DICCIONARIO MÉDICO

Caracteres sexuales

¿Qué son los caracteres sexuales?

En medicina y biología, los caracteres sexuales son aquellos rasgos anatómicos, fisiológicos y funcionales que diferencian a los individuos de una especie según su sexo biológico. Estos caracteres pueden clasificarse en dos grandes grupos: caracteres sexuales primarios y caracteres sexuales secundarios. Su desarrollo está determinado por factores genéticos y hormonales, y su estudio resulta esencial en disciplinas como la endocrinología, ginecología, urología, pediatría y psiquiatría.

El concepto de caracteres sexuales permite comprender cómo se forman y manifiestan las diferencias sexuales en humanos, así como los trastornos relacionados con su desarrollo, función o expresión. Además, tiene implicaciones clínicas relevantes en el diagnóstico y tratamiento de patologías del desarrollo sexual, así como en el abordaje de la salud sexual y reproductiva.

Clasificación de los caracteres sexuales

Los caracteres sexuales se dividen en:

  • Caracteres sexuales primarios: estructuras anatómicas directamente relacionadas con la reproducción.
  • Caracteres sexuales secundarios: rasgos morfológicos y fisiológicos que aparecen durante la pubertad y distinguen externamente al varón y la mujer, pero no están directamente involucrados en la reproducción.

Caracteres sexuales primarios

Los caracteres sexuales primarios son los órganos sexuales internos y externos presentes desde el nacimiento que participan directamente en la reproducción humana. Se desarrollan durante la embriogénesis a partir de estructuras indiferenciadas que, bajo la influencia genética y hormonal, se diferencian en órganos sexuales masculinos o femeninos.

En el sexo masculino

  • Testículos: producen espermatozoides y hormonas sexuales (principalmente testosterona).
  • Epidídimos: maduración y almacenamiento de los espermatozoides.
  • Conductos deferentes: transporte de espermatozoides.
  • Próstata y vesículas seminales: producción de componentes del semen.
  • Pene: órgano copulador y excretor de orina.

En el sexo femenino

  • Ovarios: producen óvulos y hormonas sexuales (estrógenos y progesterona).
  • Trompas de Falopio: captación del óvulo y lugar de fecundación.
  • Útero: implantación y desarrollo del embrión.
  • Vagina: canal de cópula y de parto.
  • Genitales externos (vulva, labios, clítoris): protección y función sensorial.

Caracteres sexuales secundarios

Los caracteres sexuales secundarios se desarrollan durante la pubertad bajo el efecto de las hormonas sexuales, especialmente andrógenos en el varón y estrógenos en la mujer. Estos caracteres no participan directamente en la reproducción, pero cumplen funciones sociales, sexuales y de diferenciación morfológica entre sexos.

Caracteres sexuales secundarios en el varón

  • Crecimiento del vello facial (barba, bigote).
  • Incremento del vello corporal (axilar, púbico, torácico).
  • Cambio de voz por engrosamiento de las cuerdas vocales.
  • Desarrollo de la masa muscular y ensanchamiento de hombros.
  • Aumento del tamaño del pene y escroto.

Caracteres sexuales secundarios en la mujer

  • Desarrollo de las mamas.
  • Distribución del tejido adiposo en caderas, muslos y glúteos.
  • Crecimiento del vello axilar y púbico.
  • Cambios en el ciclo menstrual y maduración del sistema reproductor.
  • Cambio en el timbre de voz (menos pronunciado que en varones).

Determinación y diferenciación sexual

La determinación sexual se inicia en la concepción con la dotación cromosómica del cigoto: XX para el sexo femenino y XY para el masculino. El gen SRY, presente en el cromosoma Y, desencadena la diferenciación gonadal hacia testículos. En ausencia de este gen, las gónadas se desarrollan como ovarios.

La diferenciación sexual es el proceso mediante el cual se desarrollan los caracteres sexuales en función de la actividad hormonal. Este proceso es complejo y puede verse alterado por mutaciones genéticas, alteraciones endocrinas o factores ambientales.

Trastornos del desarrollo de los caracteres sexuales

Existen condiciones clínicas en las que el desarrollo de los caracteres sexuales se ve afectado parcial o completamente. Estos trastornos pueden ser congénitos o adquiridos y requieren una evaluación médica especializada.

Trastornos del desarrollo sexual (DSD)

Los DSD (por sus siglas en inglés: Disorders of Sex Development) son condiciones en las que el desarrollo cromosómico, gonadal o anatómico del sexo no es típico. Algunos ejemplos son:

  • Hiperplasia suprarrenal congénita.
  • Disgenesia gonadal (síndrome de Turner, síndrome de Swyer).
  • Insensibilidad a los andrógenos.
  • Hipogonadismo hipogonadotrópico.

Pubertad precoz o retrasada

La aparición de caracteres sexuales secundarios antes de los 8 años en niñas o 9 años en niños se considera pubertad precoz. Su ausencia a los 13-14 años en niñas o 14-15 en niños se considera retraso puberal. Ambos cuadros requieren estudio endocrinológico.

Alteraciones hormonales adquiridas

En adultos, alteraciones hormonales como el hipogonadismo, tumores hipofisarios o tratamientos con análogos hormonales pueden afectar los caracteres sexuales, especialmente los secundarios.

Evaluación clínica de los caracteres sexuales

La exploración de los caracteres sexuales forma parte de la evaluación pediátrica, ginecológica, urológica y endocrinológica. Es especialmente relevante en las siguientes situaciones:

  • Evaluación del desarrollo puberal.
  • Diagnóstico de amenorrea o ginecomastia.
  • Estudio de trastornos del desarrollo sexual.
  • Identificación de signos de endocrinopatías.

Pruebas complementarias

  1. Analítica hormonal: LH, FSH, estradiol, testosterona, prolactina.
  2. Ecografía pélvica o testicular.
  3. Resonancia magnética hipofisaria si se sospecha origen central.
  4. Estudios genéticos: cariotipo, análisis molecular (ej. SRY, AR).

Implicaciones psicológicas y sociales

El desarrollo de los caracteres sexuales, especialmente los secundarios, tiene un fuerte impacto psicológico en niños y adolescentes. La aparición precoz, retrasada o atípica puede generar angustia, baja autoestima o rechazo corporal. Por ello, el acompañamiento psicológico y el abordaje integral son fundamentales, especialmente en los trastornos del desarrollo sexual.

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