DICCIONARIO MÉDICO

Canal de Havers

¿Qué es el canal de Havers?

El canal de Havers es una estructura tubular microscópica presente en el tejido óseo compacto, específicamente en los sistemas de osteonas o sistemas de Havers. Su función principal es permitir el paso de vasos sanguíneos, linfáticos y nervios a través del hueso, asegurando así la nutrición, oxigenación y comunicación celular dentro de la matriz ósea densa.

Los canales de Havers se disponen longitudinalmente, paralelos al eje mayor del hueso, y están rodeados por capas concéntricas de matriz ósea llamadas lamelas. En el centro del canal se encuentra una cavidad que contiene vasos y fibras nerviosas, constituyendo la vía central para el soporte vital del hueso compacto.

Organización del sistema de Havers

El canal de Havers es el eje estructural del sistema osteonal, también conocido como osteona. Este sistema es la unidad funcional del hueso compacto y está formado por diversos componentes que permiten una organización altamente eficiente para la resistencia mecánica y el metabolismo óseo.

Estructura de la osteona

  • Canal de Havers: eje longitudinal central que contiene vasos y nervios.
  • Lamelas concéntricas: capas de matriz ósea mineralizada dispuestas alrededor del canal.
  • Osteocitos: células óseas maduras alojadas en lagunas entre las lamelas.
  • Canalículos: diminutos conductos que conectan osteocitos entre sí y con el canal de Havers.

Relación con canales de Volkmann

Los canales de Volkmann son estructuras perpendiculares que conectan distintos canales de Havers entre sí y con la superficie del hueso. Gracias a ellos, se establece una red tridimensional de irrigación y comunicación.

Composición y contenido del canal de Havers

Dentro del canal de Havers se encuentran múltiples elementos que permiten la homeostasis del hueso compacto:

  • Vasos sanguíneos: arterias y venas de pequeño calibre responsables de la nutrición osteocítica.
  • Capilares linfáticos: contribuyen al drenaje de líquidos intersticiales.
  • Fibras nerviosas: permiten la sensibilidad ósea y regulación neurovascular.
  • Endostio: capa interna de tejido conectivo que reviste el canal.

Formación del canal de Havers en la osteogénesis

Durante el desarrollo del esqueleto, la formación de los canales de Havers ocurre en la fase de osteogénesis por osificación endocondral o intramembranosa. A medida que se deposita la matriz osteoide, los osteoblastos forman las lamelas alrededor de los vasos preexistentes, generando progresivamente los sistemas osteonales.

Remodelación ósea y canales de Havers

En la edad adulta, los canales de Havers se modifican continuamente mediante procesos de remodelación ósea. Los osteoclastos reabsorben partes del hueso antiguo, mientras los osteoblastos reconstruyen nuevas osteonas, lo que permite el mantenimiento de la arquitectura ósea y su adaptación a cargas mecánicas.

Funciones fisiológicas del canal de Havers

El canal de Havers no solo constituye una vía de irrigación, sino que también cumple funciones especializadas que aseguran la viabilidad y funcionalidad del hueso compacto:

Nutrición del tejido óseo

Dado que el tejido óseo compacto es avascular en su matriz, la supervivencia de los osteocitos depende del aporte sanguíneo contenido en los canales de Havers. Este aporte difunde por canalículos hacia las lagunas osteocíticas.

Comunicación intercelular

Los canalículos conectan osteocitos adyacentes y los vinculan con el canal de Havers, permitiendo una sincronización metabólica y respuesta coordinada a estímulos mecánicos o hormonales.

Regulación del remodelado óseo

La presencia de células precursoras en el endostio del canal, junto con la señalización desde osteocitos, participa en la modulación del recambio óseo frente a necesidades metabólicas o lesiones.

Alteraciones patológicas del canal de Havers

Diversas condiciones clínicas pueden alterar la estructura y función de los canales de Havers, con repercusiones en la salud ósea:

Osteoporosis

En esta patología, la disminución de masa ósea y el deterioro microestructural afectan también a las osteonas y sus canales, comprometiendo la resistencia mecánica del hueso.

Osteomalacia y raquitismo

Deficiencias en la mineralización ósea pueden alterar la disposición normal de lamelas y la integridad de los canales de Havers.

Osteogénesis imperfecta

Enfermedades genéticas como la osteogénesis imperfecta presentan malformaciones en la matriz colágena, lo que puede afectar la formación de osteonas funcionales.

Osteomielitis

La infección ósea puede diseminarse a través de los canales de Havers y Volkmann, favoreciendo la necrosis y la interrupción vascular.

Importancia histológica y clínica del canal de Havers

Desde el punto de vista histológico, el estudio del canal de Havers permite evaluar la salud del tejido óseo, la remodelación activa y la respuesta frente a enfermedades sistémicas. Técnicas como la tinción de hematoxilina-eosina o la microscopía electrónica han permitido describir con detalle su morfología.

Clínicamente, la comprensión de la estructura osteonal es esencial para el diseño de prótesis, el tratamiento de fracturas, la farmacocinética de fármacos óseos (como bifosfonatos) y la planificación quirúrgica en ortopedia y traumatología.

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