DICCIONARIO MÉDICO

Cacosmia

Qué es la cacosmia

La cacosmia es un trastorno del sentido del olfato caracterizado por la percepción persistente o recurrente de olores desagradables, fétidos o repulsivos, sin que exista necesariamente un estímulo odorífero real en el ambiente. Este fenómeno puede deberse a alteraciones neurológicas, infecciosas o estructurales en el sistema olfativo, y puede tener un impacto notable en la calidad de vida del paciente. El término proviene del griego "kakos", que significa malo, y "osmé", que se traduce como olor.

Fisiología del sentido del olfato

Para comprender el fenómeno de la cacosmia, es necesario conocer el funcionamiento fisiológico del sistema olfativo. El olfato depende de la integridad de las células olfatorias situadas en la mucosa nasal, específicamente en el epitelio olfatorio del techo de las fosas nasales. Estas células sensoriales detectan sustancias volátiles del aire inspirado y transmiten señales a través del nervio olfatorio (par craneal I) hacia el bulbo olfatorio. Desde allí, las señales se proyectan hacia diversas áreas corticales, incluyendo el córtex piriforme, el sistema límbico y la amígdala, regiones implicadas en la interpretación emocional y consciente de los olores.

Clasificación de los trastornos olfativos

La cacosmia se engloba dentro de las disosmias, un grupo de trastornos cualitativos del olfato. Estas alteraciones se diferencian de las anosmias e hiposmias, que son trastornos cuantitativos. Las disosmias pueden clasificarse en:

  • Parosmia: percepción distorsionada de olores reales, que se experimentan de forma alterada o desagradable.
  • Fantososmia: percepción de un olor sin que exista ningún estímulo olfativo externo (alucinación olfativa).
  • Cacosmia: percepción persistente o episódica de olores fétidos, que pueden coincidir o no con estímulos reales.

Tipos de cacosmia

Desde el punto de vista clínico, se pueden distinguir dos grandes tipos de cacosmia:

  1. Cacosmia objetiva: el olor desagradable existe realmente, como ocurre en infecciones nasales o sinusales. El paciente y los que le rodean perciben el olor. El origen suele ser infeccioso, necrótico o asociado a cuerpos extraños.
  2. Cacosmia subjetiva: el paciente percibe un olor desagradable inexistente para los demás. Se asocia a trastornos neurológicos, epilepsia del lóbulo temporal, alucinaciones olfativas o enfermedades psiquiátricas.

Etiología de la cacosmia

Las causas de cacosmia son múltiples y deben clasificarse según el origen del trastorno. Las principales categorías etiológicas son:

Enfermedades otorrinolaringológicas

  • Sinusitis crónica: la acumulación de secreciones purulentas en los senos paranasales genera un olor fétido que puede ser percibido como cacosmia objetiva.
  • Rinitis atrófica: asociada a mucosa nasal seca, costras y colonización bacteriana que producen mal olor persistente.
  • Ozena: forma grave de rinitis atrófica que genera una intensa cacosmia por atrofia de la mucosa nasal y presencia de costras infecciosas.
  • Cuerpos extraños nasales: frecuente en pediatría; su retención produce infección local y olor pútrido.

Trastornos neurológicos

  • Epilepsia del lóbulo temporal: las crisis parciales complejas pueden presentar aura olfativa con percepción de olores desagradables, a menudo descritos como cacosmias.
  • Traumatismo craneoencefálico: puede afectar al nervio olfatorio o a la corteza olfatoria, generando distorsiones olfativas.
  • Enfermedad de Parkinson y Alzheimer: alteraciones precoces del olfato, incluidas disosmias como la cacosmia.

Trastornos psiquiátricos

  • Esquizofrenia: en algunos casos, se describen alucinaciones olfativas de carácter desagradable, que pueden interpretarse como cacosmias subjetivas.
  • Trastornos obsesivo-compulsivos: algunos pacientes desarrollan hipersensibilidad o percepción alterada de olores como parte de sus rituales o pensamientos obsesivos.

Otras causas relevantes

  • Alteraciones dentales o infecciones orales: pueden provocar olores desagradables que ascienden a la cavidad nasal y son interpretados como cacosmia.
  • Neoplasias nasales o del tracto olfatorio: especialmente aquellas que cursan con necrosis tisular.
  • Fármacos: algunos medicamentos pueden inducir disosmias, incluyendo percepción persistente de olores fétidos.

Manifestaciones clínicas asociadas

Además de la percepción de malos olores, los pacientes con cacosmia pueden experimentar:

  • Náuseas o vómitos: inducidos por la repulsión al olor percibido.
  • Ansiedad: al no poder eliminar o controlar el olor que perciben.
  • Alteraciones del apetito: especialmente en niños o ancianos, que pueden rechazar alimentos al asociarlos al olor desagradable.
  • Aislamiento social: en los casos persistentes, por temor a emitir o detectar olores ofensivos que afecten a otros.

Diagnóstico clínico de la cacosmia

El diagnóstico de la cacosmia requiere una evaluación completa por parte del especialista, habitualmente otorrinolaringólogo o neurólogo, en función de la sospecha clínica. El proceso diagnóstico incluye:

Anamnesis

Es fundamental interrogar sobre el tipo de olor, frecuencia, momento de aparición, relación con otros síntomas y duración. También se debe indagar sobre antecedentes de enfermedades respiratorias, neurológicas, fármacos y consumo de tóxicos.

Exploración física

La exploración otorrinolaringológica mediante rinoscopia o endoscopia nasal permite valorar la presencia de secreciones purulentas, cuerpos extraños, masas o costras.

Pruebas complementarias

  • RM cerebral: útil en casos de cacosmia subjetiva o cuando se sospecha epilepsia u otras lesiones estructurales.
  • Electroencefalograma: indicado si se sospechan crisis epilépticas con aura olfatoria.
  • Test olfativos cuantitativos: permiten evaluar la percepción olfativa y distinguir entre hiposmia, anosmia y disosmia.
  • Analítica sanguínea: para descartar procesos infecciosos o metabólicos.

Tratamiento de la cacosmia

El tratamiento de la cacosmia depende de su causa subyacente. No existe un tratamiento universal, por lo que es imprescindible una aproximación individualizada:

Casos de origen infeccioso

  • Antibióticos: dirigidos según cultivo en infecciones bacterianas nasales o sinusales.
  • Limpiezas nasales: con suero fisiológico o soluciones salinas hipertónicas para eliminar secreciones.
  • Cirugía endoscópica nasosinusal: en casos de sinusitis crónica refractaria o poliposis nasal.

Cacosmia neurológica o psiquiátrica

  • Antiepilépticos: como carbamazepina o levetiracetam, si se confirma epilepsia con aura olfatoria.
  • Antipsicóticos o antidepresivos: en esquizofrenia o trastornos obsesivos con componente olfativo.
  • Psicoterapia: útil en el abordaje de ansiedad secundaria o distorsiones perceptivas persistentes.

Rehabilitación olfativa

En pacientes con disosmia persistente, se puede emplear entrenamiento olfativo mediante exposición repetida a diferentes olores, buscando reorganizar las vías olfativas. Esta terapia ha mostrado utilidad en pacientes postinfecciosos o tras traumatismos.

Impacto en la calidad de vida

La cacosmia puede alterar significativamente el bienestar del paciente, generando trastornos psicológicos, rechazo de alimentos, alteración del sueño, disfunción sexual y aislamiento social. Es fundamental identificar y tratar de forma empática esta sintomatología para mejorar el pronóstico funcional del individuo.

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