DICCIONARIO MÉDICO

Calcificación

Qué es una calcificación

La calcificación es el proceso mediante el cual se depositan sales de calcio en los tejidos del organismo. Este fenómeno puede ser fisiológico, como en la formación ósea, o patológico, cuando ocurre en tejidos que normalmente no se mineralizan, afectando potencialmente su función.

Tipos de calcificación

Calcificación distrófica

La calcificación distrófica se produce en tejidos dañados o necróticos, incluso cuando los niveles séricos de calcio son normales. Este tipo de calcificación es común en áreas de necrosis, placas de ateroma y válvulas cardíacas envejecidas o dañadas. Macroscópicamente, los depósitos de calcio aparecen como granulaciones blanquecinas de tamaño variable. Sus consecuencias funcionales dependen de su localización; por ejemplo, en casos de necrosis caseosa tuberculosa pulmonar, puede no haber alteraciones funcionales, mientras que en las válvulas mitral o aórtica, la calcificación puede dificultar el flujo sanguíneo al reducir la flexibilidad de las valvas y estrechar los orificios valvulares, causando disfunción del órgano afectado.

Calcificación metastásica

La calcificación metastásica ocurre en tejidos normales debido a una hipercalcemia, es decir, niveles elevados de calcio en sangre. Esta alteración del metabolismo del calcio se observa en diversas enfermedades, como la intoxicación por vitamina D, insuficiencia renal crónica e hiperparatiroidismo. Las localizaciones más frecuentes de este tipo de calcificación son el intersticio de la mucosa gástrica, los riñones, los pulmones, las arterias sistémicas y las venas pulmonares. Aunque generalmente no producen disfunción orgánica, la afectación masiva de los pulmones y los riñones puede ser causa de insuficiencia respiratoria aguda o insuficiencia renal.

Calcificación idiopática

La calcificación idiopática se refiere a depósitos de calcio de origen indeterminado, que pueden aparecer en el tejido subcutáneo, alrededor de las articulaciones o en el músculo estriado. Este tipo de calcificación es menos común y su etiología no está claramente definida.

Mecanismos de la calcificación

La calcificación es un proceso complejo que puede involucrar varios mecanismos, incluyendo:

  • Alteraciones locales: daño tisular, inflamación o necrosis que facilitan la deposición de calcio en el tejido afectado.
  • Desbalance sistémico: niveles elevados de calcio y fósforo en sangre que precipitan en tejidos normales.
  • Factores genéticos: predisposición hereditaria que influye en la regulación del metabolismo del calcio.

Calcificación en diferentes órganos y tejidos

Calcificación en el riñón

La calcificación en el riñón, también conocida como nefrocalcinosis, se refiere al depósito de sales de calcio en el parénquima renal. Puede observarse en trastornos metabólicos como la acidosis tubular renal, hipercalcemia crónica o enfermedades como la sarcoidosis. Clínicamente, puede ser asintomática o provocar deterioro progresivo de la función renal.

Calcificaciones de la aorta

Las calcificaciones de la aorta son hallazgos frecuentes en adultos mayores y pacientes con factores de riesgo cardiovascular. Generalmente se asocian con calcificación ateromatosa y son un marcador de enfermedad aterosclerótica avanzada. Estas calcificaciones reducen la elasticidad de la aorta, afectando la hemodinámica cardiovascular y aumentando el riesgo de eventos isquémicos.

Calcificación en la cadera

La calcificación en la cadera puede deberse a procesos degenerativos, traumatismos, enfermedades inflamatorias o calcificaciones periarticulares como las que se observan en tendinitis calcificante. Estas calcificaciones pueden causar dolor localizado, limitación funcional y, en ocasiones, requerir tratamiento mediante fisioterapia, infiltraciones o cirugía.

Calcificación hepática

La calcificación hepática es poco común y suele ser el resultado de infecciones previas (como la equinococosis), hemorragias intrahepáticas o tumores antiguos. Se detectan como imágenes hiperdensas en pruebas de imagen como la ecografía o la tomografía computarizada. Generalmente son hallazgos incidentales y no requieren tratamiento específico, salvo que se asocien a lesiones activas o sintomáticas.

Diagnóstico de la calcificación

El diagnóstico de las calcificaciones se basa en estudios de imagen, entre los que se incluyen:

  • Radiografía simple: útil para detectar calcificaciones en tejidos blandos y estructuras óseas.
  • Tomografía computarizada (TC): proporciona información detallada sobre la localización y extensión de la calcificación.
  • Ecografía: identifica calcificaciones en órganos abdominales y tejidos blandos.
  • Resonancia magnética (RMN): aunque menos sensible para calcio, puede aportar información funcional complementaria.

Tratamiento de las calcificaciones patológicas

El tratamiento depende de la causa y la localización de la calcificación. En general, las medidas incluyen:

  • Control del calcio y fósforo séricos.
  • Manejo de enfermedades subyacentes como insuficiencia renal crónica o trastornos endocrinos.
  • Fisioterapia y rehabilitación en casos articulares.
  • Cirugía o procedimientos intervencionistas cuando las calcificaciones generan síntomas significativos o riesgo funcional.

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