares, radioterapeutas, físicos médicos y tecnólogos radiólogos, deben estar altamente capacitados para manejar estos materiales y equipos de manera segura y efectiva. © Clínica Universidad de Navarra 2023¿Qué es el becquerelio?
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