La caída es un evento súbito e involuntario que provoca la pérdida del equilibrio y el contacto con la superficie de soporte, generalmente el suelo. En el ámbito médico, este fenómeno constituye un problema de salud pública, especialmente en población de edad avanzada, pacientes neurológicos y personas con movilidad reducida.
Definición clínica de caída
Desde el punto de vista clínico, se define una caída como "la consecuencia de cualquier evento que precipite al individuo al suelo de manera involuntaria, sin intervención de una fuerza externa de alto impacto". La caída puede ser resultado de múltiples factores, tanto intrínsecos como extrínsecos, y su análisis requiere un abordaje multidisciplinar.
Clasificación de las caídas
Las caídas pueden clasificarse en función de diversos criterios clínicos:
Según el mecanismo
- Caídas accidentales: provocadas por factores externos como suelos resbaladizos o iluminación deficiente.
- Caídas anticipadas: relacionadas con una pérdida progresiva del equilibrio, en pacientes con deterioro funcional.
- Caídas sin causa aparente: sin factores desencadenantes evidentes, a menudo asociadas a causas neurológicas o cardiovasculares ocultas.
Según la etiología
- Intrínsecas: debidas a alteraciones del estado de salud del paciente (trastornos neurológicos, musculoesqueléticos, metabólicos, etc.).
- Extrínsecas: relacionadas con el entorno o el uso de dispositivos inadecuados (calzado inestable, mobiliario, medicamentos).
Factores de riesgo asociados a la caída
Diversos factores predisponen a un individuo a sufrir una caída. La identificación precoz de estos factores es esencial para establecer medidas preventivas eficaces.
Factores intrínsecos
- Edad avanzada: el envejecimiento conlleva pérdida de masa muscular, disminución del equilibrio y alteraciones sensoriales.
- Déficit visual y auditivo: interfieren con la percepción del entorno y la orientación espacial.
- Trastornos neurológicos: enfermedades como el Parkinson, ictus o neuropatías periféricas aumentan el riesgo.
- Hipotensión ortostática: caída de la presión arterial al incorporarse que puede provocar mareo y pérdida del equilibrio.
- Polifarmacia: el uso simultáneo de múltiples medicamentos, especialmente psicofármacos y antihipertensivos, incrementa el riesgo.
Factores extrínsecos
- Entornos inseguros: alfombras sueltas, mala iluminación, escaleras sin pasamanos o suelos mojados.
- Calzado inadecuado: tacones, suelas resbaladizas o zapatos sin sujeción.
- Uso incorrecto de ayudas técnicas: andadores o bastones mal ajustados o utilizados sin supervisión.
Consecuencias clínicas de las caídas
Las caídas pueden tener consecuencias físicas, funcionales y psicológicas de gravedad variable, especialmente en personas mayores:
- Fracturas: especialmente de cadera, muñeca y vértebras, con alta morbimortalidad.
- Traumatismos craneoencefálicos: que pueden generar hematomas subdurales o conmociones cerebrales.
- Limitación funcional: pérdida de autonomía, dependencia en actividades básicas de la vida diaria.
- Temor a nuevas caídas: fenómeno conocido como "síndrome post-caída", que puede llevar a la restricción del movimiento y aislamiento social.
Diagnóstico y evaluación del paciente con caídas
El abordaje diagnóstico debe ser integral e incluir historia clínica detallada, examen físico y, en caso necesario, pruebas complementarias. Se debe identificar si la caída fue un evento aislado o parte de un cuadro recurrente.
Aspectos clave en la anamnesis
- Momento y lugar: si fue durante la marcha, al levantarse o en reposo.
- Síntomas previos: mareo, visión borrosa, debilidad, pérdida de consciencia.
- Medicación actual: identificar fármacos con efectos adversos como hipotensión o sedación.
- Historia de caídas previas: importante para valorar la cronicidad del problema.
Exploración física
Debe incluir valoración neurológica, cardiovascular, ortopédica y del equilibrio postural.
Pruebas complementarias
- Analítica sanguínea: para descartar alteraciones metabólicas o déficits vitamínicos.
- Electrocardiograma y monitorización: si se sospechan arritmias o síncope.
- Estudios de imagen: radiografías, TAC o resonancia magnética ante sospecha de fractura o lesión cerebral.
Prevención de las caídas
La prevención de las caídas debe basarse en una intervención multifactorial, ajustada a las características individuales del paciente.
Intervenciones clínicas
- Revisión de la medicación: ajustando dosis o suprimiendo fármacos innecesarios.
- Ejercicio terapéutico: programas de fortalecimiento muscular, equilibrio y fisioterapia.
- Tratamiento de comorbilidades: control de diabetes, hipertensión, patologías neurológicas.
Intervenciones en el entorno
- Modificaciones domiciliarias: instalación de pasamanos, retirada de obstáculos, mejora de la iluminación.
- Educación al paciente y cuidadores: para fomentar hábitos seguros de movilidad y uso correcto de ayudas técnicas.
Caídas en el entorno hospitalario
En el medio hospitalario, las caídas constituyen un evento adverso frecuente. La vigilancia activa, protocolos de evaluación del riesgo (como la escala de Morse) y la formación del personal sanitario son fundamentales para su prevención.
Implicaciones legales y éticas
En algunos casos, las caídas pueden derivar en complicaciones médicas severas, por lo que es importante documentar adecuadamente cada episodio, informar a los familiares y establecer medidas de protección jurídica cuando corresponda, especialmente en pacientes vulnerables.
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